GRACIAS POR LEER LA NOVELA, SOIS UN AMOR Y TE PROMETO QUE INTENTARE QUE TODO LE VAYA UN POQUITO MEJOR A BIANCA BESAZOS
Abri la puerta del salón, mirándome Arianna y Giuliano sorprendidos quedándome yo más sorprendida que ellos al ver que estaban vestidos, Arianna estaba sentada en el sofá mientras mi marido estaba de pie al otro lado del salón con un vaso de whisky en su mano. — Perdón, no quería molestaros — les dije girando y volviendo a cerrar la puerta Me fui a mi dormitorio, empecé a preparar el equipaje que me iba a llevar a México, entrando Giuliano en el dormitorio cuando ya lo tenía todo preparado — ¿Te vas? Bianca, ella y yo solo estábamos hablando, casi todos nuestros socios se han ido, al parecer hay alguien que les ha hecho una oferta mejor a nuestros vendedores y la mayoría no quieren servirnos, cariño no me dejes — me dijo rodeando mi cuerpo con sus brazos besandome el cuello y la mejilla — No te voy a dejar, pero tengo que irme unos días Giuliano, el secuestro me dejó algunas secuelas y necesito que me dejes irme unos días, nada más te pido eso — le dije Me giro poniéndome frente a
Los hombres que fueron a recogernos al aeropuerto, sacaron nuestro equipaje del vehículo, entramos en la casa, quedándome sin habla de lo bonita que era por dentro, José nos hizo acompañarlo hasta una gran terraza que había al fondo de la casa, donde se podía ver una preciosa piscina, acercándose a nosotros dos mujeres una jovencita y una señora mayor con el pelo blanco. — Catalina y rosalinda les acompañarán a sus habitaciones, yo les espero en el jardín — nos dijo José Acompañamos a las dos mujeres que nos enseñaron donde estaban nuestras habitaciones, entre en ella, abri mi equipaje para sacar un vestido, entre en el baño, me duche y volví al dormitorio con la toalla en la mano secando mi cuerpo. Angelo, Mario y yo fuimos al jardín casi al unísono, viendo como la muchacha le sonreía tímidamente a Mario. — Creo que te ha salido novia, ¿has visto cómo te mira Rosalinda? — pregunté a Mario — La única mujer que deseo tener a mi lado, eres tú — me dijo guiñandome un ojo. Subimos los
Estábamos Angelo y yo hablando cuando nos dimos cuenta de que pasaba Mario por nuestro lado como si fuera un zombi, nos echamos a reír los dos mirándonos él con el semblante de su cara muy serio— Me duele la cabeza, callaros graciosos no veo cual es el chiste — nos dijo Mario— Anda tío, ¿tú sabes que no puedes beber? vaya careto que tienes — le dijo Angelo— Me he levantado muy mal y encima me duelen los huevos, como si me hubieran pegado ahí, estaré perdiendo el norte ya — respondió Mario riendome yo sin poder parar— Buenos días el patrón ya viene de camino, — nos dijo José— Vamos a desayunar porque cuando venga Carlos quiero que nos lleve al almacén para ver como preparan y van a transportar la cocaína.-- dijo Angelo— Bianca cariño, aún me tienes que contar lo que te pasó anoche en el club, para que veas que la bebida aún no me trastorna y me acuerdo de lo que hablamos – dijo Mario— Ya lo vi anoche en mi habitación, quiero fooofoollar — le dije riendo mientras Mario me miraba
Estábamos tranquilamente comiendo, pero cuando vi como se acercaba Giuliano a nosotros con paso firme y el semblante muy serio, deje de comer para levantarme de la silla preparada para enfrentarme a Giuliano, ya que ya no le temía porque lo único que en ese momento me importaba lo tenía yo en mi vientre, que era a mi hijo— ¿Qué haces aquí? – pregunté cortando el paso a mi marido— Vengo a llevarte a casa, me ha costado mucho encontrarte y no me voy a marchar sin mi esposa — me contestó— No pienso marcharme Giuliano, así que date la vuelta y vete por donde has venido – contestéGiuliano me cogió con fuerza el brazo para llevarme con él, pero Mario, Angelo y Carlos se levantaron enseguida de sus asientos acercándose los tres a donde estabamos mi marido y yo, pero antes de llegar mi marido les grito— No os movais de donde estáis o no dudare en decirles a mis hombres que disparen — les dijo Giuliano— Dejala tranquila Giuliano, no queremos una guerra contigo, pero si no sueltas a Bia
MARIODespués de dejar a Bianca en la habitación poniendo la excusa de que iba a hablar con el representante, me fui hacia los ascensores para bajar al bar del hotel. Me acerqué a la barra preguntando el camarero que quería tomar, cuando le pedí un whisky con hielo, cogi mi móvil del bolsillo de mi pantalón y marqué el número de mi mano derecha Giuseppe que estaba vigilando junto con mis otros guardaespaldas mi casa en Milan— Giuseppe soy Mario, necesito que tú y tres hombres más vengan inmediatamente al hotel Milan Marriott, os necesito enseguida, puede haber problemas, venir preparados— Vale jefe, salimos ya para el hotel, no se preocupe — me dijo mi mano derechaMe tome el whisky de un trago, pague lo que consumi marchandome del bar hacia donde estaban los ascensores, subí al primero que vi vacío aprete el boton de la planta donde iba. Cuando llegué abri la puerta de la habitación y entré, vi encima de la cama la ropa de Bianca. La llamé varias veces pensando que estaria en el cu
BIANCA Intenté abrir los ojos pero casi no podía, lo veía todo borroso y tenía la boca muy seca, moví las manos para saber donde estaba, sintiendo una tela muy suave y me imagine que seria una cama por lo mullido que estaba. Poco a poco fui mirando con un poco más de claridad viendo que estaba como me acababa de imaginar, en una cama en una habitación que no conocía. Cuando ya pude ver mejor vi a Angelo acercándose a mí mirándome con su semblante muy serio. —¿Dónde estoy Angelo? ¿Qué pasa y por qué estoy aquí? — le pregunté — Lo siento Bianca, eres nuestra prisionera — me dijo — Como que prisionera, ¿de quien? — De Arianna y de mi, vamos a venderte a Victor Morales con la condición de que cuando nazca tu bastardo se lo dé a Arianna ya que planean Giuliano y ella casarse — me dijo dejándome atónita mientras escuchaba lo que me estaba diciendo — Giuliano no me haría eso, mi marido me ama — respondí — Siento ser yo el que te lo diga y perdoname por traicionarte, pero estoy muy enam
Cuando Victor me dijo que tenía planeado para mi y vi la cantidad de sicarios que rodeaban la casa, supe que ese era mi fin y que de ahí me sería imposible escapar, pero lo que no estaba dispuesta es a darles a mi hijo sin luchar aunque yo muriera en el intento. Pasaron los meses y lo único que yo podía hacer era pasear por el único sitio que me permitían.. Intente varias veces seducir a uno de sus sicarios para que me ayudara a escapar, pero fue un intento fallido, también quise sobornarlos, pero eran demasiado fieles a su jefe. Arianna fue a la casa de Victor un par de veces, pero aunque ella ya sabía que yo estaba prisionera allí, me encerraba en mi dormitorio hasta que la veía por la terraza que había en la habitación como se marchaba en su cocheUn mes antes de que mi hijo naciera, estaba sentada en uno de los sillones del jardín con Victor a mi lado, cuando uno de sus sicarios se acercó a él diciéndole algo al oído, levantándose Victor rápidamente de la silla, me levanté yo tamb
Gina se marchó de la cocina hasta la puerta de la casa, volviendo segundos después riendo sin poder parar— La limusina señora viene hacia la casa, usted tenía razón el señor está tan nervioso que se ha marchado sin usted — me dijo haciéndonos reír a Rosana y a mi tambien— Cariño lo siento, estoy nervioso y me he marchado sin ti, podrás perdonarme — me dijo mi marido cuando entró en la cocina Giuliano me ayudó a andar hasta donde estaba el vehículo, teniendo ya el chofer la puerta abierta. Entre tumbandome en el asiento ya que los dolores que tenia no me permitían estar sentada, mi marido se sentó a mi lado cogiéndome la mano, mientras algunas lágrimas le brotaban de sus preciosos ojos— ¿Hay algo en lo que yo pueda hacer para ayudarte? — me preguntó— Si una cosa Giuliano, no quiero más bebés por favor, me duele mucho — le dijeCuando el chofer paró la limusina en la puerta de urgencias, el doctor Beltran el médico en quien nada más confiaba Giuliano, ya estaba esperandonos abriénd