JULIA.-¡Tráeme otra cerveza!, ¡Tu, la pelirroja!-Grita un cliente y yo de inmediato pongo mi sonrisa falsa y obedezco.Coloco el vaso en la mesa y al darme vuelta el tipo me da una nalgada, y aunque sentí ganas de abofetearlo con fuerza, no lo hice, porque se supone que así es "mi trabajo" así que seguí mostrando mis dientes y me alejé."¿Que te pasa Julia?"-Me pregunté a mí misma, pues últimamente me la paso indiferente y en este tipo de empleo, eso no cotiza.Seguí atendiendo, retomando un poco el ánimo que me representa y al llegar a la barra, se me acerca una de las chicas nuevas y me dice "Te solicitan en la ocho, la que está en la esquina", obvio se dónde está ubicada esa mesa, pero no sentí necesario decírselo, solo agradecí, acomodé mi diminuto delantal, puse mi mejor sonrisa y me encaminé a atender a el que me solicita.Voy caminando con la cabeza gacha, sacando la libreta y el lapicero para anotar lo que vayan a pedir. -Buenas noches encanto, ¿Qué se le ofrece? -Inquirí si
STELLA.-¿Como me queda éste vestido?-Le pregunto a Salvatore y se queda paralizado apenas me observa-¿Que sucede amor?-Me acercó a él y coloco una mano en su frente-¿Te sientes mal?.-¡Quítatelo, ahora!- Exclama con voz demandante, tenía mucho tiempo que no utilizaba ese tono conmigo.-¿Por qué me hablas así?-Se me hizo un nudo en la garganta-Me gusta el vestido aunque parezca que voy a reventar... Y no es necesario que me trates de ese modo.Unas cuantas lágrimas brotaron de mis ojos y quise alejarme a toda prisa, pero no me lo permitió.-Mi vida, lo siento, no fue mi intención-Me envolvió en sus brazos-Es que ese vestido es muy parecido al que tienes puesto en... Olvídalo, fue una estupidez de mi parte, no sé en qué momento me volví tan supersticioso.-¿Así estoy vestida en tu sueño?Exhala antes de afirmar.-No es un sueño-Me corrige-Es una pesadilla, la peor que he tenido en toda mi vida.-¿Y no te has preguntado, si tu pesadilla conmigo tiene algo que ver con lo que le pasó a tu
Llegamos los cuatro juntos a la comisaría. -Si esto es obra de mi padre, juro que...-No saquemos conclusiones aún, mejor entremos para saber qué es lo que está pasando-Pedí.Atravesamos unas enormes puertas de vidrio y nos acercamos a un mostrador donde se encontraba sentada a una oficial, de aproximadamente unos cuarenta años de edad.-Buenas tardes, soy Salvatore Lombardi, acabo de recibir una llamada de que tienen a mi hermano retenido aquí, su nombre es Sebastián, ¿Quisiera saber bajo qué cargos?-Un momento por favor-dijo la mujer mientras se acercaba a una computadora y comenzaba a escribir-¿Su hermano es Sebastián Roccuzo?.-Si, es él, yo soy Lombardi Roccuzo. -Muy bien...-Empezó a leer la mujer, pero para si misma-Ok, aquí dice que su hermano recibió una denuncia por agresión física hacía el ciudadano Rafael Reyes.Yo jadee sorprendida, y mi italiano golpeó con la mano abierta el mostrador.-Le voy a pedir que se calme señor Lombardi, si no es que quiere hacerle compañía a
De por sí, el día se sintió pesado desde que inició, y no hay duda que la noche fue peor.Apenas Violeta recibió esa llamada, salió despavorida hacia el hospital, con Vittorio. Salvatore y yo tuvimos que esperar que dejaran libre a Sebastián para poder alcanzarlos.Cuando íbamos en camino, recosté un poco el asiento del copiloto y cerré los parpados unos segundos porque me sentía aturdida.-¿Qué sucede?-Preguntó mi italiano colocando una mano sobre mi enorme barriga, manejando con una sola.-Ha sido demasiado para un día.-Tu no deberías estar en esta situación, tendrías que estar tranquila en casa, descansando.-Todo lo que sucedió se conecta a mí, todo es culpa de ese idiota que esta obsesionado conmigo. El fue el que hizo que tu hermano cayera preso, y estoy cien por ciento segura que fue el quien ataco a Julia. Cómo podría yo estar tranquila en casa si al final todo se debe a mí.-Nada de esto es tu culpa ¿me oyes?, todo es obra del desgraciado de Rafael, y si fue él, el que ataco
-Dígame si serán niños, o niñas y prometo no decirle nada a ella-Le menciona Salvatore al doctor Robert, y lo miré achinando mis ojos-¿Qué?, tú eres la que no quiere saber.-Solo faltan dos meses para que nazcan, no desespere-Dice el doctor mientras hace el eco.-‘’Que no desespere’’-Repite el italiano con sarcásmo.-Doctor, el segundo nombre de Salvatore es ‘’desesperado’’.-La paciencia es lo primordial cuando se trata de niños señor Lombardi.-Esa frase se a convertido en la favorita de Stella.-Entonces su mujer es sabia, hágale caso.-Muy bien, pero por lo menos dígame, ¿Cómo se encuentran?-Excelente, en menos de diez semanas tendrán en sus manos a dos bebes completamente sanos.-¿De cuántas semanas estamos hablando exactamente?-Salvatore…-No sabría decirle, pueden ser diez, nueve, incluso cinco. Con madres primerizas es difícil acertar. La última palabra la tienen esas dos personitas, nacerán cuando ellos así lo deseen.-¿Y si decidimos que nazcan mediante cesárea?, así sabrí
SALVATORE.Llevamos días sintiéndonos en paz, pero yo sigo esperando que se acerque la tormenta...Esa llamada me dejó alerta, a pesar de que mi padre no me dio grandes detalles, doy por seguro que se aparecerá en cualquier momento, él es así, se mantiene un tiempo estático, generando suspenso, y luego llega para oscurecerlo todo, tal como lo hace una enorme nube plomiza durante una mañana que parece perfecta...Stella me observa y me dedica una sonrisa, mi favorita, y yo le hago señas para que se acerque y poder besar a mis hijos en su vientre.-Imagino lo mucho que debes extrañar trabajar en tu despacho, y en especial a tu cómoda silla-Comenta sentándose en mis piernas y yo recuesto la espalda completa del asiento para darle espacio.-Tu comedor no está nada mal... Y prefiero mil veces estar contigo, sin importar qué tan incómoda sea la silla en la que trabajo.Vuelve a sonreír, y luego me da un corto beso en los labios.-¡Stella!-La llama Julia, saliendo de la habitación, acompañad
STELLA.La mansión se ve distinta, o quizás he sido yo la que ha cambiado...Se que extrañaré mi casa, pero Salvatore tiene razón, primero está la seguridad de nuestros hijos y la mansión es como una fortaleza.-¿Lista?-Pregunta mi italiano, sacándome de mis pensamientos.Tomé una gran bocanada de aire y luego asentí para afirmar.-Esto será un nuevo comienzo-Me besa la mano-Quiero que dejemos el pasado atrás, pero si en algún momento, el recuerdo de lo que te hice te atormenta, me lo dices y nos iremos a otra parte.-Tranquilo-Acaricio su mejilla-Estaremos bien, tú lo has dicho, el pasado quedó atrás. No soy del tipo de personas que acumula rencor en su corazón.-Eso lo sé mi ángel-Me besa los labios y yo sonrió-Vamos.Se baja del auto y luego me ayuda a bajar a mí.-Qué extraño, le avisé a Violeta que vendríamos, no sé por qué no nos está esperando fuera.-¿Y si pasó algo?-Tal vez fue que llegamos antes-Admitió abriendo la puerta.¡SORPRESA! Gritaron todos al vernos y yo me reí de
-¡¿CÓMO CARAJOS PUDO SALIR DE AQUÍ SIN QUE NADIE LA VIERA?!Los gritos de Salvatore se escuchan desde afuera, por eso apuré el paso y entré rápido a la mansión.-¿Qué sucede?-Pregunté cerrando la puerta, y al ver a todos reunidos en la sala fruncí el ceño.Cuando el italiano conectó sus ojos con los míos, su cuerpo se relajó como si hubiese estado aguantando la respiración por un largo rato.Se acercó lentamente y preguntó en un murmullo:-¿Dónde estabas?-¿Los estabas regañando porque salí sin que nadie lo notara?-Inquirí en voz baja, me estaba muriendo de la vergüenza-Por favor, todos vuelvan a sus labores y disculpen a Salvatore por lo que acaba de pasar.Esperó hasta que estuviésemos solos para acortar más la distancia entre nosotros y envolverme con sus brazos.-¿No me dirás dónde estuviste?-Fui de compras con Julia... Te iba a pedir que me acompañaras, pero como estabas tan ocupado no quise molestarte.-No puedes salir de aquí sin avisarme, y menos estando sola, debes ir con el