SALVATORE.No logro tranquilizarme, creo que ya dejé una marca en el suelo de tanto caminar de un lado a otro en el mismo sitio.Me encuentro al borde del neuroticismo.-Calma joven, todo saldrá bien-Dice Violeta desde su asiento.-Ya lleva horas sufriendo Violeta, ¿Como puedo estar tranquilo?, Además, no sé para qué nos sacaron de la habitación, yo le prometí que no la dejaría sola en ningún momento.-Este proceso lleva su tiempo, debemos conservar la paciencia...Quiero tener su optimismo, pero mi miedo es imposible de disfrazar.-¡Volvimos!-Exclama Julia, acercándose a toda prisa por el pasillo del hospital-Y trajimos café, ¿Quieres?-Me ofreció y negué con la cabeza-¿Por qué están aquí los dos?, ¿Quién está con Stella?-Le están haciendo un nuevo chequeo y nos pidieron salir-Respondo con inconformidad.Desde afuera se escucha claramente otro grito de mi mujer, y mi desesperación aumenta.-¡YA DÉJENME ENTRAR!-Me lleve las manos a la cabeza.-Hermano-Sebastián coloca su diestra en mi
STELLA.Fue difícil ubicar la realidad cuando estaba anestesiada...No comprendía bien que sucedía, de pronto me encontraba sentada en una silla mecedora, dentro de una habitación parecida a la de mis hijos, y me alarmé al notar que mi enorme barriga no estaba.Quise levantarme y una punzada en la parte baja del vientre me lo impidió. El dolor se sintió tan real que me hizo cuestionarme si en verdad estaba soñando, o solo había estado divagando durante días.-¡¿Hay alguien aquí?!, ¡¿Dónde están mis hijos?!.De repente, la puerta fue abierta y vi entrar a mi italiano, con una expresión alegre y me alivié al ver que traía a un recién nacido en brazos.-Salvatore... ¿Es mi bebé?Asintió para afirmar y se acercó para entregármelo con mucha cautela. Era la cosita más divina que he visto en el mundo, pero no hice mención al respecto, pues tenía una pregunta muy importante que hacer primero-¿Dónde está mi otro bebé?Su sonrisa se borró de inmediato, lo hizo con la misma rapidez con la que mi
-¡Mira esas preciosuras!-Dijo una muy emocionada Julia cuando entramos a la mansión, refiriéndose a los gemelos y quizás utilizando un tono más alto del necesario.-Dios Santo, son tan lindos-Comentó Violeta con algo de nostalgia-Me siento como una abuela.-Eres su abuela-Le aseguré, besándola en la mejilla y entregándole a la bebé-Ella es Isabel.-Y él, Alessandro-Anuncia Salvatore, mostrando a nuestro hijo que traía en brazos.Se escucharon varios jadeos de sorpresa, seguidos de suspiros de emoción, estaban absortos.-Benvenuti piccoli(Bienvenidos pequeños)-Pronuncia Vittorio con júbilo.-Los retoños de la florecita-Dijo el señor Luis.Y Violeta estaba tan emocionada que no le salía palabra alguna.Pasamos casi dos semanas en el hospital, durante las cuales no pudimos recibir visitas porque los bebés, al ser prematuros, necesitaron de cuidados especiales, y el mantenerlos aislados fue una de esas precauciones, por eso nuestro recibimiento en la mansión fue todo un revuelo, estaban m
*3 Meses después*-Date prisa-Le digo a Salvatore.-Si me apuras no me puedo concentrar.-Es que ya están por despertar…-Lo sé, lo sé, dame solo un minuto.Acelera sus movimientos con algo de desesperación y yo, por más que intenté contenerme, no pude evitar comenzar a reírme.-Así mucho menos voy a terminar-Se queja, bajándoseme de encima y mi risa se vuelve un poco más escandalosa-¿En serio te vas a burlar de mí?-Mi vida…-Lo beso en los labios-No me estoy riendo de ti, me rio de nosotros, y de nuestra nueva forma de hacer el amor-Vuelvo a reír.-Bueno, por lo menos te doy risa, ya que no te doy placer-Hace una mueca de decepción.-No seas tonto, claro que me das placer… anoche la pasé muy bien-Me muerdo el labio inferior-Si quieres podemos repetir lo mismo, solo que más tarde-Le guiño un ojo y el me mira entrecerrando los suyos.-¿Me lo prometes?Levanto una mano con la palma señalando en su dirección.-Tienes mi palabra.En su rostro se empieza expandir una sonrisa y me envuelve
Siempre he sentido ilusiones de viajar...Volar en avión me pareció divertido y aterrorizante al mismo tiempo. Los gemelos se portaron bastante bien durante el vuelo y cuando aterrizamos, sentí algo de emoción. Me entusiasma conocer la tierra donde nació mi amado Salvatore, aunque las circunstancias no resulten del todo agradables...Un chofer nos recogió en el aeropuerto, y pude ver parte de la ciudad cuando íbamos en camino, no hay duda de que Italia es preciosa.Cuando llegamos a casa del señor Massimo, mi mandíbula casi toca el piso. Es como un enorme palacio, hace que la mansión parezca una simple casa de campo.-Bienvenida-Dice mi pelinegro sin mostrar el mínimo rastro de alegría, y yo sonrió por amabilidad.Sé que, aunque no lo platique, la situación con su padre lo tiene preocupado...Salimos del auto y de inmediato unas personas se nos acercaron para saludar y ayudarnos a bajar nuestro equipaje.Yo cargue a Alessandro, y él, a Isabel, y entramos tomados de la mano.-Es demasi
-¡Dios mío!, ¡Esto es un castillo!-Exclama una voz femenina bastante conocida, era mi amiga.Aun teniéndolos a los dos al frente, no podíamos creer que hubiesen venido.-No me vean así, estoy aquí porque ella me convenció-Dice Sebastián, señalando a la pelirroja que trae al lado-Esta casa solo me trae malos recuerdos.Debí imaginar que mi amiga estaba detrás de todo esto, y él, está demostrando que literalmente, hace lo que sea por ella.Antonella no se aguanta y corre a darle un fuerte abrazo a su hermano, y en respuesta, recibe un sonado beso en la mejilla.-Es bueno verte hermano-Dice Salvatore, acercándose a la emotiva escena, y la chica aprovecha para abrazarlos a los dos al mismo tiempo.Julia, camina en mi dirección y después de saludarla, le dije en voz baja:-Gracias por convencer a Sebastián de que viniera, para sus hermanos era importante volver a reunirse.-Lo hice porque no sé si el viejo está tan mal como pensamos, en realidad vine por ti, no podía dejarte sola.Extendí
-Papá, ¿Quieres pedirle perdón a Stella?-Pregunta mi cuñada, y el hombre pestaña dos veces para afirmar.-No me pida perdón a mi señor Massimo, mejor pídaselo a Dios para que pueda permitirle descansar en paz-Me acerco un poco más, intentando que mis ojos no muestren lástima, sino compasión, y le digo en voz baja-Le voy a confesar algo que tal vez le traiga un poco de alegría en estos momentos de agonía que ha vivido.Hice una pausa momentánea y sentí como mi italiano me sostuvo por la cintura, busque su rostro para ver si lo que quería era que callara, pero no, la expresión que mostró fue de apoyo, así que continúe.-Señor Massimo, al final mis hijos si llevan su apellido.Abrió los parpados más de la cuenta, y suspiró cómo si sintiera calma, y tuve que aclarar.-No lo hice por usted, lo hice por su hijo, por mi Salvatore... Él, es un hombre maravilloso y lo merecía, aunque sé que, de igual forma a usted, eso le genera alivio-Pestaña dos veces para confirmar y yo asiento con la cabez
-"Respira Stella, respira"-Tuve que recordarme yo misma, ya que estaba a punto de desmayarme por no llenar mis pulmones de aire...En solo un minuto deberé caminar hacia el altar y yo sigo aquí, intentando recordar cómo es que se inhala y se exhala el bendito oxígeno.-¿Preparada?-Pregunta Sebastián, detrás de mí, y me sobresalté cuándo escuché su voz-Veo que no, ¿Estás muy nerviosa?-Ni te imaginas cuánto...-Resople.Me observa detenidamente, y sonríe.-Estas muy bonita, pareces una princesa. Espero que no me lo tomes a mal.-Oh, no, no. Te lo agradezco, eres como mi hermano mayor y escuchar esas palabras me generan mucha confianza... Sinceramente no pensé que este momento fuese tan difícil, quizás hubiese sido más sencillo si uno de mis padres estuviese conmigo, pero, contar contigo es bastante reconfortante-Sonreí ampliamente-Y, por cierto, tú también estas muy guapo.-Gracias. Y, no es que yo sea exactamente una figura paterna para ti, pero ya que me ves como un hermano mayor, me