CAPÍTULO 143. SorpresasÉl se arrodilló frente a ella y sonrió.—Sí, amor, es un modelo que puedes conducir solo con las manos —le explicó—. Lo mandamos a construir especialmente para ti, aunque sé que muy pronto se lo pasarás a todos los que se atrevan a volver al ruedo, como tú.—¡Gracias, amor! —dijo ella, sin poder evitar que las lágrimas brotaran de sus ojos. No podía creerlo.Scott se acercó a ella y la besó en los labios.—Te amo, Ale —susurró—. Nunca lo dudes. Cuando dije que haría cualquier cosa por ti, lo dije en serio. Ahora vamos, vamos a darnos una vuelta.La subió al auto y la aseguró antes de subirse al asiento del copiloto, también había hecho construir un pequeño circuito de Fiorano para ella y aunque al inicio Alejandra fue más que cuidadosa mientras aprendía a reconocer el coche, muy pronto volaban sobre aquel camino con la misma energía de siempre.Para Alejandra, esto era más que un simple regalo; era un símbolo del amor de Scott y de todo lo que él significaba pa
CAPÍTULO 144. PrácticasAlejandra cerró los ojos mientras el avión despegaba y se alejaba de Francia. Habían pasado los mejores meses de su vida allá, pero ya era hora de volver a Mónaco. Nada había cambiado, solo ellos.Sebastián era el mejor para administrar la empresa y Diamond Fast seguía creciendo, así que Alejandra decidió dejar todo en sus manos porque traía un proyecto mucho más grande entre manos y era su boda.No quería el lujo de una boda extravagante, pero tampoco quería una ceremonia sencilla. Tenía que encontrar el equilibrio perfecto para que ella y Scott recordaran ese día para siempre. Así que, después de mucho pensarlo, decidió hacerla en su propia casa.La mansión estaba en plena naturaleza y ofrecía un paisaje maravilloso, así que sería el lugar perfecto para la boda. Había imaginado aquello tantas veces en los últimos meses que se sentía como si fuera un sueño. Ahora solo le faltaban las últimas semanas de preparación.Se mordió el labio nerviosa mientras pensaba
CAPÍTULO 145. ¿Cómo vas a casarte conmigo si no vienes hacia mí?—¡Te amo! —exclamó Ale emocionada.—Entonces practica conmigo, ven acá.Scott extendió sus brazos y Alejandra dudó un momento. Estaba a más de cuatro metros y no quería que su primer intento fuera para caerse frente a él con aquel vestido.Negó y Scott se acercó un poco más.—Ven, Ale. Tienes que confiar —la animó—. ¿Cómo vas a casarte conmigo si no vienes hacia mí?—Si me caigo...—Te levanto. Y si no, voy y me acuesto contigo. Pero igual vamos a estar juntos —le sonrió Scott—. Por favor, ven.Alejandra se armó de valor para soltar el agarre que tenía y se mantuvo sola en equilibrio por un minuto, como si intentara averiguar cómo dar el primer paso... pero finalmente lo hizo. Puso aquel pide delante y el mundo se detuvo cuando Alejandra empezó a caminar. Daba un paso por minuto, pero Scott tenía los ojos llenos de lágrimas cuando ella recorrió la mitad de aquel camino.—¿Qué te parece? —preguntó Ale en voz baja y él sal
CAPÍTULO 146. Un regalo de bodasAlejandra sabía que debía estar emocionada, pero la verdad estaba un poco asustada. Al menos a la luz de las estrellas aquel lugar era... ¡bien feo la verdad!—Mi confianza en ti está disminuyendo a medida que aumenta la posibilidad de necesitar una inyección contra el tétanos, amor —dijo en su oído pero él solo rio.—Tienes que confiar en mí, porque te aseguro que esta será la mejor sorpresa de todas —dijo Scott—. Es más, cierra los ojos.Ale obedeció y Scott abrió la puerta del edificio para poder entrar.El corazón de Alejandra latía con fuerza en su pecho mientras Comenzaba a distinguir un olor característico que la transportó de inmediato a su niñez. Abrió los ojos sin poder evitarlo y miró a su alrededor, tratando de asimilar su entorno. El lugar estaba poco iluminado, pero aun así ella sabía que estaba en una pequeña fábrica y para qué servían todas aquellas máquinas que tenía frente a ella.Scott la depositó suavemente en el suelo y la abrazó
CAPÍTULO 147. Un pacto de amorSi era honesta, debía admitir que todo el tiempo la había mantenido la esperanza de poder volver a caminar, pero sabía que aún más valor tenían todas esas personas que, sabiendo que no lograrían hacerlo nunca más, eran capaces de sobreponerse y seguir adelante desde su silla. Así que a partir de ese momento Diamond Fast abrió una división de investigación especialmente operada por y para personas discapacitadas, donde se diseñaba y construía toda clase de artículos útiles para ellos, desde sillas de ruedas o autos que pudieran manejar solo con sus manos, para darles mayor independencia y autonomía.Scott había decidido que financiarían aquella división con los videojuegos, así que el lanzamiento del primero, casi seis meses después, lo tenía muy nervioso.—Cariño, todo va a salir bien —lo tranquilizó Alejandra mientras le arreglaba la pajarita de su traje.—Lo sé, lo sé, pero estoy ansioso —le sonrió él mientras rodeaba su cintura y la besaba—. El financ
CAPÍTULO 148. Cuentas pendientesEl viaje hacia América fue tranquilo, pero como Scott tenía planeado que fuera pocos días, prefirió que fueran Alejandra y él solos.—¿De verdad no me vas a contar por qué estamos viajando? ¿Ni una pista? —insistió ella por décima vez.—¡No, y ya no preguntes porque no te lo voy a decir! —se rio él—. ¡Al menos no todavía!Se hospedaron en uno de los hoteles cerca del centro de la ciudad apenas llegaron y Scott le dio un beso fugaz después de que acomodaron sus cosas.—Tengo que salir, nena —le dijo con seriedad mientras acariciaba su pancita—. ¿Crees que tú y este príncipe o princesa puedan entretenerse un ratito sin mí?—¡Sí, claro! —exclamó ella y los dos sabían que la pregunta salía sobrando, porque Alejandra no era ni de lejos una mujer dependiente—. De hecho voy a aprovechar para contactar a quienes compraron la antigua empresa de mis padres, hay algunas cosas que necesito recuperar.Mientras Scott salía y se ponía de acuerdo con su contacto para
CAPÍTULO 149. Buen corazónLeticia suspiró con tristeza.—Eso vi en las noticias. Que secuestró a tu hija. —Su tía negó con cansancio antes de sentarse—. Ni siquiera sé cómo mirarte a la cara, no tengo por dónde empezar a disculparme, y honestamente no creo que sirva para nada. No quiero creer que crie a un monstruo, porque también te crie a ti y saliste bien... —murmuró con los ojos llenos de lágrimas—. Pero supongo que a estas alturas no hay nada que pueda hacer.—¿Sabes si él... si el tío Milton sabía lo que planeaban Alberto y Claudette? ¿Lo de matarme?Leticia se limpió la cara y negó.—No lo sé, Milton siempre lo negó... pero llega un punto en que si no puedes creer en tu propia hija, ya no puedes creer en nadie más. Lamento mucho todo lo que pasó, Ale. Ojalá hubiera podido evitártelo, te lo juro.Alejandra miró alrededor, al hombre que estaba en aquella silla totalmente ausente, y luego a su tía. Era verdad que Leticia la había criado desde la muerte de sus padres, y no podía r
CAPÍTULO 150. ¡Ya viene el bebé!Sobra decir que cualquier lugar con Scott era especial para Alejandra, pero no negaba el hecho de que algunos en aquella ciudad los habían marcado especialmente a los dos; así que la muchacha no se asombró cuando Scott detuvo el auto frente a la verja de su antigua casa.Se bajaron y él dudó por un instante, pero si Alejandra no lo había perdonado a aquellas alturas estaba muy jodido, así que se armó de valor y le ofreció su mano. Alejandra la tomó sin dudarlo y juntos atravesaron la puerta de la casa.—Ale, sé que quizás venir aquí te traiga malos recuerdos...—Prefiero quedarme con los buenos —le dijo ella tranquilizándolo.—Yo también —murmuró Scott—. Por eso quiero que regresemos a un sitio muy especial.Ale ya imaginaba cuál era, pero lo siguió en silencio mientras entraban al cuarto de juegos. Lo vio deslizar el panel de la pared y se abrió la pequeña puerta a la escalera. Alejandra se apoyó en él mientras las luces se encendían lentamente y baja