capitulo 2

Larry mira a su hijo Max y luego baja la guardia, aún que está hecho un diablo.

Este mira de manera fulminante a Katerin y luego se marcha sin decir algo más.

—¿Mami?— dijo él niño Max

—regresa a tu habitación Max— ordena Emily

—Papi es malo— dijo Max y eso le duele a Katerin, ella desea una familia, pero no como está, es un infierno vivir con Larry.

—estamos bien cielo, papi solo está un poco molesto regresa a tu habitación con Danna, por favor Emily ve con tus hermanos. -- saca fuerzas Katerin de donde no las tiene para ponerse de pie y Emely obedece.

Katerin, al ver que sus hijos se marchan, caen de rodillas al suelo de madera.

Es tarde de la noche, Katerin como pudo, se puso de pie y camina a la habitación de cada uno de sus hijos y todos están dormidos, Larry no está, por lo que Katerin entiende que sea marchado en busca de su amante.

La mujer entra al baño y se mira al espejo, ella se siente como si fuera un monstruo y más con los golpes que Larry le ha dado.

Katerin busca una pastilla que calme su dolor pero lastimosamente no tiene en el botiquín, ella piensa en esperar que amanezca, pero le duele mucho el cuerpo. Además, esas patadas de Larry aumentaron su dolor de espalda y su vientre.

La mujer se coloca un viejo abrigo color negro, aún que está desgastado, no tiene más opciones, porque quizás encuentre a alguien a esa horas de la noche y pueda que vean los golpes y luego hablen mal de Larry. Antes de salir de la habitación, ella se coloca unas gafas de Larry porque ella no tiene.

Katerin sale de casa, ella se sube al auto, y maneja con cuidado, solo que no puede mantener su espalda recta porque eso hace que más le duela la espalda.

Al llegar por fin a una farmacia, que por cierto queda retirado de la casa, ella compra los analgésicos y regresa a su auto, para su mala suerte empieza a llover, la mujer no pudo aguantar llegar a casa y tomar las pastillas, se toma la pastilla sin agua, traga grueso y espera que haga su función, siente como si las caderas se le partieran en dos.

La mujer al ver que ya son las 4am y luego pueda que llegue Larry y no la vea en casa, eso la llenó de angustia, por lo que empieza a manejar con mucho cuidado, la lluvia aumenta y no deja verle bien el camino, aunque activo el parabrisas, no es posible ver bien el camino, ella va tan lento porque quiere llegar con vida a casa, sabe que sus hijos la necesitan, pero no es paciente.

Lo peor de todo es que el auto se le apaga y eso para ella es una tortura.

—¡No puede ser!— grita ella fuertemente y luego golpea el volante llena de frustración. Ella se quita el abrigo y las gafas, debe buscar soluciones, luego sale del auto, apenas salió, sintió las frías gotas de agua recorrer su delicado y golpeado cuerpo, además que su piel se eriza por el frío, y qué decir de sus pechos, duros y firmes.

Ella abre la parte delantera del auto y de esta sale humo, por lo que el auto tuvo que calentarse.

—¡Ahora que voy hacer!— ella mira a su alrededor y ya está totalmente empapada, Katerine empieza a llorar, su mala suerte empeoró, ella cierra la cubierta y luego mira al cielo, sus lágrimas de dolor y desesperación se mezclan con las gotas frías de agua.

Ella se sienta en la parte delantera del auto y luego se acuesta lentamente, aunque le dolió el cuerpo, pero se siente vulnerable. La mujer trata de mirar el cielo, aún que la lluvia no se lo permite, esta muy fuerte, ella cierra los ojos y no para de llorar

—estoy cansada...— Susurra Katerin.

Cuánto tiempo había pasado Katerin bajo la lluvia, ni ella lo sabe, porque en lo único que piensa es que su vida es miserable.

Pero se exalta cuando escucha que un auto estacionar al lado de ella, a lo que se fue a levantar rápidamente, su espalda tráquea y ella muerde su labio inferior del dolor.

Aún así se aguanta para poder mirar quién es, un auto color negro modelo Porsche está estacionado y nadie baja, el corazón de ella se pone a mil, Katerin se baja del auto para poder entrar a su auto y así al menos protegerse de que no le hagan daño, pero su mundo se detiene cuando mira el guapísimo hombre dios griego que baja del auto.

Zac Ferrero, hombre de 35 años de edad guapísimo, como si fuera un modelo, alto, musculoso, cabello negro como la noche y ojos color verde intensos.

A ella casi se le sale la baba nada más de ver semejante monumento de hombre al frente de ella, Katerin traga grueso y la mirada de ella con la de ese hombre conectan, una corriente eléctrica recorre el cuerpo de Katerin, pero un trueno fuerte la hizo aterrizar.

—¿Necesitas ayuda?— pregunta él muy educado y se acerca un poco más, por lo que Katerin se asusta

—¡no me haga daño por favor!— súplica ella y este hace un gesto extraño.

—si ese fuera el caso voy directo hacer el daño, ¿Necesitas ayuda?— pregunta él nuevamente

—mi auto se averió, y debo regresar a casa lo más pronto posible.

—te puedo llevar si quieres— dijo Zac, ella pasa saliva, está totalmente empapada

—no quiero mojar su auto— responde ella, al ver que él es sumamente cuidadoso, ya que tiene un sombrilla para protegerse del agua

—Eso no importa, ¿Subes o no?— pregunta él, está algo amargo porque no tuvo un buen día.

Katerin suspira y camina hacia aquel hombre, cuando ella fue abrir la puerta, lo no le permite, porque cómo es todo un caballero, le abre la puerta y está entra con más nervios.

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