PELEAR POR TI. CAPÍTULO 25. Otro imbécil solidario En cualquier otra situación, por el pensamiento de Adriana habría cruzado un: “¡Sí claro, lo que diga Su Majestad!”. Sin embargo en aquel momento era demasiado evidente por el tono de aquel hombre que estaba preocupado de verdad. Sus manos se afer
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 26. Las exigencias de un Rey Podía ser un reto, una amenaza o una invitación, pero la verdad era que con el calor que desprendían cuando estaban juntos, Adriana lo veía como todo a la vez. Se echó atrás despacio para salir del círculo de sus brazos, y lo miró a los ojos con
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 27. Un contrato de exclusividad Firmar aquel contrato no era difícil para Kyle, después de todo nada de lo que Adriana quisiera o necesitara entraría en conflicto jamás con sus entrenamientos o con sus peleas. Sin embargo ni siquiera estaba preparado para todo lo que ella te
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 28. No quise lastimarte —Si eso es lo que quieres, entonces yo no me voy a resistir —aseguró Kyle con una sonrisa traviesa y Adriana gruñó con impotencia. —¡Vamos, Rey, no seas niño! Esto es parte de tu contrato. Tenemos que elegir correctamente la ropa interior para ti, p
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 29. Una figura en la oscuridad ¿Que estaba molesto? Mucho. ¿Que no había imaginado que ella fuera una persona a la que le faltara tacto? Tampoco. ¿Que antes otras personas habían mencionado la pérdida de sus piernas en tonos muchísimo peores y más hirientes? Era cierto. A
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 30. Revelaciones La oscuridad del pasillo envolvía a Kyle mientras cargaba a Adriana sobre su hombro como si fuera una niña malcriada que no quería obedecer y en aquel momento… bueno, eso era exactamente lo que era. Cruzaron el umbral de su departamento y la puerta se cerró
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 31. Un sueño bonito Adriana se despertó con el sonido lejano de un golpeteo extraño y rítmico. Parpadeó, tratando de ubicarse, pero tenía tanto sueño que era imposible, así que se levantó a tientas y pasó por baño dormida antes de salir a ver quién estaba martilleando en su
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 32. Su peso en oro Adriana no tenía derecho a reaccionar ni bien ni mal, lo sabía bien, pero no tener derecho y ser capaz de aguantarse no era lo mismo. —Aquí está la lencería que modelarás, Kyle —dijo una de las estilistas, entregándole una bolsa para ropa, y Adriana le to