PELEAR POR TI. CAPÍTULO 32. Su peso en oro Adriana no tenía derecho a reaccionar ni bien ni mal, lo sabía bien, pero no tener derecho y ser capaz de aguantarse no era lo mismo. —Aquí está la lencería que modelarás, Kyle —dijo una de las estilistas, entregándole una bolsa para ropa, y Adriana le to
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 33. Unos apodos cariñosos Andrea Keller tenía una sonrisa radiante cuando abrió la puerta con una cálida sonrisa, y su padre estaba justo detrás de ella, dándoles la bienvenida. El aroma de la cena se sentía en toda la casa y Adriana y Kyle se miraron como si estuvieran caye
PELEAR POR TI. CAPITULO 34. Un hombre de vuelta a sus recuerdos Los corazones de Adriana y Kyle se aceleraron mientras avanzaban entre el tráfico de la ciudad. Las manos de Kyle agarraron el volante con fuerza, sus nudillos se ponían blancos con cada giro y esquivaba aquel auto que cada vez parecía
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 35. Abrazados Las luces de la sala eran lo suficientemente bajas como para no llamar la atención de nadie que estuviera vigilando a aquella hora, pero también alcanzaban para que Adriana viera en todo su esplendor la ira del Rey. Tenía los puños cerrados en un esfuerzo por
PELEAR POR TI. CAPITULO 36. Una nueva estrategia Mirarla dormir era una de las cosas más tiernas que se podía imaginar, pero verla dormir desnuda sobre el suelo de una jaula, acurrucada contra su cuerpo, hizo que a Kyle Orlenko le temblaran sentimientos que ni siquiera sabía que tenía. Era la muje
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 37. Un entrenamiento Kyle estaba acostumbrado a las jaulas, las peleas, pero jamás había imaginado que las habilidades de Adriana para la publicidad llegaran tan lejos. Parecía una pequeña hormiga loca arreglándolo todo, y su padre solo la miraba con aprobación, como si eso
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 38. ¡Exterminación! Bañado, perfumado, listo, limpio, hermoso, deseable y comestible. Con un ramo de flores en las manos que se había robado del primer florero del hotel que le había pasado por delante, y una caja de chocolates que uno de los ayudantes del evento le había c
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 39. Con énfasis en “cada día” El Hotel de París Monte-Carlo había sido preparado hasta en el más mínimo detalle. Sus puertas se abrían a un público que no era exclusivamente huésped, y habían tenido que contratar a más de quinientos camareros adicionales para que pudieran at