PELEAR POR TI. CAPÍTULO 39. Con énfasis en “cada día” El Hotel de París Monte-Carlo había sido preparado hasta en el más mínimo detalle. Sus puertas se abrían a un público que no era exclusivamente huésped, y habían tenido que contratar a más de quinientos camareros adicionales para que pudieran at
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 40. Los reyes no se arrodillan La voz del comentarista resonaba por encima incluso de la multitud, pero definitivamente no había sonido más fuerte que el corazón de Adriana, que retumbaba en sus oídos mientras observaba a Kyle y a su padre dando vueltas dentro de aquella jau
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 41. ¿A dónde vamos? Sacarla de allí era como Misión Imposible XII para enamorados, pero ciertamente no había nada que un Orlenko no pudiera conseguir si quería. Se escabulleron del hotel y Kyle condujo hasta un pequeño y remoto faro cerca de la costa. —Estoy muy orgullosa d
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 42. Rivales —Déjalo para mañana. —La respuesta de Adriana fue automática y natural—. Tengo que pasarle un montón de clientes y ahora no es un buen momento, solo vengo a asegurarme de que todo siga en orden y a restregarle a Mauro mi super lanzamiento —rio—. Todos los pendien
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 43. Celos Era preciosa. Aquella forma de gemir ponía a Kyle por las nubes, al infinito y más allá. Pero el resto de Adriana Keller hacía también el mismo efecto. Verla delante de la computadora, trabajando y especialmente dando órdenes… eso simplemente le encantaba.Lo que d
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 44. Una reunión arruinada ¿Estaba frustrada? Un poco. Adriana estaba acostumbrada a ser profesional y trabajar incansablemente. Jamás uno de sus deportistas había tenido quejas de ella, porque sabía darles el lugar y la atención que merecían. Por eso, por más sentimientos
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 45. Límites Salir de aquel restaurante no era el problema. La cuestión era hacerlo con la mole de frustración que era Kyle delante de ella.—Oye, Adriana… Adriana espera…—Ahora, no, Kyle. Tengo que volver a la oficina —respondió ella con un tono tan gélido que hizo al pelea
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 46. El mayor error El corazón de Adriana golpeaba en su pecho con demasiada fuerza mientras sentía los frenos de emergencia de aquel ascensor activarse y desactivarse por momentos, como si un niño gigante estuviera jugando con él o como si se hubiera soltado y estuviera a pu