PELEAR POR TI. CAPÍTULO 43. Celos Era preciosa. Aquella forma de gemir ponía a Kyle por las nubes, al infinito y más allá. Pero el resto de Adriana Keller hacía también el mismo efecto. Verla delante de la computadora, trabajando y especialmente dando órdenes… eso simplemente le encantaba.Lo que d
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 44. Una reunión arruinada ¿Estaba frustrada? Un poco. Adriana estaba acostumbrada a ser profesional y trabajar incansablemente. Jamás uno de sus deportistas había tenido quejas de ella, porque sabía darles el lugar y la atención que merecían. Por eso, por más sentimientos
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 45. Límites Salir de aquel restaurante no era el problema. La cuestión era hacerlo con la mole de frustración que era Kyle delante de ella.—Oye, Adriana… Adriana espera…—Ahora, no, Kyle. Tengo que volver a la oficina —respondió ella con un tono tan gélido que hizo al pelea
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 46. El mayor error El corazón de Adriana golpeaba en su pecho con demasiada fuerza mientras sentía los frenos de emergencia de aquel ascensor activarse y desactivarse por momentos, como si un niño gigante estuviera jugando con él o como si se hubiera soltado y estuviera a pu
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 47. Desesperación No podía pensar. No podía respirar. Pisar el acelerador del McLaren y perderse en el tráfico con la mayor temeridad posible parecía ser lo único que Kyle Orlenko era capaz de hacer bien mientras las llamadas entraban una tras otra a su celular. Su padre. Su
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 48. Esperanzas y miedos Kyle ni siquiera podía explicar aquel nudo que sentía en la garganta. Era algo insoportable, como una de esas llaves de su padre de la que era imposible soltarse y lo asfixiaban hasta que se rendía. El problema era que en aquel momento rendirse no ser
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 49. Una tortura El rostro de Zack Keller parecía a punto de explotar de rabia porque sabía muy bien lo que aquello significaba: si Adriana no quería verlo, más después de un accidente como aquel, era porque algo muy malo debía haber pasado entre ellos. Algo que ni el miedo a
PELEAR POR TI. CAPITULO 50. Dieciséis veces Si era honesto, tenía que reconocer que aquella ausencia total de emoción en la voz de Adriana no le sorprendía. Después de todo había pasado largos, larguísimos minutos tan cerca de la muerte que era un milagro que estuvieras hablando siquiera, pero volv