Capítulo 0555
Ni siquiera capaz de explicar exactamente cómo se sentía, solo era como si la que hubiera recibido una patada de aquel peleador profesional en pleno pecho hubiera sido ella y no el Holandés. Los ojos de Adriana se llenaron de lágrimas en un instante, y solo por un instante miró a aquel par de pozos
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