PELEAR POR TI. CAPÍTULO 16. Una irrupción inesperada Nunca en toda su vida Adriana Keller había escuchado un tono como aquel o alguien había osado jamás comportarse con ella con aquel tipo de violencia, pero ¿qué otra cosa se podía esperar exactamente del tipo que solo estaba con ella por el dinero
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 17. ¿Quién es y qué quiere? Aparte del corte en el labio y una pequeña herida en la frente, Adriana no parecía tener nada más, pero aún así eso fue suficiente como para hacerle hervir la sangre a los dos hombres que la estaban mirando. —Estoy bien, papá solo… no quiero que
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 18. Yo me encargo Era un número desconocido y Zack Keller sabía muy bien que su teléfono personal era demasiado privado como para que lo estuviera llamando cualquiera que no fuera su familia, pero como finalmente tenía cinco hijos, no podía darse el lujo de no contestar sin
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 19. Unos muchachos con permiso No era un hombre de naturaleza impulsiva… o al menos eso creía, pero cuando se trataba de Adriana era como si todo su autocontrol desapareciera de repente. Se despidió del señor Keller haciendo un gesto con dos dedos en su frente, al estilo mil
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 20. ¡Que sea lo que Dios quiera! Adriana no tenía palabras. Su departamento era completamente diferente y si era honesta ya no había nada allí, absolutamente nada que pudiera evocar un recuerdo. —Kyle qué es esto… ¿Tú…? ¿Tú mandaste a redecorar todo esto? ¿En un día? —Soy
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 21. Una mujer difícil Era cálido… No, cálido no, caliente. Adriana sintió aquella respiración suave detrás de su cuello y se dio cuenta de que estaba envuelta en unos brazos poderosos. Contuvo un jadeo ahogado y estaba a punto de reaccionar cuando sintió aquella dureza metá
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 22. El mejor Adriana lo miró como si tuviera un alien frente a ella, directamente salido de su nave espacial. —¿Qué? ¿Qué pasa? —preguntó él con curiosidad, como si fuera perfectamente normal estar allí. La muchacha frunció el ceño y se levantó de su escritorio, dándole la
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 23. "Se vale todo" Quería matarlo, asfixiarlo con las manitas así… ¡así alrededor de su cuello! y no en el más erótico de los sentidos. —¡¿Tú qué haces aquí!? —lo increpó con expresión incrédula y del otro lado del auto su padre levantó la cabeza. —¡Adriana! ¿Qué forma es