PELEAR POR TI. CAPÍTULO 4. Una completa locura Una de las cosas de más amaba Adriana de las empresas Keller, era que podía recorrer aquellos pasillos sin que la trataran con exceso de cortesía o deferencia por ser una de las dueñas. Se sentía una empleada más, una de las Vicepresidentas que ahora
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 5. Una jaula clandestina Tenía que reconocerlo: Adriana había participado en numerosos eventos deportivos desde que era una niña pequeña, incluyendo las mayores peleas de la UFC, o mega eventos de boxeo en Europa, pero jamás había visto en ninguno de ellos el grado de eufori
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 6. Una propuesta inesperada No eran mariposas, eran las águilas que se las comían lo que Adriana sentía en el estómago. Se levantó de su silla y caminó con suavidad hasta aquel organizador que la había atendido antes, mientras pasaba una hora hasta que el resto de las peleas
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 7. Una loca diferente Kyle ya sabía exactamente lo que le esperaba: lo mismo que pasaba cada vez que se subía las perneras del pantalón y le mostraba alguien que aquellas eran prótesis extremadamente realistas, pero no eran sus piernas, porque esas las había perdido en un ac
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 8. Un hombre sin vergüenza —¡ADRIAAAAAAAAANAAAAAAAAAAAA! Aquel grito retumbó en la casa a la misma vez que Adriana se quitaba un tacón y lo blandía con un gesto de amenaza frente a la puerta de Kyle, y un hombre mayor que parecía muy serio levantó las manos a la altura de l
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 9. "Vale todo" Pálida, rosa furiosa, rojo asesino, histérica controlada y dolor de cabeza asegurado. Todo aquello podía leerlo Kyle en la mirada de aquella mujer y aún así por dentro estaba sonriendo. —¿Me lo pones tú o me lo pongo yo? —le preguntó con una sonrisa coqueta,
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 10: ¿Qué tan enojado lo quieres y con quién? ¿Vale todo? Aquel concepto definitivamente no lo conocía, así que Aaron Orlenko le hizo una señal a Adriana para que lo siguiera de vuelta a la jaula. —Estas peleas no siguen las reglas normales de los eventos deportivos, no imp
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 11. ¡Bájalo! Las jaulas eran una locura, pero no una más grande que ver a dos peladores enfrentarse fuera de ella, sobre todo si uno de ellos era nada menos que El Holandés. Aquel hombre tenía fama de despiadado, rara vez salía alguien consciente de un enfrentamiento con él.