PELEAR POR TI. CAPÍTULO 1. Un hombre enojado Kyle solo sintió el choque leve, pero sabía que solo era leve para él, así que sus manos se fueron instintivamente sobre el cuerpo de aquella chica para sostenerla. Juraba que la había sentido contener el aliento y ni siquiera se había dado cuenta de lo
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 2. Un par de desconocidos Era mitad nervios y mitad expectación, y si era honesta otro poco de impacto y de incredulidad. Porque mientras todo aquello pasaba, mientras se gritaban o se golpeaban, el cerebro de Adriana solo podía concentrarse en el hecho de cómo era posible q
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 3. Una mujer lista para desatar el caos ¿Estaba furiosa? ¡Muchísimo! Pero quizás la rabia no era el sentimiento correcto en ese momento. Aquellos ojos azules solo se posaron en ella un segundo antes de darle la espalda y marcharse de allí, y Adriana se inclinó hacia Oskar,
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 4. Una completa locura Una de las cosas de más amaba Adriana de las empresas Keller, era que podía recorrer aquellos pasillos sin que la trataran con exceso de cortesía o deferencia por ser una de las dueñas. Se sentía una empleada más, una de las Vicepresidentas que ahora
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 5. Una jaula clandestina Tenía que reconocerlo: Adriana había participado en numerosos eventos deportivos desde que era una niña pequeña, incluyendo las mayores peleas de la UFC, o mega eventos de boxeo en Europa, pero jamás había visto en ninguno de ellos el grado de eufori
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 6. Una propuesta inesperada No eran mariposas, eran las águilas que se las comían lo que Adriana sentía en el estómago. Se levantó de su silla y caminó con suavidad hasta aquel organizador que la había atendido antes, mientras pasaba una hora hasta que el resto de las peleas
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 7. Una loca diferente Kyle ya sabía exactamente lo que le esperaba: lo mismo que pasaba cada vez que se subía las perneras del pantalón y le mostraba alguien que aquellas eran prótesis extremadamente realistas, pero no eran sus piernas, porque esas las había perdido en un ac
PELEAR POR TI. CAPÍTULO 8. Un hombre sin vergüenza —¡ADRIAAAAAAAAANAAAAAAAAAAAA! Aquel grito retumbó en la casa a la misma vez que Adriana se quitaba un tacón y lo blandía con un gesto de amenaza frente a la puerta de Kyle, y un hombre mayor que parecía muy serio levantó las manos a la altura de l