—Gracias, pero no creo que sea correct... —¿Te gustaría quedarte a comer con nosotros? —preguntó Milo interrumpiéndola y cortando aquella intentona de escape—. Niko está de buen humor hoy porque le hicieron su comida favorita, así que... ¿te animas? Anja asintió con una sonrisa radiante, cada mome
Anja sentía que el corazón le latía con mucha fuerza. Ponerse nerviosa de vez en cuando era aceptable porque solo lo veía unos pocos minutos al día, pero algo le decía que todo esto empeoraría en el mismo momento en que vivieran bajo el mismo techo. —Milo, no puedo mudarme contigo, no es correcto.
Milo se sentía como si estuviera en el mejor restaurante del mundo, disfrutando de la compañía de su improvisada familia, pero dejó claro una y cien veces que no se comería aquel postre tan horrendo. Después de cenar, decidieron ver una película juntos en el salón de la casa. Milo encendió la chime
—¡Eso no es trampa! ¡Lo prometiste! Dijiste que probarías mi dulce si la película te gustaba, y como los dos sabemos que te va a gustar, creo que es hora de que cumplas con tu palabra —sentenció Anja con la mayor seriedad. Milo se estremeció un poco, aparentemente incómodo con la idea, pero no le q
Después de lo que pareció un suspiro, decidieron continuar su camino hacia el edificio de oficinas de la empresa. Pero antes el pequeño corrió hacia Milo y se abrazó a su cuello, dándole un beso en la mejilla. —Que tengas una linda mañana, hijo. Vendré por ti en unas horas. Niko todavía no entendí
Anja se apresuraba por los pasillos de la oficina hacia la sala de juntas, con la mente llena de ideas y planes para el proyecto, pero también alerta porque algo estaba a punto de pasar. Sin embargo, su prisa se vio interrumpida bruscamente cuando sintió que alguien tiraba de su brazo con fuerza, ar
—Esta noche, Hamish. Los nombres. La muchacha cerró la puerta tras ella y caminó apurada hacia la sala de juntas, sintiendo que su preocupación se disipaba poco a poco. No era que le tuviera miedo a Hamish, pero era lo suficientemente inteligente como para no olvidar lo que un hombre trastornado o
Milo la miró fijamente y ella se encogió de hombros, un poco nerviosa. No había modo de que se callara lo que había pasado porque era algo importante, y no quería poner en peligro la seguridad de ambos. —Bueno... él me dijo que creía que nosotros éramos demasiado cercanos —comenzó Anja, su voz apen