Los ojos del Director de la CIA parecían a punto de salirse de sus órbitas cuando al darse cuenta de que era Jhon el que estaba esperándolo en la casa. Él había conocido cada una de sus misiones encubiertas y sabía que era un agente muy peligroso, pero no entendía por qué estaba ahí. —¿Qué estás ha
—¡Pues mátame entonces! ¡Ya no tenemos más que decirnos! ¡Mátame! —gruñó y Jhon se agachó frente a él. —No, claro que no. Jamás dije que te iba a matar, porque eso no fue lo que te prometí la última vez que hablamos —declaró y el Director se puso pálido porque Jhon le había dejado muy claro que no
Si era honesto debía reconocerlo: estaba exhausto y no era precisamente por el camino, sino por todo lo que había pasado en el último año para ellos. Habían pasado de ser una pareja dispareja y feliz, a ser pared de una bebé preciosa, y en medio había ocurrido la guerra más terrible de sus vidas. P
No tenían que ofrecérselo dos veces. Jhon estaba más que emocionado de poder volver al ruedo con su reina, la empujó hacia la habitación y antes de que ella volviera a abrir los ojos, él ya estaba más desnudo que al venir al mundo. —Tengo que reconocerlo. ¡Eres muy guapo! ¡Demasiado guapo! —rio ell
OCHO MESES DESPUÉS. Se habían ido demasiado rápido. Un día Dandara solo de dedicaba a dormir y en un abrir y cerrar de ojos era un diminuto todoterreno que gateaba por las alfombras y ponía perdida su silla de comer porque ya quería hacerlo todo sola. Chiara y Jhon se habían quedado a vivir en Par
Sinopsis Milo era el más joven de los varones Keller. Desinhibido, coqueto y risueño, con él todo estaba bien siempre... hasta que su hermana y su sobrina son víctimas del tráfico de bebés. De ahí en adelante su vida disipada se convierte en una misión por volver a reunir familias rotas; por suerte
Aquella cama voló como si hubiera sido de juguete, porque aunque se veía tierno y dulce, Milo Keller era tan gigante como sus hermanos. Se apresuró a llegar al lado del niño, sintiendo el corazón desbocado dentro de su pecho y lo levantó en brazos para poder examinarlo. —¡Dooooooc! ¡Jhooon! El niñ
—Busquen en la casa —pidió Milo acercándose a la bocina del celular—. Cualquier cosa que tenga que ver con él, lo que sea servirá. Billy le contestó que pondría manos a la obra de inmediato y mientras ellos esperaron impacientes hasta que el médico volvió a salir, una hora después. —Ya está establ