Chiara se envaró en un instante. —¿El director de la prisión? —preguntó—. ¿Cómo tendría Víktor Hanover poder para detener la reunión del Comité de Libertad condicional? El abogado suspiró. —Pues podría dar una mala referencia de tu tiempo como reclusa, y el comité ni se molestaría en reunirse. O
—O mejor dicho, porque la quiere a ella —aclaró Jhon y Billy asintió. —Si lo piensas bien tiene mucho sentido. Se conocen desde que eran niños, pero tomaron caminos muy diferentes, ella es una empresaria millonaria y él es el director de una prisión, no se elige una profesión como esa a menos que e
El dolor comenzó a hacerse insoportable. Era una sensación profunda que parecía provenir de lo más profundo de su cuerpo y que empeoraba a cada segundo que pasaba. —¿Qué me hiciste, Víktor? —exclamó asustada, pero todo lo que recibió de respuesta fue un encogimiento de hombros. —Yo ni te he tocado
Chiara había salido a hablar con Víktor, pero él sabía lo rápido que se cansaba ya, no podía estar por ahí afuera caminando. Estaba a punto de llamar a Speedy cuando su teléfono comenzó a sonar y vio que era una llamada del muchacho. —¿Speedy? ¿Qué pasa? ¿Dónde está Chiara? —preguntó desesperado.
El mundo era un lugar oscuro, oscuro y frío pero estaba a punto de ponerse peor. Jhon Hopkins jamás había temblado en su vida, pero en aquel momento sentía como si toda su fuerza se estuviera desintegrando, porque su instinto le decía que estaba al borde del dolor más grande de su vida. Sin embargo
—¿No hay nadie con ustedes? "Parece que solo estaban Víktor y la doctora. Chiara no se pudo poner de parto, Jhon, en menos de una hora la operaron..." —¿¡Cómo!? —Jhon sintió que su corazón se detenía. "Que le hicieron una cesárea, jefe, esto fue preparado", aseguró Speedy. "Necesita un médico aho
Dandara. Su pequeña se llamaba Dandara y Jhon cerró los ojos por un segundo, uno solo antes de poner su mano sobre la frente tibia de Chiara y girarse hacia Elías. —Ya sabes lo que tienes que hacer —sentenció con voz tajante. El doctor abrió su maleta médica y del doble fondo sacó una beretta y tr
"Gracias, dios mío... gracias", era lo único que pasaba por su mente mientras escuchaba aquellos chillidos cortos y enojados, porque su hija era una princesa guerrera y estaba muy molesta. "Billy", llamó en un susurro. "Te necesito aquí". Se acercó más a la puerta y la entreabrió viendo a la mujer