Chiara Keller jamás fue un angelito, era una reina. Como una de las CEO del mayor banco de Suiza, tenía más carácter y astucia que muchos de los hombres que conocía, y ninguna de sus relaciones llegaba a nada serio. Quizás por eso conocer al Director de Crimen Organizado de la CIA fue algo tan memor
—Bien, si estás tan necesitado puedo dejar que te me trepes por una pierna en el avión, pero ahora vas a venir conmigo y vas a poner todos esos recursos que tienes en función de encontrar a mi hermano —replicó con determinación. Jhon la miró directo a los ojos. —¿Tu hermano? —Zack Keller. Tengo
Jhon había tenido muchas mujeres en su vida. No dejaba el corazón en cada puerto, pero ciertamente se daba su paseo por cada uno. Sin embargo cuando Chiara Keller bajó del avión con elegancia, ella seguía pareciendo una reina y él se sentía como el caballero andante que se había echado al pozo de l
Su llegada a Lucerna fue furtiva y en cuestión de pocas horas ya estaba metido en algo bastante ilegal en lo que definitivamente alguien con su cargo no debía enredarse, pero cuando ella lo pedía, no podía evitarlo. Lo más chiquito que tendría que hacer sería forzar la puerta de un departamento, as
Chiara rompió en una carcajada ligera y feliz mientras escuchaba a Jhon decir aquello. —¿Te postulas para pareja? ¿En serio? —preguntó acariciando su rostro con suavidad—. ¿Como para cortejarme y todo eso? ¿A la antigua? —Bueno... tan a la antigua no, no creo que tus padres acepten tres gallinas y
Jhon miró por décima vez el informe que tenía frente a él. Se había dicho que no sería invasivo, después de todo Chiara tenía su vida y no era una niña indefensa, hacía más de dos décadas que se las arreglaba sin él, y Heston Darroze no sería el primer ni el último enemigo que tenía. Sin embargo aqu
—¡Por favor! Corrieron hacia el ascensor como un par de adolescentes y "salvaje" fue poco para lo que hicieron sobre aquel sofá, sin embargo no era suficiente, porque los dos terminaron con más energía de la que había empezado. —¡Me muero de hambre! —exclamó Chiara—. Llévame a comer, anda. —Adivi
Chiara se quedó mirando con incredulidad el mapa. Ella había estado tan cerca de él durante días y ni siquiera lo había notado. Todo aquello tenía sentido, pro le desagradaba encontrárselo. ¿Por qué Heston la estaba vigilando? ¿Para amenazarla? ¿Para chantajearla? ¿Para secuestrarla? Jhon vio su p