—¿Vas a estar bien? —preguntó Gazca cuando lo vio poner una mano sobre la baranda de la escalerilla para subirse al avión. —Sí... —respondió Zack, pero no había convicción en sus palabras—. Solo tengo que poner mis pensamientos en orden. Sin embargo aquellos pensamientos estaban mucho peor que cua
Zack la miró fijamente por un segundo. Sabía todo el rencor y la desesperación que Mason la había hecho pasar, pero él no podía pasar por alto todo lo que estaba sintiendo, por eso estaba decidido a irse. —Lo siento, de verdad. No te merecías nada de eso, pero no estoy bien. Necesito sacarme esto d
—¿Tiempo y espacio? —gruñó Chiara mientras levantaba a Adriana en sus brazos—. ¿El idiota de verdad te pidió tiempo y espacio? —¡Dime que le regalaste un reloj y una nave espacial para que se fuera a la put@ mierd@! —rezongó Noémi y Andrea se quedó impresionada por un momento. Las gemelas habían l
Zack sonrió con desesperación. —¡Por supuesto que la extraño, Ben...! —¡Pues encuentra a tu jugador y regresa a casa antes de que te la encuentres vacía, Zack, no tientes a tu suerte! —le advirtió. Zack respiró hondo y miró al cielo, plagado de estrellas en ese momento. —Tienes razón, en cuanto
Los hermanos de Zack, los cuatro, se veían desesperados por cómo se complicaba la situación. —Mamá se ha quedado con la bebé, ¿verdad? —preguntó Loan inquieto.Al menos estaba en buenas manos mientras ellos se encargaban de acompañar a Andrea.—Sí, y ella también ha estado intentando encontrar a Za
Se despidió de todos, y le prometió a Adriana que muy pronto traería al atrofiado emocional de su padre de regreso. Se subió al avión privado y antes de que hubiera tenido tiempo de darse cuenta ya estaba aterrizando en la costa oeste de los Países Bajos. Localizar el juzgado no fue difícil. Averig
Chiara bajó del avión con elegancia, con los ojos brillantes y la cabeza alta. No había ni un solo mechón de su cabello fuera de lugar, ni una sola arruga en su ropa. Jhon, por otro lado, se apoyó en la puerta de aquel avión como si le hubiera pasado un tornado por encima, con la corbata torcida, el
Mientras, ya Zack entraba por las puertas del hospital con la desesperación vibrándole en el cuerpo. No tardó en encontrar la habitación de Andrea y casi dejó de respirar cuando la vio allí acostada. Corrió hacia ella y tomó su mano con suavidad, acariciando sus dedos besándola mientras trataba de