Andrea sintió su respiración acelerada mientras Zack usaba aquellos dedos húmedos para aprisionar su cara. —Tu cuerpo no puede mentirme, Andrea... —siseó besándola con posesividad y un segundo después aquellas manos enormes se cerraban sobre su trasero para levantarla contra la pared—. Quieres esto
La respiración de Andrea era rápida y superficial, mientras la de Zack era pesada y ronca. —¡No te atrevas a hacerlo, Zack! —siseó ella mientras sus manos forcejeaban inútilmente con las bridas—. ¡Te lo prohíbo! —¡Tú a mí no me prohíbes nada, Pastelito! —replicó él mientras sus manos acariciaban s
—Claro que no, nena. Jamás... Zack asintió y aceleró el ritmo, deslizándose dentro de ella con una fuerza que la hacía apretar los puños. Andrea ahogó un grito cuando él soltó sus manos y fueron a dar los dos al suelo, sobre el heno suave del cobertizo. Sin decir palabra Zack la levantó por las ca
Zack se despertó con el calor del cuerpo de Andrea a su lado. La habitación seguía a oscuras, la luz de la madrugada aún no había empezado a colarse por entre las finas cortinas. La sintió moverse y, durante unos instantes solo disfrutó de tenerla para él. Estaban tumbados, con el brazo de Zack sobr
A Giselle se le escapó un gesto furioso y la acorraló. —¿Y crees que solo por eso tienes el camino libre con Zack? —preguntó inmediatamente—. Estaba prometido seriamente conmigo, así que ¿por qué no te desapareces de su vida? Andrea se quedó helada al escuchar aquellas palabras. Ella sabía que Zac
—¿Qué fue lo que mi padre le dejó a Adriana? Aquellas fueron las primeras palabras de Zack cuando llegó a la casa y se encontró con su madre. Estaban todos en el salón jugando con la bebé, a excepción del señor Nikola que estaba durmiendo su siesta en su habitación. Luana frunció el ceño mientras
Andrea respiró hondo y Zack la sintió hacer un gesto tentativo para alcanzar su boca. Sus labios se unieron en una espiral de cansancio, deseo y ganas de olvidar, y él gruñó mientras apretaba aquel cuerpo mojado contra el suyo, haciéndola arquearse y acomodarse a su pecho. Por un instante todo lo d
Zack sintió que el corazón le subía a la garganta mientras el auto se acercaba. Era demasiado tarde para detenerse. Estaba demasiado lejos como para alcanzarla. Ni siquiera le salió voz para gritar. El auto la golpeó con fuerza y ella cayó al suelo. Se escucharon gritos y Zack corrió hacia ella. L