CAPÍTULO 5: EL NIÑO FUE A BUSCAR A SU MADRE
El resultado de una noche de locura fue que, al despertar por la mañana, Isabella se quedó completamente atónita. Miró, el entorno desconocido, había ropa tirada por todo el suelo en desorden y todo indicaba que lo ocurrido la noche anterior no había sido un sueño.
¡Su esposo la había entregado a otro hombre!
Pero rápidamente recordó que había logrado escapar del hombre asqueroso, solo para terminar con otro. Intentó salir de la cama, pero sintió dolor en todo el cuerpo, en especial en medio de sus piernas, se quitó la sábana lentamente y lo que vio casi la hizo jadear. Su cuerpo estaba lleno de chupetones, incluso sus muslos.
«¡Dios mío, ¿qué me hizo este hombre?!»
Tragó un poco y giró la cara para verle el rostro, pero él estaba boca abajo, sin embargo, Isabella pudo ver sus fuertes músculos y el raro tatuaje en el lado izquierdo, era una especie de águila.
«Ya deja de mirar y mejor vete, no vaya a ser que se despierte» se recordó.
Isabella estaba tan desesperada que quería morir; nunca había imaginado que el hombre al que había amado profundamente durante tantos años se convertiría algún día en la persona que más odiaba. Por eso tenía que salir de allí cuanto antes, iba a buscarlo y aclarar las cosas, quería que Marcus le dijera donde estaba su hijo.
Sin atreverse a mirar ni un segundo más al hombre a su lado, soportó el pequeño dolor, recogió su ropa y se la puso, para luego marcharse en silencio, cuidando de que el hombre no despertara.
Cuando Sebastián despertó, Isabella ya había desaparecido sin dejar rastro. Él se movió y estiró su mano esperando encontrar el cuerpo de la mujer que lo había dejado satisfecho como nunca, pero lo que encontró, fue un espacio frío a su lado, lo que significaba que esa mujer se había ido hace mucho tiempo.
Se levantó lentamente y la sábana se deslizó por sus apretados músculos de su abdomen, escaneó la habitación buscando cualquier cosa que hubiera dejado la mujer. Pero no había nada, se había marchado sin dejar rastro.
Apretó sus delgados labios y respiró hondo con frustración.
Extendió su mano para tomar el teléfono móvil que estaba al lado de la cama y marcó un número.
―Louis, investiga quién es la mujer de anoche.
Del otro lado del teléfono, el asistente respondió afirmativamente, luego dudó unos segundos y finalmente dijo.
―Señor, el joven Nicholas… ha desaparecido.
La expresión de Sebastián se oscureció en un segundo, se levantó rápidamente, agarró la ropa del suelo y se vistió mientras salía.
―¿Qué ha pasado?
―El joven solo dejó una nota diciendo que iba a buscar a su madre.
Los ojos de Sebastián se entrecerraron ligeramente.
Nicholas preguntaba constantemente por su madre y Sebastián se sentía culpable por no tener respuestas. No era fácil para él explicarle a un niño de seis años que su madre lo abandonó y, peor aún, que lo vendió por 10 millones de dólares.
Él recordó claramente el día en que recibió un correo anónimo informándole de la existencia de un hijo. Al principio pensó que era una broma, pero luego recordó la noche en la que había bebido demasiado en un evento de recaudación de fondos y se había acostado con una mujer cuyo rostro no recordaba.
Aceptó la posibilidad de que el niño fuera suyo, y las pruebas de ADN confirmaron sus sospechas. A partir de entonces, solo había sido Nicholas y él. A pesar de sus esfuerzos por ser un buen padre, sabía que nunca podría reemplazar la figura materna que tanto anhelaba, Sebastián sentía un profundo odio hacia la mujer que había sido capaz de vender a su propio hijo.
Mientras tanto, el asistente Louis podía sentir a través del teléfono el frío que emanaba de Sebastián, estaba sudando y se disculpó.
―Señor, es mi culpa, debí cuidar mejor…
―Rastrea su ubicación ―dijo Sebastián interrumpiéndolo ―Tienes diez minutos, ¡quiero saber la posición exacta de mi hijo!
CAPÍTULO 6: MAMI NO DEJES QUE ME ATRAPEN Por otro lado, Isabella acababa de entrar en la casa de la familia Becker, solo para encontrarse con los ojos llenos de regodeo de Amanda. Mirándose la una a la otra, la tensión se hizo palpable entre las dos. ―¿Por qué estás aquí? ―Isabella dejó el bolso en la mesa y caminó hacia su prima. Amanda dejó salir un suspiro y le devolvió la mirada a Isabella llena de suficiencia. ―Soy yo quien debería preguntar, ¿cómo tienes la cara de regresar aquí, cuando pasaste toda la noche en un hotel con un hombre? Isabella apretó los labios con impotencia, las manos a su lado temblaban; sin embargo, no demostró ninguna debilidad. ―Esta es mi casa, aún soy la Sra. Becker, así que la única que no tiene vergüenza aquí y se comporta como una perra eres tú. ¿No te embarazaste de mi marido? ¿Eh? ¡No estabas metiéndote en su cama mientras me dabas una sonrisa hipócrita! Ahora se odiaba hasta los huesos, ¿cómo no pudo ver los verdaderos colores de Amanda hast
CAPÍTULO 7: SECUESTRADORA DE NIÑOS Isabella parpadeó, desconcertada ante las palabras apresuradas del pequeño Nicholas. ―Perdón, cielo… ¿Qué dijiste? Antes de que Nicholas pudiera decir más, los hombres, con expresiones severas y pasos decididos, se acercaban rápidamente. ―No hay tiempo, mami, tienes que salvarme. ¡Esos hombres malos quieren llevarme! ―exclamó Nicholas. Isabella, al principio confundida, miró hacia los hombres que se acercaban y luego de vuelta al pequeño. Algo dentro de ella, quizás fue el instinto materno o el impactante reconocimiento de que su hijo aún estaba vivo, lo que la impulsó a actuar sin vacilar. Con una determinación férrea, tomó la mano del niño y, con movimientos rápidos, detuvo un taxi que pasaba. ―Ven, te llevaré a un lugar seguro ―le aseguró. Los guardaespaldas de Sebastián, reconociendo la situación, se apresuraron en un intento desesperado de alcanzarlos, pero fue demasiado tarde. Isabella y Nicholas ya estaban dentro del vehículo alejándose.
CAPÍTULO 8: EXTRAÑA FAMILIARIDADIsabella casi corrió hacia la habitación de su padre. Al abrir la puerta, lo vio acostado en una cama, conectado a un respirador. Era el hombre que había admirado toda su vida.―¿Él es mi abuelo? ―preguntó Nicholas, observando al hombre dormido.Isabella susurró un “sí” mientras se acercaba lentamente. Sus ojos se llenaron de lágrimas inevitablemente. Su padre había sufrido un infarto que lo había debilitado, después de recibir la noticia de que estaba en la quiebra. La familia Collins, dueña de varias empresas de construcción, había perdido todo tras algunas malas inversiones. Isaac Collins no pudo soportarlo. Isabella, con una expresión de melancolía, acarició el cabello ahora gris de su padre.―Papá… ―susurró.El hombre abrió los ojos lentamente y la recibió con su mirada verde. Intentó quitarse la mascarilla, pero ella lo evitó.―No lo hagas, debes mejorar, ¿entiendes? ―dijo, tratando de sonar calmada. ―Debes curarte para que estemos juntos.Isabel
CAPITULO 9: NO QUIERO VOLVER A VERTE Isabella apretó las manos y se llenó de valor; no iba a negar que él era intimidante. ―¡Sí! ―dijo con firmeza. Sebastián la miró de arriba a abajo con desdén. ―¿Tú? ¿Una mujer que se va a la cama con un hombre que apenas conoce? ¿Quién te dijo que estás calificada para decirme cómo educar a mi hijo? Sus palabras la lastimaron; la estaba calificando como una mujerzuela, y ella no lo era. ―No sabe qué pasó exactamente, no soy como piensa. Además, yo no secuestré a su hijo. Yo… ―¿No? Entonces, ¿por qué mi hijo está contigo? Dime, ¿qué pretendes acercándote a mi hijo? Sebastián se acercó más y más hasta que la espalda de Isabella chocó con la pared. Fue inevitable que sus ojos la recorrieran, y para él, ella era hermosa. Aunque es una mujer cualquiera y que probablemente se dedique a vender su cuerpo, no deja de ser hermosa. Miró sus labios llenos y provocadores, sus ojos verdes, sus pestañas oscuras, su piel blanca y suave. Y un leve recuerdo d
CAPÍTULO 10: VÍDEO MANIPULADO “Esperaba algo de competencia, pero veo que me equivoqué… No pierdo el tiempo con gente que ni siquiera puede llegar temprano a una cita.” “Me disculpo, señor Ashford, mi hija…” “Ahórrate el drama. Las disculpas aquí valen menos que nada. El mundo no tiene pausa para los perdedores que suplican otra chance. Mejor búscate algo más a tu nivel, algo menos… ambicioso.” “Por favor, señor Ashford, realmente necesito este trabajo. Haré lo que sea… “‘Haré lo que sea’ no es una cualidad, es una desesperación. Intenta no hacer perder más mi tiempo. ¿Entiendes?” Sebastián dejó el teléfono con fuerza sobre el escritorio. ―¡Maldit@ sea! ―bramó, su voz llena de frustración. ―Ese vídeo está manipulado. Inesa, que estaba con él, se puso de pie y se acercó. ―Lo sé, tú no eres capaz de hacer algo tan vil. Lo que no entiendo es ¿para qué subir este video a las redes? ―Tomó el celular y miró los comentarios, negando con la cabeza, preocupada. ―No son nada buenos, Seb
CAPÍTULO 11: ¡QUIERO QUE ELLA SEA MI MAMI! Sebastián abrió lentamente la puerta y encontró a su hijo de espaldas, sumido en un sueño tranquilo. Entró en la habitación con cuidado, evitando hacer cualquier ruido que pudiera despertarlo. Mientras observaba a Nicholas dormir, una oleada de emociones lo inundó. Se sentía culpable por haber sido tan duro con él, era consciente de que Nicholas anhelaba una figura materna en su vida. Sin embargo, el miedo a que ambos pudieran ser lastimados si permitía a alguien más entrar en sus vidas lo paralizaba. Se sentó suavemente al lado de la cama y extendió su mano para acariciarle el cabello. ―Te amo, hijo. Eres lo más importante en mi vida ―susurró. Se inclinó suavemente para besarle la frente, y justo en ese momento, Nicholas abrió los ojos, sorprendiendo a Sebastián. ―¿Papá? ―murmuró el niño, sus ojos aún nublados por el sueño. ―Hola, campeón ―respondió Sebastián. ―Perdón por despertarte. ―¿Estás enojado conmigo? ―La pregunta de Nicholas
CAPÍTULO 12: ENTREVISTA DE TRABAJO—¿Seguro que debo llevar esto? —preguntó Isabella, mirándose en el espejo con duda.—Claro que sí, vas a ir a una de las empresas más importantes del país, tienes que ir perfecta —dijo su amiga con entusiasmo, tratando de animarla.—Voy a buscar un trabajo, no un nuevo marido. —replicó Isabella con un tono de voz un poco molesto.Lucy puso los ojos en blanco y ajustó el cabello de Isabella en una coleta, riéndose levemente, respondió:—Uno nunca sabe, quién quita y sea tu día de suerte y encuentres a un papacito que te haga feliz de verdad. —Sí, claro. —refunfuño Isabella —No me interesa eso ahora. Lo único que necesito es dinero, dinero para vengarme. — la voz de Isabella se endureció.Las dos se miraron por un momento. Y Lucy sintió pena por su amiga, quien había perdido tanto en tan poco tiempo.—De verdad no puedo creer que Marcus haya hecho algo tan sucio y cruel como vender a tu hijo —dijo con una mezcla de incredulidad y tristeza.Isabella, co
CAPÍTULO 13: UN BESO LLENO DE DOMINIO Y DESEO Isabella se congeló. Sebastián le ofreció una sonrisa cargada de ironía. ―Me tomé la molestia de investigarte, después de haberte llevado a mi hijo, y… ―se detuvo al ver el pánico y la vergüenza en los ojos de Isabella. ―En fin, sé que estás casada, desde hace seis años. ¿Por qué razón mientes? ―preguntó con una mezcla de acusación y curiosidad. Mateo, completamente sorprendido, interrumpió. ―¿Se llevó a Nicholas? ¿Por qué? ―No voy a tocar ese tema ahora, solo confórmate con saber que lo hizo ―respondió Sebastián con frialdad. Mateo negó con la cabeza, visiblemente decepcionado. ―Lástima, eres bastante hermosa, pero tienes malas costumbres ―comentó, mirando a Isabella. Isabella negó y tragó saliva antes de hablar. ―En primer lugar, no me llevé a su hijo. Ayer traté de explicarle y, en segundo lugar, ya no estoy casada. Acabo de divorciarme. No tengo nada que ver con ese hombre que dice es mi esposo. ―sus últimas palabras salieron d