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CAPÍTULO 10: VÍDEO MANIPULADO “Esperaba algo de competencia, pero veo que me equivoqué… No pierdo el tiempo con gente que ni siquiera puede llegar temprano a una cita.” “Me disculpo, señor Ashford, mi hija…” “Ahórrate el drama. Las disculpas aquí valen menos que nada. El mundo no tiene pausa para los perdedores que suplican otra chance. Mejor búscate algo más a tu nivel, algo menos… ambicioso.” “Por favor, señor Ashford, realmente necesito este trabajo. Haré lo que sea… “‘Haré lo que sea’ no es una cualidad, es una desesperación. Intenta no hacer perder más mi tiempo. ¿Entiendes?” Sebastián dejó el teléfono con fuerza sobre el escritorio. ―¡Maldit@ sea! ―bramó, su voz llena de frustración. ―Ese vídeo está manipulado. Inesa, que estaba con él, se puso de pie y se acercó. ―Lo sé, tú no eres capaz de hacer algo tan vil. Lo que no entiendo es ¿para qué subir este video a las redes? ―Tomó el celular y miró los comentarios, negando con la cabeza, preocupada. ―No son nada buenos, Seb
CAPÍTULO 11: ¡QUIERO QUE ELLA SEA MI MAMI! Sebastián abrió lentamente la puerta y encontró a su hijo de espaldas, sumido en un sueño tranquilo. Entró en la habitación con cuidado, evitando hacer cualquier ruido que pudiera despertarlo. Mientras observaba a Nicholas dormir, una oleada de emociones lo inundó. Se sentía culpable por haber sido tan duro con él, era consciente de que Nicholas anhelaba una figura materna en su vida. Sin embargo, el miedo a que ambos pudieran ser lastimados si permitía a alguien más entrar en sus vidas lo paralizaba. Se sentó suavemente al lado de la cama y extendió su mano para acariciarle el cabello. ―Te amo, hijo. Eres lo más importante en mi vida ―susurró. Se inclinó suavemente para besarle la frente, y justo en ese momento, Nicholas abrió los ojos, sorprendiendo a Sebastián. ―¿Papá? ―murmuró el niño, sus ojos aún nublados por el sueño. ―Hola, campeón ―respondió Sebastián. ―Perdón por despertarte. ―¿Estás enojado conmigo? ―La pregunta de Nicholas
CAPÍTULO 12: ENTREVISTA DE TRABAJO—¿Seguro que debo llevar esto? —preguntó Isabella, mirándose en el espejo con duda.—Claro que sí, vas a ir a una de las empresas más importantes del país, tienes que ir perfecta —dijo su amiga con entusiasmo, tratando de animarla.—Voy a buscar un trabajo, no un nuevo marido. —replicó Isabella con un tono de voz un poco molesto.Lucy puso los ojos en blanco y ajustó el cabello de Isabella en una coleta, riéndose levemente, respondió:—Uno nunca sabe, quién quita y sea tu día de suerte y encuentres a un papacito que te haga feliz de verdad. —Sí, claro. —refunfuño Isabella —No me interesa eso ahora. Lo único que necesito es dinero, dinero para vengarme. — la voz de Isabella se endureció.Las dos se miraron por un momento. Y Lucy sintió pena por su amiga, quien había perdido tanto en tan poco tiempo.—De verdad no puedo creer que Marcus haya hecho algo tan sucio y cruel como vender a tu hijo —dijo con una mezcla de incredulidad y tristeza.Isabella, co
CAPÍTULO 13: UN BESO LLENO DE DOMINIO Y DESEO Isabella se congeló. Sebastián le ofreció una sonrisa cargada de ironía. ―Me tomé la molestia de investigarte, después de haberte llevado a mi hijo, y… ―se detuvo al ver el pánico y la vergüenza en los ojos de Isabella. ―En fin, sé que estás casada, desde hace seis años. ¿Por qué razón mientes? ―preguntó con una mezcla de acusación y curiosidad. Mateo, completamente sorprendido, interrumpió. ―¿Se llevó a Nicholas? ¿Por qué? ―No voy a tocar ese tema ahora, solo confórmate con saber que lo hizo ―respondió Sebastián con frialdad. Mateo negó con la cabeza, visiblemente decepcionado. ―Lástima, eres bastante hermosa, pero tienes malas costumbres ―comentó, mirando a Isabella. Isabella negó y tragó saliva antes de hablar. ―En primer lugar, no me llevé a su hijo. Ayer traté de explicarle y, en segundo lugar, ya no estoy casada. Acabo de divorciarme. No tengo nada que ver con ese hombre que dice es mi esposo. ―sus últimas palabras salieron d
CAPITULO 14: SITUACION COMPLICADA Isabella forcejeó al principio, pero pronto se rindió al beso de Sebastián, correspondiéndole y rodeando su cuello con sus brazos, dejándose llevar. Los dos se perdieron en sus propias emociones, como si sus cuerpos anhelaran estar uno cerca del otro. Sebastián estaba en el cielo, queriendo más de la mujer que estaba en sus brazos, pero la situación cambió abruptamente cuando alguien abrió la puerta y se aclaró la garganta. Se separaron rápidamente e Isabella se llenó de vergüenza al ver a Mateo detrás de ellos con una mirada seria. ―Perdón, por la interrupción, pero las demás aspirantes están esperando. Me preocupé cuando no salían; debí saber que estarías usando tus tácticas, Sebastián. ―No… no es así, lo que pasa es que… ―Isabella intentó explicar, pero Sebastián alzó su mano y la silenció. ―¿Desde cuándo te preocupa, cuánto tiempo esperan las demás? No recuerdo que en el pasado hayas… ―Su teléfono sonó, interrumpiendo sus palabras. Frunció el
CAPÍTULO 15: COMPATIBILIDAD GENÉTICA Sebastián asintió y siguió al doctor, pero Isabella no pudo quedarse atrás. Desde que supo que Nicholas estaba enfermo, una especie de instinto maternal se apoderó de ella, atribuyéndolo al hecho de que ahora sabía que tenía un hijo. Un hijo que estaba vivo y en alguna parte, esperando ser encontrado por ella. Ambos entraron en la oficina del médico. ―¿Qué tiene mi hijo? ―Sebastián fue directo al grano. El médico los miró un instante, primero a Sebastián y luego a Isabella, antes de hablar. ―Nicholas tiene leucemia linfoblástica aguda ―dijo con seriedad. Sebastián apretó las cejas y negó, incapaz de aceptar lo que oía. ―¿Qué es eso? El médico suspiró por lo bajo y habló con más claridad. ―Su hijo tiene leucemia, señor Ashford. Y tiene un tipo de leucemia muy agresiva. Las palabras del médico golpearon a Sebastián con fuerza, sus ojos azules lo miraron fijamente, aun sin poder comprender del todo. ―¿Leucemia? ―susurró Isabella, su voz ape
CAPÍTULO 16: ACEPTO TU PROPUESTA. Tanto Isabella como Sebastián salieron del consultorio, cada uno sumido en sus pensamientos. Fue entonces cuando Sebastián, impulsado por la desesperación, lanzó una pregunta que detuvo a Isabella en seco. ―¿Cuánto? Isabella se detuvo y lo miró confundida. ―¿Cuánto? ―Sí, ¿cuánto quieres? ¿Cuánto vales para que te embaraces y salves a mi hijo? La crudeza de su propuesta dejó a Isabella estupefacta, con los ojos como platos, sorprendida y horrorizada por la proposición del hombre delante de ella. ―¿Qué demonios? ¿Usted…? ―comenzó a decir, pero Sebastián, carente de paciencia, la interrumpió con una mirada amenazante y fría. ―No te hagas la mojigata delante de mí y mucho menos la agraviada. Te estoy proponiendo un trato y además no será gratis, te pagaré mucho dinero. Así que dime, ¿cuánto quieres por venderme tu útero? Las palabras de Sebastián eran duras, casi crueles. Isabella abrió y cerró los labios, incrédula. ―Usted es… ―¿Qué? ¿Un maldit
CAPÍTULO 17: QUIERO QUE TE CASES CONMIGO.― ¿Leucemia?Mateo se puso de pie en cuanto Sebastián le dijo esto.―Sí, por desgracia mi hijo tiene esa maldit@ enfermedad.La expresión de Sebastián era de impotencia, se había quedado toda la noche con su hijo en el hospital y hoy sería dado de alta y regresaría a casa, su madre se quedaría con él mientras empezaba el tratamiento.― ¿Y qué vas a hacer? ―Mateo preguntó con cautela ― ¿Vas a seguir las indicaciones del doctor?Sebastián se dio la vuelta y lo miró serio.―Por supuesto que sí, él dijo que la opción más confiable era tener un bebe y eso haré.Su amigo alzó las cejas al escuchar su determinación.―Y la candidata es: ¿Inesa?―¿De qué rayos hablas? Nunca dije que me acostaría con Inesa. Ella no es la indicada para esto.―Bueno, es que todos sabemos que está enamorada de ti y creí que…―Voy a tener un hijo con Isabella ―Sebastián soltó muy rápido ―ella acepto el trato.Mateo sonrió divertido.―¿Perfecta? ¿Y qué la hace diferente de In