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CAPÍTULO 15: COMPATIBILIDAD GENÉTICA Sebastián asintió y siguió al doctor, pero Isabella no pudo quedarse atrás. Desde que supo que Nicholas estaba enfermo, una especie de instinto maternal se apoderó de ella, atribuyéndolo al hecho de que ahora sabía que tenía un hijo. Un hijo que estaba vivo y en alguna parte, esperando ser encontrado por ella. Ambos entraron en la oficina del médico. ―¿Qué tiene mi hijo? ―Sebastián fue directo al grano. El médico los miró un instante, primero a Sebastián y luego a Isabella, antes de hablar. ―Nicholas tiene leucemia linfoblástica aguda ―dijo con seriedad. Sebastián apretó las cejas y negó, incapaz de aceptar lo que oía. ―¿Qué es eso? El médico suspiró por lo bajo y habló con más claridad. ―Su hijo tiene leucemia, señor Ashford. Y tiene un tipo de leucemia muy agresiva. Las palabras del médico golpearon a Sebastián con fuerza, sus ojos azules lo miraron fijamente, aun sin poder comprender del todo. ―¿Leucemia? ―susurró Isabella, su voz ape
CAPÍTULO 16: ACEPTO TU PROPUESTA. Tanto Isabella como Sebastián salieron del consultorio, cada uno sumido en sus pensamientos. Fue entonces cuando Sebastián, impulsado por la desesperación, lanzó una pregunta que detuvo a Isabella en seco. ―¿Cuánto? Isabella se detuvo y lo miró confundida. ―¿Cuánto? ―Sí, ¿cuánto quieres? ¿Cuánto vales para que te embaraces y salves a mi hijo? La crudeza de su propuesta dejó a Isabella estupefacta, con los ojos como platos, sorprendida y horrorizada por la proposición del hombre delante de ella. ―¿Qué demonios? ¿Usted…? ―comenzó a decir, pero Sebastián, carente de paciencia, la interrumpió con una mirada amenazante y fría. ―No te hagas la mojigata delante de mí y mucho menos la agraviada. Te estoy proponiendo un trato y además no será gratis, te pagaré mucho dinero. Así que dime, ¿cuánto quieres por venderme tu útero? Las palabras de Sebastián eran duras, casi crueles. Isabella abrió y cerró los labios, incrédula. ―Usted es… ―¿Qué? ¿Un maldit
CAPÍTULO 17: QUIERO QUE TE CASES CONMIGO.― ¿Leucemia?Mateo se puso de pie en cuanto Sebastián le dijo esto.―Sí, por desgracia mi hijo tiene esa maldit@ enfermedad.La expresión de Sebastián era de impotencia, se había quedado toda la noche con su hijo en el hospital y hoy sería dado de alta y regresaría a casa, su madre se quedaría con él mientras empezaba el tratamiento.― ¿Y qué vas a hacer? ―Mateo preguntó con cautela ― ¿Vas a seguir las indicaciones del doctor?Sebastián se dio la vuelta y lo miró serio.―Por supuesto que sí, él dijo que la opción más confiable era tener un bebe y eso haré.Su amigo alzó las cejas al escuchar su determinación.―Y la candidata es: ¿Inesa?―¿De qué rayos hablas? Nunca dije que me acostaría con Inesa. Ella no es la indicada para esto.―Bueno, es que todos sabemos que está enamorada de ti y creí que…―Voy a tener un hijo con Isabella ―Sebastián soltó muy rápido ―ella acepto el trato.Mateo sonrió divertido.―¿Perfecta? ¿Y qué la hace diferente de In
CAPITULO 18: CEO ARROGANTE―Mi padre está enfermo del corazón ―dijo Isabella directamente, su voz firme, pero con una vulnerabilidad que no podía ocultar. ―Y en este momento está en la unidad de cuidados intensivos. Yo… ―ella bajó la cabeza y miró sus manos para ocultar la vergüenza y la desesperación que sentía en ese momento. ―Yo no tengo cómo pagarlo. Esa es mi única condición, señor Ashford.Sebastián la miró por un momento, detallando sus expresiones. Y pudo ver la vergüenza en ella y esto lo hizo reflexionar sobre la situación tan desesperada en la que se encontraba. Lo que había investigado es que se había casado con el hijo mayor de la familia Becker, un imbécil con ínfulas de empresario. Decir que no sentía curiosidad por los pormenores de su relación sería mentirse, pero se recordó a sí mismo que solo era un acuerdo y que cada uno debía mantener sus pasados en privado.―Bien ―dijo finalmente ―Puedo hacerlo. Y para demostrar mi intención de ser benevolente, organizaré que tu p
CAPÍTULO 19: UNA ENEMIGA DECLARADAEn el jardín de la mansión Ashford.―¡Mi querida Coraline! ―exclamó Inesa con efusividad.La madre de Sebastián se puso de pie y la abrazó-―Querida, hasta que finalmente decides visitarme.―Es que he tenido mucho trabajo. Pero aquí estoy como prometí. ―dijo Inesa sonriendo.Acto seguido, la madre de Sebastián hizo una señal a una de las empleadas para que trajera té. Mientras se acomodaban, Inesa mencionó con delicadeza.―Supe lo de Nicholas, es una tragedia prácticamente.Coraline suspiró profundamente antes de responder.―Sí, todos estamos devastados. Nicholas es la luz de esta casa.―Lo sé ―dijo Inesa, con fingida preocupación ―y haré todo lo que pueda para apoyar a Sebastián.Hubo un breve silencio antes de que Coraline preguntara.―¿Ya te dijo mi hijo cuál es la solución?―¿Solución? ―Inesa frunció el ceño, confundida.―Sí, el médico habló ayer con ellos…―Espera, ¿ellos? ¿Quiénes?―Su asistente estaba con él, entró junto a Sebastián, parecía un
CAPITULO 20: SUSPENDE LOS ANTICONCEPTIVOS.Esa misma noche, Isabella se mudó al piso de Sebastián. Estaba relativamente cerca de la empresa y era extremadamente grande y lujoso. Isabella dio gracias al cielo de que, al menos, no tendría que verse demasiado en casa. Sin embargo, sus ilusiones se rompieron cuando la empleada le mostró su habitación.―El señor Ashford ordenó que durmiera aquí ―explicó la empleada, abriendo las puertas a una habitación grande, hermosa y lujosa; un palacio de comodidad.La puerta a un lado del vestidor llamó la atención de Isabella.―¿Y eso? ¿Para qué es?La empleada caminó hacia la puerta y comprobó que estaba cerrada.―Es una puerta que conecta con la habitación de al lado. Pero está cerrada, no tiene de qué preocuparse.Sin embargo, Isabella sí estaba preocupada. Tenía el presentimiento de que no le gustaría saber a quién pertenecía la habitación de al lado.―Y... ¿de quién es la otra habitación? ―insistió, su curiosidad mezclada con una sensación de int
CAPÍTULO 21: SEIS AÑOS CASADA Y ¿NO SABE DE AMOR?―Sebastián… ―el tono de Isabella era suplicante.―¿Te gusta esto? ―los labios de Sebastián se acercaron a su oreja, mordisqueando antes de bajar por su espalda.Ella contuvo un gemido, pero lo expulsó cuando ella giró de repente y le dio una palmada en el culo.―Sebas… ―su nombre murió en sus labios cuando repitió la acción, esta vez abofeteando su culo de nuevo.Isabella intentó girarse, pero el rodeo su cintura obligándola a quedarse quieta.―No, cielo… ―le susurró mientras su lengua le recorría toda la línea de su columna ―Te dije que íbamos a divertirnos y eso haremos.―Por favor… ―Isabella suplicó mientras él le acariciaba los pezones ―¿Podemos hacerlo ya?La risa de Sebastián llenó la habitación.―¿Ya?―S… sí.Él podía ver el nerviosismo en toda ella y esto le causó curiosidad. Siendo una mujer casada y dado como lo sedujo en el hotel, debía tener más experiencia en el sexo.«Seguramente está fingiendo. ¿Quiere mostrarse como una
CAPÍTULO 22: SEIS AÑOS CASADA Y ¿NO SABES DE AMOR? (II)Sebastián agarró sus caderas y frotó la cabeza de su polla contra su entrada, se hundió lentamente como si quisiera alargar el momento. Las manos de Isabella apretaron la sábana y sus piernas se estremecieron, el sujeto sus muslos mientras la penetraba y comenzó a moverse a un ritmo tortuoso.Extendió su mano y le acarició el clítoris, aumentando los envites dentro de ella, sintiendo cómo lo apretaba en su interior; sin embargo, para Sebastián no fue suficiente.Él quería sentirla toda.De repente sus embestidas tomaron un ritmo salvaje y ella gritó de sorpresa, su coño, apretándolo, una y otra vez. Sebastián apretó los dientes para reprimir el gemido de placer que casi escapa de sus labios, al sentir su apretado coño ordeñando su polla.―¡Maldición! ―la palabra salió siseada de sus labios y ya no pudo contenerse.Sebastián era más animal que hombre cuando abrió sus piernas e hizo que sus muslos descansaran en sus fuertes antebraz