XOXO
CAPÍTULO 22: SEIS AÑOS CASADA Y ¿NO SABES DE AMOR? (II)Sebastián agarró sus caderas y frotó la cabeza de su polla contra su entrada, se hundió lentamente como si quisiera alargar el momento. Las manos de Isabella apretaron la sábana y sus piernas se estremecieron, el sujeto sus muslos mientras la penetraba y comenzó a moverse a un ritmo tortuoso.Extendió su mano y le acarició el clítoris, aumentando los envites dentro de ella, sintiendo cómo lo apretaba en su interior; sin embargo, para Sebastián no fue suficiente.Él quería sentirla toda.De repente sus embestidas tomaron un ritmo salvaje y ella gritó de sorpresa, su coño, apretándolo, una y otra vez. Sebastián apretó los dientes para reprimir el gemido de placer que casi escapa de sus labios, al sentir su apretado coño ordeñando su polla.―¡Maldición! ―la palabra salió siseada de sus labios y ya no pudo contenerse.Sebastián era más animal que hombre cuando abrió sus piernas e hizo que sus muslos descansaran en sus fuertes antebraz
CAPÍTULO 23: INVESTIGADOR PRIVADO.―¿Puedes regresar en taxi? ―Sebastián preguntó serio e Isabella asintió rápidamente ―Bien, ve a casa de mis padres, Nicholas está allá, sería bueno que pasarás tiempo con él, te extraña.―¿De verdad? ―Los ojos de Isabella se iluminaron y fue imposible para Sebastián perderse de ellos, de repente sacó su billetera y le entregó unos cuantos billetes y también una tarjeta negra.―Es para el taxi y esto ―dijo señalando la tarjeta ― es para tus gastos, como mi esposa no permitiré que sigas vistiendo de esa manera.Isabella miró su ropa y luego asintió. No era fea, pero si vieja, curiosamente Marcus nunca le dio dinero para renovar su guardarropa, ahora, comprendía por qué.―Está bien, muchas…―Llegaré a casa por la noche ―la interrumpió y le dio una última mirada para luego irse.Isabella miró su espalda, alejarse y suspiro, definitivamente era un hombre complicado, pero salvar a su padre y sobre todo encontrar a su hijo, valía cualquier sacrificio. Por es
CAPÍTULO 24: ¡VETE DE MI CASA!―¿Qué hace esta mujer aquí?Isabella giró, encontrándo la mirada desafiante de Coraline. A pesar de la tensión, mantuvo la calma.―Oh, usted debe ser la madre de Sebastián. Vine a visitar a Nicholas, Sebastián pensó que sería bueno que pasara tiempo con él.Coraline frunció el ceño, claramente insatisfecha con la explicación, y podía importarle poco lo que pensara su hijo. Se acercó a Isabella y la miró de arriba abajo con una frialdad que cortaba el aire.―No sé qué te habrás imaginado, pero aquí no eres bienvenida. Y no quiero que te acerques a mi nieto.Isabella apretó los labios, pero respiro hondo y dijo.―Suegra…―¡No me llames así! ―la madre de Sebastián exclamó indignada ―No sé qué hiciste para convencer a mi hijo, pero te advierto que yo no soy tan fácil como él. No me gustas y te lo digo de una vez. No te quiero como nuera y mucho menos como la madre de Nicholas, ¿entiendes? Así que vete, vete de mi casa, ¡ahora mismo!Isabella, aunque herida, s
CAPÍTULO 25: ¡¿ESTÁS DESNUDO?!―Parece que necesitas recordar, madre, que soy yo quien dirige esta familia y sus asuntos, no tú. No tengo por qué discutir mis decisiones o las soluciones que elijo para los problemas de mi hijo. Lo que decida hacer o con quién decida hacerlo es asunto mío y solo mío. Así que te sugiero que guardes tus opiniones para ti, especialmente cuando están tan terriblemente equivocadas.Coraline jadeo ante la frialdad de su hijo. Pero Sebastián camino hacia Isabella y la beso en los labios.―Ve con Nicholas, estaré con ustedes en un momento.Isabella asintió más rápido de lo que esperaba y siguió a la empleada. Sebastián y su madre quedaron en un cara a cara.―¡¿Cómo te atreves a decir eso delante de esa mujer?! ¡Soy tu madre!―Lo eres, pero no tienes ningún derecho a ofenderla y menos meterte en mis asuntos madre. Porque insistes en Inesa, ya te he dicho que nunca la voy a ver cómo nada más que mi socia.Coraline se dio la vuelta enojada.―Eso es porque no te da
CAPÍTULO 26: HAGAMOS UN BEBÉSebastián le dio una sonrisa mientras se secaba el cabello, sus ojos azules y profundos fijos en ella.―¿Te gusta lo que ves Isabella?Su voz profunda y magnética hizo que Isabella finalmente volviera en sí, su rostro estaba rojo de vergüenza y se negó a dejar que él la intimidara, así que se cruzó de brazos y lo miró a los ojos.―En realidad, no eres la gran cosa… ―torció sus labios y suspiró como si él no la estuviera tentando ahora mismo ―… he visto mejores.«Qué mentirosa eres Isabella. Si nada más has visto a Marcus y no le llega por los talones. Pero tú, mantente firme, no alimentes el ego de este hombre. No importa que tenga abdominales fuertes, brazos musculosos, piernas poderosas y un rostro de adonis. No, no lo permitas»Sin embargo, sus palabras hicieron que los movimientos de Sebastián se detuvieran. Su mirada aguda se clavó en ella y arrojó al suelo la toalla en su mano y se acercó en dos pasos. Isabella retrocedió, pero como siempre, él lograb
CAPÍTULO 27: PLANEAR UNA BODA.—¿Así que fue a ver a un investigador privado? —preguntó Inesa, mirando al hombre con curiosidad.—Sí, señora. ―El hombre que había sido contratado por Inesa para seguir a Isabella le dio toda la información. ―Al parecer, la señorita Collins está buscando a su hijo —respondió el hombre.Los movimientos de Inesa se congelaron al escuchar esto. Sus ojos se entrecerraron y una sonrisa malvada apareció en sus labios.—¿Hijo? —dijo Inesa, sorprendida y luego intrigada.—Así es. Tuve que sobornar a una de las empleadas de la oficina. La información es 100 % segura. Ella está buscando a su hijo —confirmó el hombre, asintiendo.Inesa se reclinó en su silla, pensativa, y su sonrisa se volvió más pronunciada.—Así que la m*****a es madre, ¿eh? ¿Quién lo diría…? —dijo con una risa sarcástica. El hombre la observaba, esperando más instrucciones. —La pregunta es, si Sebastián lo sabe.―¿Quiere que siga investigando? —preguntó el hombre, ansioso.—Por supuesto que sí,
CAPÍTULO 28: VESTIDO DE NOVIA―Por favor quítese la ropa.―¡¿Q… qué?! ―los ojos de Isabella se abrieron sorpresivamente.La modista enviada por Sebastián suspiro.―Querida es para tomar tus medidas, el señor Ashford me ha encomendado la tarea de hacer tu vestido de novia y fue muy explícito en decir que quería lo mejor. Así que… ―la mujer la señaló de arriba abajo ―… fuera ropa.―Pero… es solo un vestido de novia, no veo porque yo…―No me asusta la desnudez. A ti tampoco debería ―la reprendió Monique, la mejor modista de la ciudad.Justo cuando Isabella iba a replicar la puerta se abrió, un sonriente Sebastián cerró la puerta detrás de él.―Veo que ya conoces a mi prometida, ¿eh?―Sí. Pero debo decir, señor Ashford, que es un poco remilgada para mi gusto.La risa de Sebastián llenó la habitación y las mejillas de Isabella se calentaron.―No veo por qué tengo que desnudarme para un simple vestido ―dijo Isabella, molesta por el tono burlón de Sebastián.―No es un simple vestido, señorita
CAPÍTULO 29: SABOTAJE.―¿Hiciste lo que te pedí?―Sí, señorita, todo se hizo como se ordenó.Inesa sonrió satisfecha.―Bien, te has ganado un buen pago. ―Extendió el cheque hacia la mujer y antes de que lo tomara, agregó ―¿Segura que nadie te vio?―Sí, señorita, me encargué de que no hubiera nadie cerca.Inesa le dio una mirada penetrante.―Está bien, pero recuerda, si caes, no te atrevas a relacionarme contigo, ¿está claro?―No, señorita, no diré nada.Inesa soltó el cheque y la joven lo guardó en sus pechos. Inesa se había puesto en contacto con ella y le ofreció una buena suma de dinero para que saboteara el vestido de novia de Isabella. La joven que tenía a su madre enferma vio una solución a sus problemas, sabía que estaba mal, pero esa fue su única salida. Así que cortó con unas pequeñas tijeras lugares estratégicos del vestido, por lo que este se rompería fácilmente.Una vez que se fue, Inesa subió a su auto.―Llévame a la catedral San Jorge, hay un espectáculo que presenciar.E