Al día siguiente desayunando, se sentó David a mi lado en la mesa, fui a levantarme, pero me lo impidió cogiendo mi brazo con su mano erizando mi piel con su toque.
— Tenemos que hablar Tania, no podemos seguir así, aunque anoche lo pase muy bien contigo — me dijo David
— ¿De qué quieres hablar David, de cómo follas con Madelein? — le dije
— Por favor, Tania, desde esa noche lo dejamos, pero es que tu —-- me dijo
— Yo que David, ya sabes que nunca he estado con un hombre y comprendo que quieras a las que ya son expertas, tranquilo sigue con tu vida, no me importa — le dije levantándome de la mesa
— Nos han invitado esta noche a una recepción y me gustaría que me acompañaras como mi esposa. — me dijo
— Lo siento, pero no voy a ir, no voy a ser el hazme reír de nadie — le contesté
— Nadie en la recepción sabe lo que tuvimos Madelein y yo, nada más que tú — me dijo
— Me da igual, no voy a ir — dije escuchando seguidamente, como David daba un puñetazo a la mesa.
Aunque David volvió a insistir antes de marcharse él, yo ya tenía mi decisión y no la iba a cambiar. En la madrugada lo escuche entrar en la casa y después en mi dormitorio acercándose a mi cama.
— ¿Quieres tus derechos de esposa, los vas a tener aunque aún no nos hayamos casado? — lo escuche
Enseguida me senté en la cama conociendo sus intenciones.
— Lárgate de mí dormitorio o gritaré hasta que Lucia se despierte -- contesté
— No me pienso marchar, eres mi futura esposa y vas a serlo también en mi cama, se acabó Tania tú te lo has buscado — me dijo, mientras yo lo miraba como se iba quitando la ropa hasta quedarse completamente desnudo.
Intenté bajarme de la cama, pero con su mano me cogió el tobillo atrayéndome hacia él. Se tumbó encima mía apretando sus labios a los míos para no dejarme chillar, rompió mi camisón, amasando con su otra mano mi pecho pellizcando mi pezón, haciéndome tener un placer indescriptible.
— ¿Te vas a callar? O tendré que hacerte daño, esta noche dejarás de ser virgen a las buenas o a las malas, tu dirás — me dijo
— No me hagas daño David, por favor — le suplique
Me quito las bragas, beso cada poro de mi cuerpo centrándose más en estimularme el clítoris dándome un placentero orgasmo, fue introduciendo su miembro poco a poco dentro de mi ser, hasta que me dio una embestida fuerte haciéndome suya. Mientras David se iba moviendo cada vez más yo pensaba que iba a perder el conocimiento por el placer y el dolor que sentía, teniendo mi segundo orgasmo con mi futuro marido moviéndose cada vez más de prisa dentro de mí, dándome escalofríos placenteros. Cuando ya se corrió, nos miramos los dos a los ojos con deseo
— ¿Cómo estás? — me preguntó
— Aun enfadada contigo — contesté
-- Está bien, si quieres marcharte de mi casa, no te lo impediré, buenas noches -- me dijo, apartándose de mí y cogiendo su ropa, marchándose del dormitorio.
Me levanté al día siguiente un poco dolorida, me duche y me vestí, acercándome a la cocina viendo a Lucy más contenta de lo normal
— Buenos días, te veo muy contenta Lucy, ¿pasa algo? — Le pregunté
— No mi niña, es que estoy alegre, nada más — me dijo
— ¿Nos escuchaste anoche? — pregunté
— Algo escuche y no sabes cuánto me alegro por ti y por mi David — me dijo
— Me marcho de la casa Lucia, el señor David anoche me dijo que podía marcharme y que no me lo impediría
— No te vayas niña, sabes que te queremos mucho — me dijo con el semblante de su cara muy serio
La abracé intentando consolarla, cuando Lucy ya se calmó, me tomé el café que me sirvió, marchándome después a mi habitación, cogí algo de ropa y dinero que tenía guardado guardandolo en una pequeña maleta, saliendo de la casa sin despedirme de Lucia.
Volví al mismo sitio donde vivía antes de irme a vivir con David, pero durante días vi la limusina dando vueltas por el mismo sitio, así que decidí cambiar de lugar teniendo nuevos compañeros en la calle. Una de las personas que nos ayudaban con dinero, ropa o nos dejaba asearnos en su bar, se fijó en mí ya que yo era de las más jovencitas de los indigentes
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-- ¿Te interesa trabajar en mi bar? -- me preguntó
-- Cualquier trabajo me vendría bien -- contesté
Me puse a trabajar de camarera en su bar, pero pocos días después empecé a encontrarme mal, tenía náuseas y vómitos, permitiéndo mi jefa dormir en su casa y comer en su bar, pensando mi jefa que estaba mala por no comer mientras estuve viviendo en la calle. Pero tan insistentes eran mis vómitos que me compré una prueba de embarazo dándome positivo. Me arrodillé en el cuarto de baño llorando sin consuelo hasta que entró mi jefa.
— ¿Qué te pasa Tania cariño? Me preguntó
Le enseñé la prueba de embarazo sentándose ella a mi lado en el suelo abrazándome.
— No llores, un hijo es una alegría ¿Quién es el padre? — me preguntó
— Un CEO multimillonario que me engaño con su secretaria y después de coger mi virginidad me dijo que me podía marchar de su casa — contesté
— No te preocupes pequeña, a este bebe no le faltara de nada y a ti tampoco — me dijo
Cuando ya tenía nueve meses de embarazo, sentí unos dolores muy fuertes, teniendo que llamar con mi móvil a mi jefa, ya que yo me encontraba en su casa, vino enseguida y al verme me cogió como pudo llevándome al hospital en su coche, naciendo mi hijo pocas horas después.
Después de dar a luz a mi hijo, empecé a trabajar en el bar ya que mi jefa me dejaba llevarme a mi pequeño, pues ella sabía que yo no tenía dinero para contratar a una niñera. Estaba sirviendo y limpiando una mesa, cuando tropecé con un cliente que acababa de entrar en el bar, me giré para pedirle perdón, quedándonos David y yo mirándonos fijamente.a los ojos
— Lo siento no te he visto — le dije — ¿Trabajas aquí? — me preguntó David— Si, perdona pero tengo que seguir trabajando — le dije — Tania él bebe tiene hambre, dale de comer que yo sigo haciendo lo tuyo — me dijo la encargada chillando Cuando me giré para marcharme, David me cogió del brazo parándome. — ¿Tienes un hijo? — me preguntó — Sí y por favor suéltame, no quiero que mi jefa me riña — le dije Entre en los vestuarios para darle de comer a mi pequeño entrando también David detrás mía. — ¿Es mío? — me preguntó — No tranquilo, no es tuyo, es de otro tío — contesté — Si ya, es de un sinvergüenza que la embauco prometiéndole una vida sin que le faltara de nada y cuando tuvo a otra a su lado, a la pobre Tania la tiró a la calle, el sinvergüenza multimillonario —dijo mi jefa, dejándome inerte, ya que no quería decirle nada a David — Ese del que habla tu jefa, era yo ¿verdad Tania?--- me preguntó — No le hagas caso David y tranquilo que no es tuyo — le repetí — Lo siento T
Me hizo poner las manos en la cama doblando mi cuerpo, me bajó el tanga hasta mis tobillos y abriéndome las piernas, sentí como me poseía con su miembro en una embestida fuerte, moviéndose cada vez más. — Muévete, me gustas mucho Tania y me encanta follarte, te siento como si fueras mi puta particular — me dijo Siguió moviéndose cada vez más deprisa mientras gemía y me apretaba las caderas con sus manos hasta correrse, dejándome la marca de sus dedos en mis caderas. — Quiero vivir contigo lo que me arrebataste con mi hijo, ¿Tomas la píldora? — me preguntó cuando se apartó de mí — No quiero otro embarazo, David por favor — suplique — No te he preguntado eso Tania, ¿tomas la píldora? — Si, la tomo — contesté — Tíralas o te las tiraré yo, quiero otro bebe y vivir lo que no me dejaste con mi hijo cuando te marchaste de mi casa — me dijo — Yo me marché de tu casa porque tú me echaste — le contesté, no diciéndome David nada más. Después de arreglarse la ropa, se fue al cajón de mi
La fiesta estaba siendo un éxito, acudiendo los socios de David con sus parejas estando la casa llena de gente y por el orgullo de su padre, nuestro hijo fue de brazos en brazos, hasta que le tocó la hora de comer, lo cogi en brazos, entrando en la casa, me fui al dormitorio de mi hijo sentandome en la mecedora para darle de mamar. Después de quedarse dormido, le cambie el pañal que lo tenia sucio, lo deje en su cuna marchándome, para salir al jardín donde estaban los invitados, pero escuche hablar a David con otro hombre en su despacho con la puerta entreabierta, me quede parada en el exterior de la puerta escuchando, quedándome inmóvil cuando escuche lo que estaban hablando David y uno de los invitados a la fiesta. — ¿Sabe ya Tania ya que es nieta de Lord Carrington? — le preguntó el hombre a David— Si, ya hable hace dos días con los abogados del abuelo de mi futura esposa, estoy esperando sus respuestas — dijo David — David, no puedes negarle a Tania sus derechos ¿y si se enter
Despues de recuperarme del aborto, David dejo su empresa en manos de sus asesores, para que pudieramos hacer un viaje a inglaterra y asi yo pudiera conocer donde verdaderamente naci y cual era mi sitio, ya que mi abuelo fue un Lord segun me entere en la fiesta que hicimos en nuestra casa. Lucia nos preparo el equipaje a nosotros ya que no quería que mi hijo viniera con nosotros a Inglaterra, siendo David el que le dio la razón, ya que nada más pensábamos quedarnos una semana hasta que yo arreglara con los abogados de mi abuelo, lo que me tocaba la parte de mi herencia. Después de darle muchos besos y carantoñas a nuestro pequeño, David y yo subimos a la limusina sentandonos dentro, arrancando el chofer con dirección al aeropuerto donde David tenía su avión privado.Cuando llegamos a Londres, y con nuestro equipaje en nuestras manos, nos marchamos del aeropuerto acercándose a nosotros un hombre de pelo canoso y muy bien vestido.— Señores Anderson, bienvenidos a Inglaterra, permitan qu
Al día siguiente cuando me desperté, me levanté de la cama, entre en el cuarto de baño para ducharme, una vez que ya termine, enrede una toalla en mi cuerpo, volviendo a mi dormitorio, me vestí y me marché hacia la cocina, necesitaba una taza de café para poder terminar de despertarme, cuando entre vi a Brigitte haciendo los desayunos.— Buenos días ¿aún no se ha levantado David? — pregunte— No señorita, ¿quiere una taza de café recién hecho? — me dijo— Si por favor, necesito espabilarme, Brigitte aquí en Londres no sale mucho el sol ¿verdad? — le dije asomándome a la ventana de la cocina, viendo como las gotas de lluvia pegaban contra el cristal— Ahora no Tanía, pero cuando salgas a la calle, serás tu la que ilumine todo Londres — escuche decir a David— Que bonito, gracias mi amor — le dije acercándome a David, besando sus dulces labiosDespués de desayunar los dos sentados en las sillas de la cocina, nos marchamos hacia el exterior de la casa— Buenos días señores Anderson — nos
Dos días después de la fiesta, David y yo nos levantamos muy pronto por la mañana, ya que teniamos cita con los abogados de mi abuelo para que me dijeran que exactamente me dejó en herencia y que me explicaran cual fue realmente mi destino cuando nací. Bajamos David y yo de la limusina, fijándome que el chofer aparco enfrente de un edificio muy alto pero muy antiguo. Entramos los dos dirigiéndonos hacia donde estaban los ascensores, subimos a uno y bajando cuando llego a la planta donde ibamos, siempre dirigiendome David, ya que yo no sabía donde se encontraban ciertos abogados. Cuando nos paramos en la puerta, David me dio un beso en los labios para animarme mientras yo respire varias veces hondo, cogiendo fuerzas para lo que dentro me esperaba.— Buenos días, tenemos cita con el señor Millers, soy David Anderson — le dijo a una especie de secretaria que había sentada en una mesa a la entrada de las oficinas— Si señor Anderson, los abogados ya le están esperando a ustedes — contestó
Nos quedamos los invitados y yo muy sorprendidos con las palabras de aquella mujer, viendo que era Madelein, la exnovia de David la que había dicho aquellas palabras.— David, que quiere decir Madelein ¿acaso estás realmente casado con ella? — pregunte extrañada—Tania no te preocupes, ahora mismo lo arreglo, espérame aquí cariño — me dijo David, marchandose de mi lado y dirigiéndose hacia donde Madelein estaba.David se marchó de allí con Madelein hacia la casa, pero como no me quede muy conforme los seguí intentando saber qué es lo que pasaba, cuando entré en la casa, empecé a escuchar gritos tanto de mi futuro esposo como de su exnovia desde el gran salón. Me acerque despacio hasta la puerta intentando escuchar lo que decían— Estamos casados David, el divorcio no se hizo firme cuando firmamos los dos aquellos documentos y la verdad es que ahora no pienso darte el divorcio — escuche decir a Madelein— Me lo darás te guste o no, amo a Tania y tu y yo no tenemos nada más de que habla
Después de hacer el amor David y yo, me quedé completamente dormida, ya que estaba realmente cansada, me desperté sobresaltada cuando escuche el motor de un coche, me asomé a la ventana viendo que estaba amaneciendo, pero dándome cuenta también, de que David ya no estaba conmigo en la cama, me marché del dormitorio para acercarme a la cocina pensando en que estaria desayunando, pero mi sorpresa fue al no ver a nadie, mire por casi toda la casa buscándolo, pero David no aparecia por ningun lado, entonces pense que ya se había ido a trabajar, volviendo a mi dormitorio y tumbarme. Ya no pude dormir, me preocupaba donde podria estar mi amor, ya que él no se levantaba tan pronto, empecé a dar vueltas en la cama hasta que, cansada me levante, entre en el cuarto de baño, me asee, volví a mi dormitorio y me marché hacia la cocina para tomarme una taza de cafe. Sentada en una de las sillas de la cocina con la taza de café en mi mano, entró de pronto Lucy.— Buenos días Tania cariño, hoy si qu