Al día siguiente cuando me desperté me di cuenta de que estaba completamente sola, me levanté de la cama decidida a marcharme, no quería ser la segunda en la vida del padre de mi hijo y pensé que, en cuanto Madelein entrará en aquella casa, lo seria, así que mi decisión ya estaba tomada Entre en el cuarto de baño para ducharme, una vez que ya estaba duchada, me sequé el cuerpo, volví al dormitorio para vestirme, marchandome del dormitorio hacia el cuarto de mi hijo acercandome a su cuna, viendo como dormía, con sus puñitos abiertos y sus bracitos abiertos, le di un beso en su suave frente y me marche de su cuarto hacia la cocina, donde ya estaba Lucia haciendo sus ricos bollitos— Buenos días Lucia ¿David se ha marchado ya de casa? — le pregunté— Pues la verdad es que, no ha venido a casa esta noche, se habrá quedado en el hospital supongo — me respondió— Me tomo una taza de cafe y despues le dare el desayuno a mi pequeño — dije— Junior ya ha tomado su desayuno y también le cambie
Cuando llegó hasta donde estábamos Dolly y yo, Brigitte me abrazo tan fuerte que me parecía que me iba a ahogar, llevando después a mi hijo a sus brazos— ¿Te quedarás por fin con nosotros pequeña? — me pregunto Dolly— Si me dejais si, pero ahora quiero un buen baño y darle de comer a mi pequeño, el viaje ha sido muy largo, aunque el pobre se ha pasado durmiendo todo el viaje en el avión — les dije.— Por mi pequeño Junior no te preocupes que yo me encargo de él, tu vete al dormitorio, bañate y descansa, supongo que David, vendrá en otro vuelo ¿no? — pregunto Brigitte— Creo que no, me he marchado de su casa y no le he dicho dónde iba, hemos roto el y yo — les dije— Ya, bueno lo siento mucho pero tu estas en tu casa y aquí no os faltará de nada, ni a mi Junior ni a ti — me dijo DollyMe marché a mi dormitorio, entre en el cuarto de baño, me quite la ropa metiendo seguidamente en la ducha, quería darme un buen baño, pero acababa de llegar después de horas de vuelo y estaba muy cansad
Dos días pasaron desde que hable con el sustituto de Millers, el abogado. Estaba en el dormitorio de mi hijo meciendolo para que se durmiera, cuando Dolly entró diciendo que el abogado me estaba esperando en el salón, Deje a mi pequeño en la cuna, asegurandome de que ya estaba completamente dormido, marchandome de su dormitorio hacia el salón, cuando entre en el salón viendo a Dunca, el abogado sentado en el sofa, levantandose para saludarme en cuanto entre en el salón.— Buenos días señor Duncan, gracias por venir a mi casa, pero siéntese, por favor — le dije, — He estado estudiando tu caso con Millers y no hay ninguna solución, si quiere conseguir su herencia tiene que casarse y tener un heredero el primer año de casada, dentro del matrimonio y que sea biológicamente de su marido — me dijo— Entonces no puedo hacer nada ¿no? por lo que me dice — pregunté— No Tania, esas son las condiciones, lo siento mucho — me dijo— Duncan por favor, le parecerá extraño mi pregunta, pero se la t
Esa noche no pude dormir bien, me levanté a media noche, me acerque a la cocina, me prepare un vaso de leche caliente sentandome seguidamente en una de las sillas, para pensar si hacia bien, ya que era muy precipitado todo y no conocía de nada a Duncan, pero ya estaba todo preparado y alimentar y vestir a mi pequeño, era lo principal aunque tuviera que sacrificarme yo, con un hombre que no conocía y tenía que quedarme embarazada de él dentro de ese año de matrimonio, que era lo que estipulo en el contrato prematrimonial.Al día siguiente, cuando me levanté, entré en el cuarto de baño para ducharme, , al terminar cogi una de las toallas que habían, y secandome el cuerpo regrese al dormitorio, saqué el vestido que me compre de la bolsa donde la dependienta me lo dejo para que no se manchara ni se arruga, dejándolo encima de la cama. Una vez que ya estaba peinada y pintada con colores suaves, me puse el vestido mirándome varias veces al espejo, donde sin poder evitarlo, me cayeron alguna
Después de cenar, me fui a levantar de mi silla, pero Duncan me cogió del brazo con su mano, obligándome a seguir sentada, sirviendo seguidamente la sirvienta que él trajo el café — Rita por favor, ponlo en la mesita, mi esposa y yo tenemos que hablar — le dijo Duncan — ¿Ya puedo levantarme de la silla? — le pregunté — Cuando yo me levante podrás hacerlo tu — me respondio Cuando Duncan se levantó de su silla, cogió mi silla abriendola un poco para que me levantara, me cogió de la mano para que me sentara en el sofá, viendo encima de la mesita que había enfrente del sofá, una botella de whisky, dos vasos y las dos tazas de cafe. Mi esposo puso el whisky en sendos vasos ofreciendo una — No bebo alcohol, el whisky no me gusta — le dije — Pues querida mía, acostumbrate porque no me gusta beber solo, así que sera mejor que cojas el vaso y lo vacies antes que yo — me dijo, obligándome a beber — ¿De qué querías hablar conmigo? — pregunté — De nuestro futuro, mañana van a venir unos ob
Me llamo Tania, tengo dieciocho años y desde los catorce vivo en la calle, como lo que robo y me visto de lo que me da la gente, ¿Por qué vivo en la calle? Porque mi madre era heroinómana muriendo de una sobredosis y mi padre un alcohólico que, cuando venía borracho a casa me pegaba con su cinturón o me intentaba violar, así que decidí marcharme de mi casa, ya que sabía que nadie denunciaría mi desaparición. Aunque soy una indigente tengo muchos amigos que están en mí misma situación, nunca me han tratado mal mis compañeros, me enseñaron a robar para poder comer, pero nunca le he hecho daño a nadie, hasta ahora. Un día seguí a dos mujeres, cuando pude me acerque a ellas pidiéndoles una limosna, buscaron en sus bolsos, pero lo que no sabían era que yo ya tenía en mi poder sus monederos, así que para que no sospecharan de mí, agache mi cabeza para que tuvieran compasión conmigo y con un adiós me marche dejándolas de pie donde las había parado para pedirles. Me fui calle abajo contenta
Pase casi toda la noche pensando en la proposición que me hizo David, no pareció mal porque se acabaría de dormir en un suelo frio y tener que robar para comer, pero me preocupaba más, lo que me dijo que tenía que tener un hijo para cobrar su fortuna, yo era muy joven y si podía ayudarlo, pero no a tener bebes, ya que no sabía nada de lo que eran las relaciones sexuales y menos con un hombre que, aunque él parecía conocerme muy bien, yo no sabía nada de él. Me levanté de la cama, sin hacer ningún ruido ya que no quería me escucharan marcharme de la casa, que aunque sabia que tendria un hogar, comida caliente todos los días, casarme con un desconocido y que sabía perfectamente por lo que le escuche hablar con Lucia, todo eso no era para mi, ¿y de que me conocía David?¿porque le preguntó la mujer si estaba seguro de que era yo?, eran preguntas que rondaban en mi cabeza así que decidida, baje hasta la entrada de la casa sin encender ninguna luz, abri la puerta y con el frío de la noche
Lo primero que hice fue entrar en el cuarto de baño para ducharme, una vez que ya lo hice, cogi una de las toallas que allí había para secarme, enredando mi cuerpo con otra toalla más grande. Cogi una de las maletas que habían en el armario y empecé a elegir la ropa que quería llevarme a Londres, haciendo lo mismo con la ropa interior y los zapatos, una vez que ya tenía el equipaje preparado fui a vestirme, pero de pronto la puerta del dormitorio se abrió entrando David, que se quedo mirandome de abajo arriba y viceversa.— ¿Qué haces aquí? ¿Es que una señorita no puede tener intimidad? — pregunté— Oh si perdona, yo venía a ver si ya habías preparado tu equipaje para bajarlo a la limusina, no quería asustarte — me dijo— No me has asustado, pero podrías haber tocado a la puerta antes de abrirla ¿no te parece? — le pregunté— Bueno me voy a llevar tu equipaje, nos marcharemos después de comer — dijoCuando David se marchó del dormitorio, me puse el vestido que había elegido para el vi