— Lo siento no te he visto — le dije
— ¿Trabajas aquí? — me preguntó David
— Si, perdona pero tengo que seguir trabajando — le dije
— Tania él bebe tiene hambre, dale de comer que yo sigo haciendo lo tuyo — me dijo la encargada chillando
Cuando me giré para marcharme, David me cogió del brazo parándome.
— ¿Tienes un hijo? — me preguntó
— Sí y por favor suéltame, no quiero que mi jefa me riña — le dije
Entre en los vestuarios para darle de comer a mi pequeño entrando también David detrás mía.
— ¿Es mío? — me preguntó
— No tranquilo, no es tuyo, es de otro tío — contesté
— Si ya, es de un sinvergüenza que la embauco prometiéndole una vida sin que le faltara de nada y cuando tuvo a otra a su lado, a la pobre Tania la tiró a la calle, el sinvergüenza multimillonario —dijo mi jefa, dejándome inerte, ya que no quería decirle nada a David
— Ese del que habla tu jefa, era yo ¿verdad Tania?--- me preguntó
— No le hagas caso David y tranquilo que no es tuyo — le repetí
— Lo siento Tania, pero voy a solicitar una prueba de paternidad y si es mío — se cayó
— Si es tuyo ¿Qué? ¿Me lo vas a quitar para dárselo a la puta de Madelein?, lárgate de aqui David por favor y olvídate de nosotros — le dije llorando
Dos días después, vino un hombre al bar, vestido con un traje muy caro preguntando por mí, me dirigí a él para saber que quería entregándome un sobre cerrado marchándose después del bar.
— ¿Qué quería de ti ese hombre? — Me preguntó mi jefa
— No lo sé, me ha dado este sobre — le dije
Cuando abrí el sobre y lo leí, me tuve que sentar llorando sin consuelo, cogiéndome la carta que me dio ese hombre, mi jefa, para leerla.
— El cabrón niño rico que entró aquí el otro día ¿es el padre del pequeño? — me preguntó
— Si era él, me lo va a quitar Neri, tiene mucho dinero y yo no tengo ni para contratar a un abogado ¿que puedo hacer? — le dije
— Confía en Dios y ten fe, no se le veía mala persona Tania —me dijo -- lo que querrá es saber si es suyo, porque no vas a verlo y se lo dices tú misma.
Al día siguiente Neri me dio el día libre, así que decidí ir a ver a David a su casa con mi hijo en brazos. Nada más entrar en la casa Lucia me abrazó llorando de alegría, fijándose después en mi hijo que lo tenía en brazos.
— Pero que cosita más pequeña, ¿es de David? — me preguntó
— Si de aquella noche, que escuchaste algo, ¿te acuerdas? — le dije sonriendo
— Tania, ¿Qué haces en mi casa? — me preguntó David
— Quiero hablar contigo por favor, — le dije
— Lucy cuida de mi hijo por favor, mientras hablamos Tania y yo —le dijo
Pasamos a su despacho, sentándose él en su sillón de detrás de su mesa y yo en otro sillón enfrente suya
— Tu dirás, me ha sorprendido que vinieras a mi casa — me dijo
— No voy a consentir que pinchen o qué diablos quieran hacerle a mi hijo, yo ya te digo que es tuyo, desde aquella noche que me tomaste a la fuerza en mi cama, no he estado con ningún hombre, mi hijo tiene solo un mes de nacido. — le dije a punto de llorar
— Ya lo sé que es mío, me hice la prueba de paternidad nada más que nació mi hijo, pero esperaba a que tú me lo dijeras, por eso quería forzar la situación demandandote, vas a volver a mi casa y te vas a comportar como mi esposa que vas a ser, dormir en mi cama y cubrir mis necesidades y te puedo asegurar que tu fuiste la última mujer a la que le hice el amor — me dijo
— ¿Has estado vigilándome? — le Pregunté
— Yo no, pero cuando tu estado era avanzado, sí que tuve que contratar a un detective por si dabas en adopción a mi hijo — me contestó
— No me conoces nada David, nunca lo hubiera consentido, ¿Qué quieres ahora de mí? Supongo que tendrás condiciones para que vuelva contigo a la casa — contesté
— Que nos casemos y seas mi esposa, fuera y dentro de mi casa y por supuesto en nuestra cama — me dijo con el semblante de su cara muy serio
— O sea lo que tu quieres es que sea o tu puta o tu sumisa, si no quiero que me quites a mi hijo — le dije
— Tu lo has dicho ¿Qué decides? Tania— me preguntó
— No tengo otras opciones, seré tu esposa — le dije
La primera semana que viví con David en su casa, fuimos a un decorador para que decorara la habitación de mi hijo, quedando preciosa no faltando detalle ninguno, siendo todos los muebles muy modernos, tenía su cambiador, su cuna, su moisés, una bañera preciosa, su mueble para colocar toda su ropita y una mecedora preciosa para mecer a mi hijo cuando tuviera que dormir, en la cual David durmió muchas noches con nuestro hijo en sus brazos. Aunque dormíamos juntos, David no me tocó ninguna noche, solamente dormíamos lo que podíamos, ya que mi pequeño se despertaba varias veces por la noche, levantándose David casi siempre para mecerlo o cambiarle el pañal si lo tenía sucio. La siguiente semana David me compro un vestido de seda color ocre clarito para ir a una fiesta esa misma noche, en la que fue invitado por uno de sus socios, entre en el baño, me quite la ropa, prepare los grifos del agua entrando seguidamente dentro de la ducha, cuando ya estaba duchada, salí y cogiendo una de las toallas grandes que allí habían, volví al dormitorio para arreglarme, me pinte con colores suaves y cuando fui a ponerme el vestido, David entró él al dormitorio. Se acercó a mi cogiendo mis hombros con sus manos, besándome el cuello erizandome la piel.como siempre me pasaba con él cuando me acariciaba
— Vamos a llegar tarde a la recepción — le dije
— Que esperen, primero es mi deseo de follarte — me dijo quitándome el vestido de mis manos
Me hizo poner las manos en la cama doblando mi cuerpo, me bajó el tanga hasta mis tobillos y abriéndome las piernas, sentí como me poseía con su miembro en una embestida fuerte, moviéndose cada vez más. — Muévete, me gustas mucho Tania y me encanta follarte, te siento como si fueras mi puta particular — me dijo Siguió moviéndose cada vez más deprisa mientras gemía y me apretaba las caderas con sus manos hasta correrse, dejándome la marca de sus dedos en mis caderas. — Quiero vivir contigo lo que me arrebataste con mi hijo, ¿Tomas la píldora? — me preguntó cuando se apartó de mí — No quiero otro embarazo, David por favor — suplique — No te he preguntado eso Tania, ¿tomas la píldora? — Si, la tomo — contesté — Tíralas o te las tiraré yo, quiero otro bebe y vivir lo que no me dejaste con mi hijo cuando te marchaste de mi casa — me dijo — Yo me marché de tu casa porque tú me echaste — le contesté, no diciéndome David nada más. Después de arreglarse la ropa, se fue al cajón de mi
La fiesta estaba siendo un éxito, acudiendo los socios de David con sus parejas estando la casa llena de gente y por el orgullo de su padre, nuestro hijo fue de brazos en brazos, hasta que le tocó la hora de comer, lo cogi en brazos, entrando en la casa, me fui al dormitorio de mi hijo sentandome en la mecedora para darle de mamar. Después de quedarse dormido, le cambie el pañal que lo tenia sucio, lo deje en su cuna marchándome, para salir al jardín donde estaban los invitados, pero escuche hablar a David con otro hombre en su despacho con la puerta entreabierta, me quede parada en el exterior de la puerta escuchando, quedándome inmóvil cuando escuche lo que estaban hablando David y uno de los invitados a la fiesta. — ¿Sabe ya Tania ya que es nieta de Lord Carrington? — le preguntó el hombre a David— Si, ya hable hace dos días con los abogados del abuelo de mi futura esposa, estoy esperando sus respuestas — dijo David — David, no puedes negarle a Tania sus derechos ¿y si se enter
Despues de recuperarme del aborto, David dejo su empresa en manos de sus asesores, para que pudieramos hacer un viaje a inglaterra y asi yo pudiera conocer donde verdaderamente naci y cual era mi sitio, ya que mi abuelo fue un Lord segun me entere en la fiesta que hicimos en nuestra casa. Lucia nos preparo el equipaje a nosotros ya que no quería que mi hijo viniera con nosotros a Inglaterra, siendo David el que le dio la razón, ya que nada más pensábamos quedarnos una semana hasta que yo arreglara con los abogados de mi abuelo, lo que me tocaba la parte de mi herencia. Después de darle muchos besos y carantoñas a nuestro pequeño, David y yo subimos a la limusina sentandonos dentro, arrancando el chofer con dirección al aeropuerto donde David tenía su avión privado.Cuando llegamos a Londres, y con nuestro equipaje en nuestras manos, nos marchamos del aeropuerto acercándose a nosotros un hombre de pelo canoso y muy bien vestido.— Señores Anderson, bienvenidos a Inglaterra, permitan qu
Al día siguiente cuando me desperté, me levanté de la cama, entre en el cuarto de baño para ducharme, una vez que ya termine, enrede una toalla en mi cuerpo, volviendo a mi dormitorio, me vestí y me marché hacia la cocina, necesitaba una taza de café para poder terminar de despertarme, cuando entre vi a Brigitte haciendo los desayunos.— Buenos días ¿aún no se ha levantado David? — pregunte— No señorita, ¿quiere una taza de café recién hecho? — me dijo— Si por favor, necesito espabilarme, Brigitte aquí en Londres no sale mucho el sol ¿verdad? — le dije asomándome a la ventana de la cocina, viendo como las gotas de lluvia pegaban contra el cristal— Ahora no Tanía, pero cuando salgas a la calle, serás tu la que ilumine todo Londres — escuche decir a David— Que bonito, gracias mi amor — le dije acercándome a David, besando sus dulces labiosDespués de desayunar los dos sentados en las sillas de la cocina, nos marchamos hacia el exterior de la casa— Buenos días señores Anderson — nos
Dos días después de la fiesta, David y yo nos levantamos muy pronto por la mañana, ya que teniamos cita con los abogados de mi abuelo para que me dijeran que exactamente me dejó en herencia y que me explicaran cual fue realmente mi destino cuando nací. Bajamos David y yo de la limusina, fijándome que el chofer aparco enfrente de un edificio muy alto pero muy antiguo. Entramos los dos dirigiéndonos hacia donde estaban los ascensores, subimos a uno y bajando cuando llego a la planta donde ibamos, siempre dirigiendome David, ya que yo no sabía donde se encontraban ciertos abogados. Cuando nos paramos en la puerta, David me dio un beso en los labios para animarme mientras yo respire varias veces hondo, cogiendo fuerzas para lo que dentro me esperaba.— Buenos días, tenemos cita con el señor Millers, soy David Anderson — le dijo a una especie de secretaria que había sentada en una mesa a la entrada de las oficinas— Si señor Anderson, los abogados ya le están esperando a ustedes — contestó
Nos quedamos los invitados y yo muy sorprendidos con las palabras de aquella mujer, viendo que era Madelein, la exnovia de David la que había dicho aquellas palabras.— David, que quiere decir Madelein ¿acaso estás realmente casado con ella? — pregunte extrañada—Tania no te preocupes, ahora mismo lo arreglo, espérame aquí cariño — me dijo David, marchandose de mi lado y dirigiéndose hacia donde Madelein estaba.David se marchó de allí con Madelein hacia la casa, pero como no me quede muy conforme los seguí intentando saber qué es lo que pasaba, cuando entré en la casa, empecé a escuchar gritos tanto de mi futuro esposo como de su exnovia desde el gran salón. Me acerque despacio hasta la puerta intentando escuchar lo que decían— Estamos casados David, el divorcio no se hizo firme cuando firmamos los dos aquellos documentos y la verdad es que ahora no pienso darte el divorcio — escuche decir a Madelein— Me lo darás te guste o no, amo a Tania y tu y yo no tenemos nada más de que habla
Después de hacer el amor David y yo, me quedé completamente dormida, ya que estaba realmente cansada, me desperté sobresaltada cuando escuche el motor de un coche, me asomé a la ventana viendo que estaba amaneciendo, pero dándome cuenta también, de que David ya no estaba conmigo en la cama, me marché del dormitorio para acercarme a la cocina pensando en que estaria desayunando, pero mi sorpresa fue al no ver a nadie, mire por casi toda la casa buscándolo, pero David no aparecia por ningun lado, entonces pense que ya se había ido a trabajar, volviendo a mi dormitorio y tumbarme. Ya no pude dormir, me preocupaba donde podria estar mi amor, ya que él no se levantaba tan pronto, empecé a dar vueltas en la cama hasta que, cansada me levante, entre en el cuarto de baño, me asee, volví a mi dormitorio y me marché hacia la cocina para tomarme una taza de cafe. Sentada en una de las sillas de la cocina con la taza de café en mi mano, entró de pronto Lucy.— Buenos días Tania cariño, hoy si qu
Cuando el taxi que llame para que me recogiera en la misma puerta de mi casa llego, me subí a él diciéndole al conductor que me llevara al aeropuerto, al llegar le pagué al conductor y cuando por fin pude recoger mi pasaje, ya que había mucha gente, escuche el aviso de la salida de mi avión, teniendo que correr hacia la puerta de embarque para no perder mi vuelo. Ya en Miami, me marché de la terminal, subiéndome a uno de los taxis que había en la misma entrada pidiéndole al conductor que me llevara a algún hotel ya que yo no conocía la ciudad. En la misma puerta de uno de los hoteles llamé a David sin suerte ya que aunque el móvil no cesaba de sonar, David no me contesto a mis llamadas, quedandome en la puerta del hotel sin saber que hacer, ya que quería que fuera el mismo David el que me recogiera.— Señorita perdone, ¿necesita ayuda? — me preguntó uno de los conductores de los cabify que allí se encontraban — La verdad es que si, no se donde podria quedarme unos días y que no sea m