El sol estaba resplandeciente, Lilith cabalgaba con gracia y destreza, demostrando un dominio total sobre un imponente caballo negro. Con cada salto y cada giro, mostraba su habilidad y valentía en el arte de la equitación. Kamill la observaba con admiración, sintiendo un profundo orgullo por su novia, sus ojos verdes brillan de emoción.

Al finalizar el recorrido, Kamill se acercó a Lilith y la ayudó a bajar del caballo con una sonrisa en su rostro.

— Es usted muy buena en muchas cosas señorita Ambrosetti — murmura Kamill. El chico La tomó entre sus brazos y la besó apasionadamente, demostrando todo su amor y admiración por ella.

— Definitivamente, si soy buena en varias cosas joven Becker — Lilith acaricia el rostro de Kamill — En Paraguay acostumbraba a montar con mi abuela ella me ha enseñado todo, pero ahora solo soy espectadora amo ver a las chicas montando, amo los caballos.

Kamill se queda en silencio como si estuviera analizando algo, pero un rato después abraza a Lilith.

—¿V