Ella se quedó inmóvil, las palabras resonando en su mente como ecos de un golpe que no dejaba de repetirse.

-Te exijo que desaparezcas de mi vida -concluyó Kamill, con una dureza que hizo que Lilith parpadeara rápidamente para contener las lágrimas que amenazaban con traicionarla.

Lilith lo miró fijamente, su postura todavía erguida y desafiante, como si sus palabras no la hubieran alcanzado. Pero por dentro, cada sílaba había dejado una grieta en su corazón.

-Kamill Becker-dijo ella, su voz firme pero carente de emoción. Dio un paso hacia atrás, alejándose de él y de su calor. Su mirada, sin embargo, no se apartó de la de Kamill hasta el último momento - Yo elijo si es que quiero o no aparecer en tu vida.

- Las cosas ya no son como antes.

- Claramente que ya no es como antes - réplica ella - Olvídate de que soy Lilith, ya te dije que a partir de ahora soy Epona, no tiene porque atormentarte mi presencia.

- Tú presencia no genera nada en mi, pero no quiero cargar con la culpa de q