La habitación del hospital se encontraba se encontraba en total silencio cuando unos cuantos suspiros se escucharon por todo el lugar. Uno de los familiares de Harry la estaba viendo fijamente y estaba suspirando en clara evidencia de molestia. Pero incluso de esa manera ella no estaba dispuesta a permitir que esas personas estuvieran ahí sin siquiera saber quienes eran. Afuera estaba lloviendo como si un huracán hubiera llegado a la ciudad. Camila se cruzó de brazos y volteo hacia la dirección de la puerta principal, desde que había despedido a todas sus empleadas domésticas, se sentía más molesta de lo inusual. se había visto totalmente obligada a aprender a cocinar, lavar su ropa, tender su cama y muchas cosas más que estaba decidida a no seguir haciendo. Le estaba costando un poco contratar a otras empleadas domésticas ya que las pasadas se habían tomado el tiempo de esparcir rumores totalmente “falsos” Claro que todo lo que las trabajadoras sociales y las trabajadoras domésti
Santiago despidió a su amigo con una gran sonrisa falsa en el rostro, mostrándose totalmente feliz por la supuesta gran fiesta de boda que había tenido esa noche. Mentir se le daba genial y sabía que su amigo no diría ni usa sola palabra de lo que había sucedido en su casa. Por un momento su amigo lo observó y entonces cerró la puerta de la gran mansión para simplemente irse. Totalmente borracho. Dejándolo completamente solo en aquel lugar. En ese momento Santiago se pasó las manos por el cabello y observó fijamente como su celular se mantenía con la pantalla apagada sobre el escritorio. Molesto se levantó de su asiento y caminó hacia él para quedarse viendo como no el hombre que necesitaba en esos momentos no le llamaba. No lo entendía, ya le había mandado muchos mensajes, he incluso ya habían pasado unas cuantas horas desde que la estúpida boda se había acabado por completo. Estaba nervioso, ansioso y sobre todo celoso de lo que pudiera estar sucediendo. Tenía confianza en Camil
Santiago se encontraba en su casa cuando pudo escuchar el sonido de la radio, el típico sonido que se escuchaba por su casa cuando los guardias de la mansión trataban de comunicarse con él para poder recibir alguna orden. Eran las diez de la mañana y no quería recibir absolutamente a nadie, estaba cansado y sobre todo totalmente irritado por culpa de la resaca que estaba sintiendo en esos momentos y todo por haber decidido acabar una maldita botella de tequila la noche anterior. Se había puesto a tomar como si no hubiera un mañana y todo por culpa de los estúpidos pensamientos que lo habían estado persiguiendo durante toda la noche.Su padre le había llamado en la noche y le había dicho que Harry se encontraba bien de salud pero que no le habían permitido entrar a verlo. Al parecer sus padres adoptivos habían venido a la ciudad para visitarlo y eso había provocado que no le permitieran ver a Harry. Aunque al escuchar a su padre se había querido reír de él, no lo había hecho en absolut
La mano de Harry se encontraba sujetando suavemente la mano de Camila mientras ella se encontraba tranquilamente dormida. Habían pasado unos días desde que se encontraba en el hospital y Camila se había quedado día y noche cuidando de él sin importar si se sentía bien o no. Ella se quedaba ahí y lo cuidaba sin decir ni siquiera una palabra de cansancio. Harry no le había dicho absolutamente nada, pero realmente le preocupaba que ella estuviera descuidando su salud cuando en realidad era la que más debía de cuidar. Realmente agradecería que ella estuviera cuidándolo, pero quería que se cuidara mucho más de lo lo estaba cuidando a él. No quería que ella terminara enferma por su culpa. Quería verla totalmente sana sin importar que. Le agradaba la idea de que finalmente Camila podía conocer a sus padres ya que de esa manera había comprobado que ella era la mujer que necesitaba en su vida, la mujer ideal que por mucho tiempo había estado esperando. Siempre había creído que sus padres acep
Cuando los médicos entraron a la habitación de Harry, tanto Camila como la madre de Harry sintieron un extraño escalofrío que las terminó por poner totalmente nerviosas.— Bueno, Harry lleva unos cuantos días en recuperación así que le he realizado unos cuantos exámenes médicos y finalmente puedo decir que Harry puede ser dado de alta. —Comentó el médico de Harry mientras lo veía con una sonrisa burlona. Desde que Harry había sido internado en el hospital, todos sus compañeros de trabajo habían terminado por cuidarlo al menos una sola vez. No era algo que realmente le molestara a Harry, pero sí que era algo que le hacía sentir que estaba fallando en algo. Siempre había sido la persona encargada para cuidar a sus compañeros y le hacía sentir extraño qué hora sus compañeros tuvieran que estarlo cuidando. Así que la noticia de que finalmente iba a poder ser dado de alta le terminaba por caer bastante bien ya que estaba harto de tener que estar todos los días en el hospital. extrañaba su
Cristina cerró los ojos con fuerza al escuchar la puerta de su celda abrirse por completo. Detestaba el sonido que causaba la celda al abrirse. Era un sonido metálico que le penetraba por completo los oídos. Estaba harta de seguir estando encerrada en aquel lugar, quería salir de ese lugar y poder ir a terminar las cosas que quería hacer. Estaba totalmente segura de qué iba tener que desperdiciar toda su vida en esa celda. Había pensado que Santiago iba a hacer algo por ella, porque le había dicho que la amaba pero en realidad sólo lo había engañado. Sentía que día tras día la soledad cada vez comenzaba atormentarla más y ya estaba harta. Ya no quería continuar viviendo en esa celda, quería exigir por completo los derechos que tenía como millonaria. Quería hablar con su madre para que exigiera una mejor celda para ella. Ya no quería estar en esa celda oxidada. No estaba completamente segura si realmente podía solicitar un cambio de celda pero incluso si no estaba segura, lo iba a exi
El guardia de seguridad ni siquiera le tuvo que decir dos veces a Cristina que avanzara hacia la celda porque ella simplemente se puso a caminar por donde había venido pero esta vez con muchísima menos seguridad que antes o mejor dicho con una seguridad totalmente inexistente.—¿Te darán dinero?—preguntó el guardia mientras caminaba tras de ella. El dinero le interesaba, necesitaba realmente saber si Cristina iba a recibir dinero porque si no se movía rápidamente otros guardias de seguridad y van a terminar tomando el dinero que claramente quería para él. Cristina no respondió esa pregunta y simplemente continuó caminando hacia el lugar donde se la pasaba todo el tiempo.— ¿No escuchaste? —No voy a recibir dinero— respondió ella. Doblando en un pasillo que la conducía directamente hacia su celda. —¿Por qué? —Mi madre no me ha querido dar dinero— dijo ella por último. Entrando en su celda mientras se dirigía rápidamente hacia su dura cama de metal. —Ya veo—susurró el guardia— entonc
Harry se encontraba acostado sobre su cama cuando su celular de negocios comenzó a vibrar, le parecía realmente extraño que le estuvieran llamando por teléfono a esas horas y especialmente a él cuando se suponía que estaba descansando por todas las heridas que tenía que sanar en su cuerpo. se encontraba solo en su habitación así que sin pensarlo demasiado decidió tomar el teléfono celular y llevárselo a la oreja para poder contestar aquella llamada que le estaban haciendo. Al responder lo primero que puedo escuchar fue la sirena de una ambulancia, no era que no estuviera acostumbrado a escuchar esa clase de sirenas en una llamada pero sí que le seguía sorprendiendo cada vez que la escuchaba porque eso le confirmaba totalmente qué se trataba de una llamada de emergencia, una llamada en la cual estaban llevando a un paciente de emergencia hacia su hospital y que seguramente deseaban que él fuera la persona encargada de atender a ese paciente.—¿Qué sucede?—preguntó. Sabía perfectamente