Diana
Entré a mi casa justo a tiempo antes de que llegase mi madre.
- ¿Dani? ¿Daniela? - No obtenía respuesta - ¿Dónde estás?
Revisé cocina, lavadero, baños y por último las habitaciones. Mi hermana no estaba por ningún lado.
La busqué por el patio y el quincho de casa, pero tampoco pude dar con ella. ¿Había salido? En ese caso, se estaba tardando en volver.
Escuché el ruido de las rejas abrirse, y pensé que si era mamá, Daniela estaría en problemas, pero... ¡Era ella! Y venía corriendo.
- ¡Nena! ¿Dónde has estado? - Le grité.
- No me lo vas a creer. Conseguí más información acerca de la casa - Dijo mostrando su bolso.
- ¿Estás saliendo a hacer cosas mientras no estamos? A mamá no le gustará nada esto, Daniela.
- Diana, no tiene por qué saberlo - Me miró como si estuviese esperando que aceptara su complicidad.
- A ver, muéstrame qué conseguiste primero - Quise sacar lo que tenía en su bolso, pero ella lo apartó de mí.
- ¡No! ¡Acá no! Vamos a mi habitación.
Subimos hasta su cuarto y cerró la puerta. Puso el bolso sobre la cama y comenzó a sacar más periódicos viejos.
- Mira. Acá hay más información de los ex habitantes de esta casa - Puso uno de los periódicos en mis manos.
- "¿Dónde está Atilio López? Sigue sin aparecer y su ausencia genera incertidumbre. Uno de los sospechosos del incidente que le ocurrió a aquella desdichada familia, continúa desaparecido y las hipótesis de su muerte cada vez van en aumento. Un secuestro seguido de asesinato, ajuste de cuentas, una venganza o hasta esquizofrenia y suicidio son las principales teorías que surgen del destino de esta familia". - Al terminar de leer, me fijé en la pequeña fotografía al final - Espera, este hombre lo he visto en otro lado.
- ¿Sí?
- Se parece mucho a un hombre que va a la oficina. Pero no estoy segura. El que yo conozco está más envejecido y descuidado. Además, acá presumen que murió. ¿Cómo sería posible?
- ¿Y cómo se dice llamar ese hombre? Si lo ves en la oficina, deberías preguntarle. Quizás son hermanos - Sugirió Daniela.
- No, es que no sé si lo vuelva a ver. ¡Creen que estoy loca! Nadie más que yo lo he visto. Los guardias buscaron por todo el piso y no obtuvieron rastros del hombre. También deben pensar que les miento. Además, me reubicaran de oficina y es en el único lugar donde lo vi.
- ¡Qué miedo me da lo que me cuentas! Suena como una experiencia paranormal. Pero igual, en caso de que sí fuese la misma persona ¿Qué tendría que ver esta casa con ese piso donde justo se aparece?
- No sé. Sólo me dijo que era guardia de seguridad. ¿No dice nada ahí acerca de a qué se dedicaba ese hombre?
- No, al parecer, no.
- ¡Niñas! - Las dos nos sobresaltamos al escuchar el grito de mamá - Ya llegué
- Rápido, dame así escondo eso - Dani quitó la noticia de mi mano y la ocultó bajo la cama.
- ¡Ah! ¡Están aquí! - Dijo mamá al aparecerse por la puerta - ¿Hay reunión de hermanas? Me alegra verlas unidas de nuevo.
Nos miramos con Daniela y sólo le sonreímos.
- Vamos a comer. Sólo hay que recalentar la comida.
- Ok ma, ahí vamos - Respondió Dani.
Nos sentamos a comer empanadas de carne recalentado, que estaban en el refrigerador, y mi madre recordó el fatídico episodio en el trabajo.
- Hija ¿Cómo sigues? ¿Aún te duele mucho?
- ¿Qué le pasó? - Preguntó Daniela.
- Sí, mucho mejor. Nada... Sólo me golpeé muy fuerte al caer sentada en las escaleras.
- Jajajaja - Daniela lanzó una carcajada, pero al ver el rostro molesto de mamá se retractó - Perdón.
- No es gracioso. Nos llevamos un susto enorme... Tu hermana estuvo sola con un hombre que se hizo pasar por un empleado.
- Pero ya pasó. Y estoy bien, mamá.
- ¿Y encontraron a ese hombre? - Preguntó Daniela.
- No, eso es lo más extraño. Revisaron todo el piso y el resto del edificio, pero no encontraron señales de él. Nadie lo vio subir, ni siquiera bajar. En las cámaras de seguridad sólo se ve a Diana subiendo y bajando las escaleras - Mi madre tomó mi mano - Pero yo te creo, hija.
- ¿Entonces los demás no me creyeron? - Dije decepcionada.
- No. Pero ya saben que pasan cosas raras ahí. Prefieren creer que te lo inventaste antes de creer que se trate de un fantasma. Sólo porque nadie más lo vio.
- Yo sé quien me podrá creer. Hablaré con Leopoldo. El de mantenimiento.
Esa noche no podía dejar de pensar en Fabio. Su poder innato de seducción. Hasta me ponía celosa de todas las mujeres que habían tenido la oportunidad de estar con él. ¿Cuántas serán? Diez, veinte o treinta... ¡No! ¡Seguramente serían más! Pero apuesto a que sólo a mí me rechazó después de coquetearme, porque esa suerte tengo.
También me puse a pensar en su propuesta de ser modelo en su agencia. Nunca me imaginé que algún día me ofrecerían algo así y estoy gratamente sorprendida. A los que no creo que les guste la idea es a mis padres. Pero estoy próxima a ser mayor de edad, y podré decidir por cuenta.
No paro de pensar en la forma en que me habla... En los juegos que hicimos... y en los besos que tanto dudó en darme. ¿Cómo mantendré oculto lo que siento? No lo sé, pero espero hacer todo lo posible por complacerlo, aunque eso implique reprimir mis deseos hacia él para poder conquistarlo.
Llegué al trabajo, y ya me ubicaron una nueva oficina. Muy cerca de Fabio, por cierto. Me encuentro a sólo una oficina de distancia de la suya. Está todo impecable. Mucho más moderno. No extrañaré para nada el tercer piso. Además, aquí hay más movimiento de gente y la soledad ya no será un problema. Veo pasar desde la ventana que da al pasillo a Leopoldo, el único después de todo. Le hago seña para que entre.- Por fin te ubican en un lugar decente - Dice asintiendo con la cabeza.- Jajaja. Así es - respiré hondo y le hice la pregunta que me había planteado hacerle - Necesito preguntarle algo ¿El nombre "Atilio López", se le hace familiar? - Sus ojos se agrandaron, sorprendido por la pregunta.- Veo que has avanzado con tu investigación acerca del pueblo. Sí, claro que me es familiar. Fue un hombre de los que era mejor tenerlos de lejos. Ojo, aparentaba ser buen tipo. Era muy servicial y esta
Días anteriores.Daniela Desde que mi hermana empezó a trabajar por las mañanas, tengo mucho tiempo sola en esta casa. Limpiar me aburre. Por lo que prefiero pintar o practicar un poco de danza clásica. No volví a hablar con Erick después de lo que pasó. Pero lo extraño y me gustaría verlo. Él no tuvo la culpa. Me hace mal escuchar el sonido del silencio. Comienzo a imaginar cosas o inventar ruidos que no sé si son reales. Por ejemplo, como el sonido de los pasos de unos pies descalzos descendiendo por las escaleras. Cuando en realidad, sé que estoy sola. Por eso, es que retomé mi práctica de baile, para obligarme a escuchar música a todo volumen y olvidar la soledad del momento. Desde la ventana, que dejé abierta, descubrí que estaba siendo observada. Poco me importó, total, estoy en mi casa. No me importa tener especta
DianaEstamos recorriendo con mamá las calles contiguas a nuestra casa, observando si hay un rastro de Dani. Creo que estoy sugestionada por todo lo que leí acerca de esa fiesta y lo que descubrí de Atilio.Pero, se me ocurre que sería mejor que yo vuelva. Por si regresa.- Mamá. ¿Te parece que vuelva a casa? Por las dudas.- Oh, sí. Creo que sería una buena idea. Me cuesta trabajo calmarme en una situación así - Dice con su voz nerviosa.- Ok, nos vemos en casa - Doy la vuelta y mis ojos se direccionan hacia la casa de Erick, preguntándome si debería ir y preguntarle si la ha visto. Dudo por un instante, pero me decido a hacerlo.Toco timbre, y por mientras reflexiono en las pocas veces que he visto a su padre. Me pregunto si pasarán poco tiempo juntos, al igual que nosotras. En su caso es distinto, porque en teoría viven juntos y no a tres horas de distancia.Me abr
Me recuesto abruptamente sobre mi cama y me pregunto ¿Cómo es posible que Dani sepa acerca de Fabio y yo? Seguramente, tendré que insistirle para que me diga.Se aparece inesperadamente en mi cuarto y por la cara que trae, de seguro tiene algo que decirme.- ¿Te das cuenta? Es probable que mamá tenga un vínculo con esta casa y ese tal Atilio – Se sacude los hombros – Es escalofriante. ¿Ella también habrá vivido aquí? – Pienso en sus palabras un momento, antes de hacerle una propuesta.- Tengo una idea. Me entregas la foto y veo qué puedo averiguar.- ¿En tu trabajo? Deberás tener cuidado. Mamá trabaja ahí.- Sólo dámela. Confía un poco en mí – Aproveché la petición para hacerle la pregunta que tanto me intrigaba – Necesito saber algo. ¿A qué te referías
Luego de que mi madre se fue, reflexionamos en cómo acertamos con la fotografía, salvo por un detalle. Ella dijo que tenía dos hermanas y en la foto sólo hay dos niñas, en vez de tres. Es decir, falta una de las hermanas si contamos a mamá.Dani está pintando en el patio lateral de casa, mientras yo estoy sentada plácidamente sobre el sofá viendo una película de acción que enganché por la mitad.De vez en cuando, como buena hermana mayor, desvío la vista hacia la ventana para vigilar a la "Chiquitina" como le dice mi papá.Creo comenzar a dormitar, porque la cabeza se me empieza a relajar y cargo con una pesadez en los párpados, pero mi vigilia se interrumpe por el ruido de Daniela entrando a casa. Entonces vuelvo a prestar atención a la película.Podría jurar que vino a decirme algo, por lo rápido que entró y luego se paró tras de mí. Pero para mi sorpresa, en vez de eso, escucho que sube las escaleras.Oigo como un derrumbe
Al día siguiente, me alisté para ir al trabajo. Siento ya no soy la misma al saber tantas cosas nuevas del pasado familiar.Saludo a Silvia, la secretaria administrativa de la entrada.- ¿Te has hecho algo? - Pregunta.- No, ¿por qué?- Te ves distinta. ¡Te sienta bien!No sólo me siento diferente, sino que también me perciben así. Debe ser parte de mi crecimiento.- La primer tarea del día es acomodar unas cosas en una oficina del segundo piso, Diana.- Bien, iré.Ingresé a la oficina que ocupo yo, y dejé mi bolso en la silla. Me agaché para encender la computadora y, tras un portazo, me levanté rápido pegándome la cabeza contra el escritorio.- ¡Uy! Lo siento, ¿Estás bien? - Preguntó el apuesto jefe.- Sí. Sólo que últimamente estoy más asustadiza y torpe.- Creo que nos merecemos una nueva charla.- ¿Ahora? Me pidieron que haga cosas.- ¿Qué sucede? ¿Seguís molesta?- No... Sólo que ll
- Dani, ¡Tu gato está durmiendo en mi cama otra vez! - Me quejo para que lo saque inmediatamente de ahí.- Aaay... Ven para acá Orión - Lo llama haciendo un sonido agudo con su boca.- ¿En serio le pusiste así?- Sí, como el cazador... y como la constelación.- ¡Guau! Sí que eres creativa. Hablando de creatividad... Ya sé de donde heredaste tus dotes. Nuestra tía "del medio" al parecer era amante del arte.- ¿Y cómo se llamaba?- Brenda - Irrumpe mi madre observándonos desde el pasillo - Le gustaba pintar, leer y bailar. Como a tí. De hecho, tengo una fotografía de ella en mi...- ¿Y cómo se llamaba tu hermana mayor? - Pregunta Daniela, antes de dejarla terminar de hablar, preocupada por si esa fotografía es la que yo tengo en mi poder. <<debería regresarla a su sitio antes de que lo note>>- Gina se llamaba. Era la más extrovertida de las tres.- Que lindo nombre - Opino, esbozando una sonrisa.- Ella también lo era. De hecho, t
Leer el mensaje me puso tensa. ¿Qué es lo que sabe mi madre?- Debo salir un rato. Enseguida vuelvo, cuídate por favor - Me despido de Daniela.- ¿Con quién vas?- Supongo que ya te lo debes imaginar - Mi hermana responde con una pícara sonrisa.En su lujoso auto, me espera Fabio. Al subir no puedo evitar mirar alrededor, por si hay algún curioso vecino espiando la situación. De hecho, veo a Erick asomándose por la ventana y al sentirse observado, cierra la cortina.- Bien, dime qué es lo que sabe mi mamá. Leer tu mensaje me descolocó. ¡De seguro me va querer matar cuando me vea!- ¡Tranquila! ¿Qué cosas dices? Le dije que vendría a buscarte para llevarte a la "Calle de Los Enamorados", donde tendrá lugar el festival. Recuerda que es uno de tus trabajos.- Uff... Qué susto me diste - Exhalé alivio y al mirar por la ventanilla recordé a Beatriz, porque pasamos por donde decía vivir - ¡Espera! - Fabio, asustado, detuvo la marcha de