3

Vera sintió que la impotencia la mataría.

Había sido usada, usada como una muñeca por Vladimir Petrov.

Él la había drogado y la había abusado. Era tan estúpida. Aquel era el pago al préstamo.

—¡Asqueroso! —chilló la muchacha, caminando hacia uno de los ascensores de aquella empresa.

No podía quedarse así.

La noche anterior, recordaba como alguien tomaba su cuerpo, recordaba haberse retorcido del placer, recordaba muchas cosas, pero no recordaba haber dado su consentimiento.

La muchacha ignoró el llamado del guardia de seguridad y, como sabía en donde quedaba, se dirigió directamente hacia la oficina de Vladimir.

La abrió de un estruendo tan fuerte que el hombre se paró de manera agresiva, dispuesto a pelear con cualquiera que hubiese osado a abrir su puerta de aquella manera.

—¿Vera?

—¡Es usted un depravado! —La muchacha se acercó a él e intentó golpearlo, aunque parecía que alguien se le hubiese adelantado, pues él tenía un vendaje en su cabeza—. ¡Iré a reportarlo a la policía!

—Yo no he hecho nada.

Vera lo abofeteó tan fuerte que él tuvo que agarrarla bruscamente de las manos.

—¡Te dije que no he hecho nada!

—¡Usted abusó de mí!

—¡No fui yo!

—¡¿Entonces quién?!

Vladimir respiró hondo.

Había sido su hermano, pero él no podía delatarlo así.

—Sal de mi oficina.

—¡Iré a la policía!

—Y nadie te creerá —respondió él con calma—. No tienes signos de abuso, me dijeron que lo disfrutaste.

Vera se abalanzo como un animal furioso sobre Vladimir, pero él terminó sometiéndola sobre la mesa de la oficina.

—¡Debes de calmarte o llamaré a la policía!

—¡Usted me tendió una trampa! ¡Me invitó allí solo para que él pudiera usarme!

—¡No estaba al tanto de que él tenía esas intenciones!

—¡Es usted un mentiroso! —Vera intentó rasguñarle la cara, pero él la sometió aún más.

Y un incomodo silencio se manifestó entre ambos cuando Vera lo miró directamente hacia sus ojos.

Hacia aquellos azules y felinos ojos sensuales.

Él también fue una victima de aquella mirada femenina, cargada de rabia.

Pero debía de mantenerse profesional.

—Escúchame lo que te voy a decir. —Vladimir se acercó al oído de ella—. Te puedes quedar con el préstamo a cambio de tu silencio, no me tienes que pagar nada, pero si te atreves a decirle algo a alguien, me encargaré de arruinarte la vida, ¿me entiendes? —preguntó, pero ella no respondió, él se acercó aún más a ella—. He preguntado que si me entiendes.

—¡Púdrase!

Los ojos furiosos de Vladimir hicieron contacto con los de Vera.

Ella lamió sus labios, como si tuviera sed.

Y solo entonces, él se percató de la posición tan incomoda en la que ambos se encontraban.

Ella con las piernas abiertas sobre su escritorio y él entre medio de sus piernas, intentando tranquilizarla.

Ella tragó al sentir una punzante erección casi frotándose contra ella.

—Dime que me entiendes, Vera —pidió él con voz ronca—. O tendré que hacerte entender.

—Hágame entender, Vladimir —respondió ella, esperando todo, menos que él se inclinara ágilmente y besara sus labios.

Ella pensó en alejarlo a golpes, pero las corrientes de placer que empezaron a subir por su cuerpo se lo evitaron.

Había ido allá a reclamar… y se encontraba en aquel instante sintiendo como él retiraba su delicada ropa interior. ¿Acaso se estaba volviendo loca?

—Vladimir…

Un gemido agudo se escapó de los labios de Vera cuando sintió como él se hundió profundamente en ella.

Y pronto, aquella oficina se llenó de los gemidos de ambos, que no se percataron de que estaban siendo observados.

***

Nicolas observó a su hermano con arrepentimiento.

—¿Acaso perdiste la cabeza, Nico?

—No es para tanto.

—¡La drogaste y tuviste sexo con ella! ¡Eso no es legal! Cuando dije que quería hacerle daño, me referí a darle un préstamo y obligarla a pagar con dinero en efectivo sin importar que tantas veces ella viniera a limpiar, pero… tú…

—¡Te dije que me la llevaría a la cama y no pusiste ningún pero!

—¡Porque pensé que lo harías con su consentimiento!

Nicolas rio.

—Tú porque la viste gimiendo como una zorra, tu hubieses continuado. Además, ella no sintió dolor, no entiendo cual es el gran drama.

Vladimir mordió sus labios con furia, no tenía sentido en seguir tratando de explicarle a su hermano que lo que él había hecho estaba mal.

—No quiero que vuelvas a tocarla más.

Porque desde aquel entonces, Vera debía de ser solo y únicamente de él.

***

Habían pasado dos meses desde aquel incidente que había tenido lugar tanto en la mansión de los Petrov, así como en la oficina de Vladimir.

Cada vez que recordaba como se había entregado sin pensarlo a Vladimir Petrov se sentía avergonzada de sí misma, ni siquiera lograba comprender que había ocurrido con ella.

—¿Me estás escuchando, inútil?

La voz de su madre la sacó de sus pensamientos.

—Sí, madre.

—No parece, inútil.

Una ráfaga de furia escaló por el cuerpo de Vera, pero se mantuvo en silencio.

—¿Ya conseguiste empleo, inútil?

—¡Cierra la boca, mamá! ¡No sabes por lo que pasé para que tu estuvieras viva y así me pagas! ¡Estoy harta de ti!

A pesar de todas las cosas que Vera quería decirle a su madre, se vio obligada a detenerse.

La muchacha corrió rápidamente hacia el baño, abriendo la tapa del escusado y dejando salir el flujo de vomito que la asfixiaba.

No era la primera vez que vomitada en aquella semana, de hecho… había estado vomitando muy frecuentemente desde que…

—No, no pienses estupideces.

Ignorando las palabras de su madre, Vera se dirigió hacia la farmacia casi corriendo, comprando cinco pruebas de embarazo de marcas diferentes.

Para su desgracia, todas dieron positivas.

—¡No, no! —chilló la muchacha, desesperada—. ¡No, por favor, no!

Estaba embarazada.

Aquella explicaba la ausencia de periodo, aquello lo explicaba todo.

Pero… con las únicas dos personas con las que había tenido relaciones íntimas había sido con…

—Los hermanos Petrov.

Vera tragó saliva mientras buscó rápidamente un papel.

No sabia quien de los dos podría ser el padre, pero si había algo que sabía, era que ella no iba a cargar con aquella sola.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP