Llegaron en la habitación 202, estaba abierta, dentro había un par de policías, uno estaba tomando notas mientras sobre lo que le estaba contando el recepcionista que había subido antes con Christian. Dos de ellos sacaban muestras de la escena mientras el otro al parecer estaba revisando algo en una esquina. Christian se acercó a los hombres. —¿Lograron atraparlo? —preguntó y los miraron. —¿Y ustedes son? —Soy su novio—contestó Christian—¿Atraparon a ese tipo? —Revisamos algunas cámaras, logró escapar cuando usted salió a pedir en la recepción que abrieran la puerta de la habitación. —¡¿Cómo?! ¿Entonces dejaron que se fuera así sin más? —preguntó Xavier consternado. — Tranquilos señores, tomamos la matrícula del auto en el que se subió y ahora mismo lo están buscando. Lo atraparemos. —afirmó el policía. A Víctor le llamó más la atención el policía que se encontraba revisando algo en la esquina, así que dejó a los otros para acercarse a él. —¿Ha encontrado algo? —le preguntó y e
A Xavier se le hizo un nudo en la garganta, le dolía ver a la chica por la que sentía algo inadecuado pasar por todo aquello, y solo por decidir salir con alguien le pasaba aquello, se le cristalizaron los ojos, ella no se lo merecía. A veces se preguntaba qué habría pasado si la hubiera confesado antes lo que sentía, tal vez ella acabara sintiendo algo por él y no estuvieran pasando por eso, pero nunca iba a saberlo, había dejado que esa oportunidad pasara y ya no podía hacer nada, ahora tenía que verla sufrir por estar con el hombre probablemente equivocado.Karen estaba sacando su móvil de su bolsillo y se ponía a marcar. Víctor se fijó en la hora de la llamada, fue justo cuando lo llamó, se le hizo un nudo en la garganta de solo pensar que ella pensó en él para ayudarla.―Te estaba llamando a ti―murmuró Christian. Víctor no pronunció palabra, ¿qué podía decir? Se estaba sintiendo culpable por no haberse dado cuenta de que ella estaba en peligro cuando lo había llamado, que confiab
Habían regresado tarde al hospital, eran casi las once de la noche y no habían tenido éxito a la hora de interrogarle a Andrew, el tipo había evitado decir algo al respecto a pesar de todas las amenazas que se hiciera contra él.—Créeme, es por tu bien, no quieres saberlo—le había dicho a Christian el desgraciado, y recordarlo le enfurecía aún más.Estaban en el cuarto donde habían dejado a Karen después de la operación. Anna les explicó que ella estaba fuera de peligro, que habían extraído los trozos de cristal que le habían atravesado la nuca y que se recuperaría.Christian estaba sentado en una silla junto a ella, la tenía tomada de la mano, la estaba besando mientras la observaba inconsciente con una venda rodeándole la cabeza, daría lo que fuera por estar en su lugar.—Me avergüenza tener que decir esto pero…¿Y si Noha tiene algo que ver con esto? Desde el principio ella se estaba quejando de su trato hacia ella, y cuando le cambió de paciente así sin más, ella no hacía más que i
Christian estaba en el rellano, seguía incrédulo, ¿de verdad había sido su madre? ¿Cómo podía creer algo igual? No podía ser cierto, a ella le gustaba Karen, y aunque no fuera así, no la creía capaz de cometer algo igual, quizás su padre, pero ella no. Solo había una manera de averiguarlo. Con su móvil ya a mano marcó el número de su madre y se llevó el móvil al oído. Su madre contestó de inmediato.—Erick, por fin llamas. ¿Cómo estás cariño?—¿Contrataste a alguien para que le hiciera daño a Karen? —preguntó lo más calmado posible, esperaba tener razón y que su madre no hubiera hecho algo igual. Pero entonces hubo silencio después de la pregunta. —¡Mamá!—¿Le…hicieron daño a la chica?—¿Has tenido algo que ver con eso?—¿Por qué crees que le haría daño a tu novia? Ella es una buena persona.—¿Me negarás que no le llamaste al director del hospital hace unos días?—Sí, pero no era para…—No me lo puedo creer—llevó la mano a su pelo frustrado. — Fuiste tú la que dejó a la mujer a la que
Anna llegó temprano al hospital, quería ver a Karen, sabía que encontraría a Christian y estaría solo, había algo que él tenía que saber. Subió las escaleras hasta la planta donde se quedaba su amiga, se acercó a la habitación y se asomó por la puerta, Christian estaba dormido en la silla junto a ella, ¿debería despertarlo? Era probable que no volvieran a estar solos.Se acercó a él y le tocó el brazo en un intento de despertarlo. Christian abrió los ojos de par en par y levantó la mirada, Anna lo estaba mirando, miró alrededor y recordó dónde se encontraba y por qué. Soltó aire, se incorporó y se frotó los ojos con la palma de sus manos.—Buenos días—saludó ella suavemente como si tuviera miedo de despertar a alguien que ya estuviera despierto.—Me quedé dormido. —la miró de nuevo—¿Qué hora es?—Las siete. —contestó la chica. —Siento haberte despertado.—No, no te preocupes—soltó un suspiro y luego miró a Karen allí en la cama, quieta, con los ojos cerrados. —Todavía no se despierta.
Estaba cerrando la puerta después cambiarse. Caminó hacia el ascensor y cuando éste se abrió vio a la mujer del otro día, era la vecina de Karen, Delia, le había parecido escuchar llamarla. Esta vez venía acompañada de una joven de pelo castaño con mechones rosa. La mujer dibujó una sonrisa al verlo, mientras se bajaba del aparato.—Buenos días, joven.—Buenos días, señora—saludó él con educación.—A parte de bello es británico. —escuchó que susurraba la joven, quien al parecer no le había quitado el ojo de encima. —Hola—saludó ella levantando la mano mientras le sonreía.—Sonia, él es el novio de la doctora del que te hablé.—sonaba más bien a regaño que a otra cosa. —Christian ¿cierto?—Ah—dijo la chica sonando algo desilusionada. —Encantada.—Ha sido un placer verlas—dijo despidiéndose.—¿No está la doctora contigo? —escuchó aquella pregunta que internamente estaba evitando. Miró a la mujer.—No, está en el hospital—estaba diciendo la verdad, pero esperaba que no hiciera muchas preg
Marianne estaba de pie junto a la cama donde estaba Karen inconsciente, tenía un pañuelo en la mano, de vez en cuando se secaba las lágrimas cuando esas se escapaban de sus ojos.—Perdóname por favor—le estaba hablando a alguien que no podía contestarla. —No fue mi intención que las cosas acabaran de esta manera…Si hubiera sabido que saldrías lastimada, nunca habría hecho igual. Espero que me entiendas, yo solo quiero lo mejor para mi hijo. Debí confiar en ti desde el principio, lo sé. Me demostraste que eres una buena persona, pero eso no me garantizaba que quisieras a mi hijo, tenía que estar segura. —estrechó su mano sobre la de la chica—Lamento…que estés así, toda la culpa es solo mía. Ojalá pudiera retroceder el tiempo, pero es tarde…y ahora—sollozó—sé que por esto…mi hijo no me perdonará, lo he perdido esta vez. —apartó la mano de la cama y se secó las lágrimas al tiempo que se sonaba la nariz.Después de que Christian la llamara el día anterior, y por la forma en que habían con
Christian se había quedado otra vez dormido en la silla con su móvil pegado al pecho. Después de desayunar con los amigos de Karen, habían pasado el rato en el cuarto de ésta contando historias sobre ella y riéndose un poco, bueno, ellos tenían más recuerdos con ella, pero le alegró saber más cosas sobre ella. En la tarde, Ivonne le había llevado algo de comer ya que no quería dejar ningún segundo sola a Karen por si se despertaba, o por si volvía a acercarse cualquier persona como había sucedido con su madre.Aquella noche había tomado su móvil y se había dedicado a buscar información sobre la paternidad, estaba interesado en saber qué era lo que le esperaba. También quería saber qué cosas tenía que hacer o no una mujer embarazada, quería asegurarse de tratarles como era debido. Sin embargo, encontró demasiada información, no estaba seguro de poder recordar todo aquello, aparte de eso, encontraba algunas contradicciones, leyó que una embarazada presentaba cambios de humor y se pregun