LILLIE
― ¿Dónde estamos? ―pregunto, veo el lugar al que llegamos. Esta no era la misión Bachman.
―Señorita ―se interrumpe un segundo ―Lo siento, señora Mancini ―corrigió, recordó lo que le había dicho antes ―El señor pido que la trajéramos aquí.
― ¿A este lugar? ―asiente ― ¿Para qué?
―Pronto lo sabrá.
Hago una mueca disgustada. Odiaba que hiciera eso, el soldado confiable de mi padre era como una tumba, siempre me dejaba a medias con algo.
En cuanto bajamos no veo una mansión, veo un castillo casi parecido al de Lionel. Malditos mafiosos, porque tenían que vivir de una manera tan excesiva.
Si Lionel pidió que me trajeran aquí quieras sea porque este también será otro de sus territorio. Yo tenía entendido otra cosa, nadie que no fuera
LILLIESeguía donde mismo, no dije ni una sola palabra, ni cuando se instaló enfrente a nosotros. Mis ojos se dirigieron a él cuando se inclinó para tomar mi mano, y depositar un suave beso en ella de una forma educada, como el primer día que le conocí en mi fiesta de cumpleaños.―Es un placer volverte a ver, belleza ―pronuncia con su acento bien marcado, pero se le entiende muy claro. Respondo el saludo con una corta inclinación.Yo no podía decir lo mismo, que me diera gusto verle no es una gran alegría, en realidad ninguna emoción. No estaba para juegos estúpidos, ya había tenido suficiente con Dante, y no estaba para conquistas. No tenía el tiempo, ni la mente, ni las ganas de volver a enamorarme, y desde nuestra última charla me dejo claro su interés por mí. Solo esperaba que esos pensamientos se
DANTEEstaban todos mis hombres de confianza reunidos en la sala donde se acostumbra a llevar las juntas. El único que faltaba era Edgardo, ya que aún estaba en recuperación. Leo y Enzo, habían llegado hace unas horas, y ese era otro de mis enfados.―Ya quita esa cara de aguafiestas, que nos amargas la tarde con solo verte ―dijo Leo, en un tono burlón.No sé para que demonios habían venido, nunca podían obedecer unas putas órdenes. No le respondo, solo le echo una mirada tajante, y hace un gesto señalando con sus manos que guardara silencio. Sé que no aguatara mucho tiempo sin pronunciar alguna palabra.Sus voces eran como un taladro golpeando en mi cabeza, no estaba para sus mierdas, aunque en realidad nunca las he estado. Pero ahora mi humor era más peor que antes.Vladimir se acercó y me tendió un vaso co
LILLIESentía que estaba perdiendo el tiempo en este lugar, llevaba un poco más de una semana aquí, estaba cansada de estar encerrada en este enorme sitio. Lo único que tenía para hacer era leer, cocinar e ir al jardín. Lionel había salido al día siguiente de cuando llegue y su amigo el ruso lo acompaño ¿A dónde? No tenía ni idea, pero estaba agradecida de que Nikolay lo hubiese acompañado, no quería volver a toparme con él mientras estuviera en su casa y menos quedarme otra vez a solas con él.Cada vez faltaba menos para el día de la dichosa fiesta. Por un lado estaba ansiosa, quería conseguir pronto toda la información que tuviera el general ese y saber de una vez por todas donde demonios estaba Bruno. Pero lo que me dejo más intrigada, fue lo que me dijo Lionel al día siguiente
DANTEEstas semanas parecen una puta eternidad, no saber nada de ella me tiene al descontrol, algo que rara vez pierdo con facilidad. Pero desde que Lillie ha estado en mi vida he perdido todo el control en mí. Esa pequeña Fiera se convirtió en mi perdición y en mi mas gran anhelo. Y ahora la amaba como un puto loco, no sabía como arreglar las cosas para recupérala y tenerla de vuelta, sé que debía esforzarme más para llegar hasta ella.Y si es necesario ser un puto cursi para conquistarla de nuevo, lo hare, todas las veces que sean necesarias. Porque por ella era capaz de todo en este jodido mundo. Ella sacaba una parte buena de mí, una que ni yo mismo sabía que existía.El sonido de la puerta llamando me altera, poniendo mi humor más pésimo. Franco anuncia que tenemos visitas no muy bienvenidas que digamos cuando
LILLIEIr a esa fiesta con Nicolay, era lo menos que quería hacer, pero si quería obtener algo de información acerca de Bruno, tenía que asistir a ese dichoso evento y de la manera como lo pedía en la invitación.Esto era ridículo. ¿Por qué demonios tenía que ir como pareja de Nicolay? Podía aceptar todo, pero eso no. Él solo sacaría ventaja de esto, lo sé muy bien, ya que sus intenciones conmigo seguían siendo las mismas y eso me preocupaba demasiado, tanto que la próxima vez no pudiera conseguir alejarlo de mí. Y eso me daba miedo.Lo que no tenía sentido y lo lograba entender es por qué tengo que fingir ser su novia delante desconocidos. Solo espero que no se aproveche de esta situación y haga alguna tontería, algo que me incomode. Porque esta vez sí me cono
DANTE Lo único que quería hacer en este momento era poner una p**a bala en el cráneo de ese jodido ruso. El maldito se encuentra agarrando a mi mujer mientras sonreía como idiota. Lo que le había dicho aquel día no fue una advertencia, sino una amenaza y aun así tuvo la valentía de venir aquí con ella. Esta vez no se lo iba a dejar pasar, pronto vendría su turno. Tanto él como yo estábamos informados de que asistiríamos a este evento. Pero no creí que fuera a presentarse con mi Fiera como si fueran una jodida pareja. ― Nóvikov, amigo ―lo saluda Bogdánov ―Te presentaría al Diablo, pero creo que ya lo conoces. El maldito hace una ligera inclinación saludando, cosa que ignoro. Me valía que se dieran cuenta de mi irritación y molestia por tenerlo de frente, que se jodan todos, al demonio con las putas apariencias. En cambio mi Fiera no presto sus hermosos ojos en ningún segundo hacia mí. Sé que seguía
LILLIEEra como si nomas fuéramos nosotros, como si no hubiera nadie y no hubiera un después donde pudieran matarnos. No nos importó la presencia de otras personas y tampoco si se daban cuenta que nos pertenecíamos, ambos. Este era nuestro momento, solo nuestro.Lo único que quería era esto, su boca invadiendo la mía, el sabor de sus besos y su potente erección haciendo presión en mi vientre mientras me aprieta contra su firme cuerpo. Sentir sus manos recorrer mi espalda desnuda, todo eso me hacía olvidar el presente y el mañana. Solo lo quería a él, lo había extrañado demasiado.Todo a nuestro alrededor era silencio, como si no hubiese una fiesta presente. En este instante quise olvidar esa estúpida fiesta. Ahora solo quería sus manos y su boca sobre mi cuerpo, que ardía descontroladamente por
LILLIECierro los ojos apretándolos cuando escucho que quita el pestillo del arma y me quedo quieta esperando la primera bala que salga e impacte en mi cabeza. Por más que quería apartar este miedo, mi cuerpo no me lo permitía, si esta noche no moría de un tiro posiblemente moriré del pánico que estaba provocando en mí.No sé cuánto tiempo se demora para jalar el gatillo y matarme, pero ese momento no llega. Cuando estoy apunto de abrir mis ojos, un estruendo muy fuerte y cercano a mi oído llega dejándome los tímpanos lastimados y con un pitido que no me deja escuchar con claridad lo que esta ocurriendo a mi alrededor.Siento cuando mi cuerpo es liberado y sin esperarlo mis pies tocan el suelo y me tambaleo y eso hace que mis ojos se abran de la preocupación cuando estoy otra vez por caer ya que había olvidad