Hola mis amores, nos acercamos al final de la novela, me gustaría saber qué opinan de esta historia, ¿Nikolay e Ivonne podrán realmente ser felices? ¿Tendrán al menos un tantito de paz? Les dejo este último capítulo con una propuesta interesante. De aquí a mañana, los que lleguen a este punto, comenten lo que les parece la novela y por la tarde noche de mañana tendrán el resto de los capítulos de la novela!! Tratemos de llegar a los 100 comentarios mis amores!!! Saludos y los quiero!!
Nikolay Petrov Perdí el control de mi propio ser, solo quería avasallar a Ivonne por nombrar a Aleric en este momento tan íntimo que estábamos teniendo, como si de esa manera pudiese evitar pensar que desde que llegó, hoy, herido de bala, casi muerto, no ha hecho más que acaparar toda la atención de mi mujer… él tiene la suya y, a pesar, que es un poco desconfiada de las personas que se encuentras a su alrededor, es completamente comprensible. — Amor, por favor, dime que estás bien. — mencioné esperando que la mujer que se había encerrado en el baño apenas dejé libre de mi agarre me respondiera, no era nada fácil esperar aquello. — Amor, no aguanto que estés allí encerrada por mi culpa. — agregué nuevamente. — Creo que necesito estar sola. — comentó ella detrás de la puerta del baño. M****a, la había cagado, ¿Y si no se encontraba bien y quería ocultármelo? No podía dejar que me hiciese eso, no ahora, no después de todo lo que habíamos estado haciendo, necesitaba saber si estaba bie
— Ivonne, detente, por favor. — mencioné cuando sentí cómo sus manos comenzaban a masturbarme, sonreí de lado estremeciéndome por el contacto de su piel en la mía, nunca pensé que me sentiría así por una mujer y aquí estoy, vuelto completamente loco por ella, la única que tiene el poder para destruirme, para hacerme feliz, para calmarme y enloquecerme.— Te amo. — susurró arrodillándose frente a mí. — ¿Qué sucede? — preguntó ignorando mis palabras, sin seguir pensándolo introdujo mi miembro en su boca, ella parecía sonreír en medio de lo que estaba haciendo y logrando, de pronto tomó mi mano y la puso sobre su cabeza, quería que yo controlase el ritmo de lo que estábamos haciendo.— Dios… que delicia, amor. — gruñí echando mi cabeza atrás mientras tomaba su pelo en una coleta para que no se fuese a su rostro, ella miró hacia arriba provocando que mi calentura y excitación siguiera en aumento. — No tienes idea de cuánto me encantas. — gemí nuevamente mientras ella se inclinaba para que
Ivonne volvió a besar mis labios y los niños irrumpieron en la habitación, que bueno que ambos dormimos con pijama. Tengo la ligera impresión de que esto será mucho más habitual cuando las pequeñas y Lukyan crezcan. Serán tres pequeños muy revoltosos que irán detrás de sus hermanos mayores para hacer travesuras, es lo único de lo que tengo completa certeza.— ¿Comeremos todos juntos? — preguntó el pequeño Benjamín, asentimos y nos levantamos juntos a ellos y la pequeña Esperanza que se encontraba entretenida viendo las luces que seguían vividas en su habitación, creo que hemos hecho un buen trabajo con todos nuestros hijos, a pesar de no tener experiencia alguna, hemos podido con cinco niños, donde tres de ellos son bebés, claro que hemos tenido ayuda de Katherina y de Margarita que nos han aconsejado de muchas maneras posibles, sin ellas hubiésemos cometido más de un error, cómo dejar que nuestros bebés se den cuenta de lo alarmados que estamos cada que intentamos calmarlos, eso pasa
— Creo que he llegado a tiempo. — mencionó mi ruso entrando en la habitación, me fijé en su entrepierna, ese pobre pantalón ya no quería seguir soportando el suplicio de esconder por más tiempo ese miembro suyo que solo quería una cosa, entrar en mi interior y volvernos uno solo. — Que juguetona te has puesto últimamente, cariño. — agregó sonriendo mientras se inclinaba sobre mí para besar y mordisquear mis pezones y luego besar mis labios de manera apasionada, llena de deseo y tensión sexual, porque sí, solo eso habíamos logrado ocasionarnos después de casi tres semanas sin siquiera tocarnos.— Creo que siempre lo he sido contigo. — mencioné sonriendo de lado, Nikolay volvió a besarme, está vez más calmado que antes. — Te amo. — agregué sonriendo mientras movía a Nikolay para poder subirme encima de él, sus manos comenzaron a posicionarse sobre mi cintura para influenciar mis movimientos, sonreí de lado. — Sé que también quieres que estemos juntos, no tenemos por qué negar todo esto.
Ivonne PetrovaNikolay y yo terminamos dándonos un merecido baño juntos, sonreí y me estremecí cuando sentí sus manos enjabonar mi espalda y luego sus labios besar mi nuca, es una sensación inexplicable, te llena en partes igual de deseo, gozo, amor y ternura, me encantaba tener estos baños junto a mi amado esposo. Luego de eso nos levantamos y bajamos en dirección al patio, me sorprendí cuando vi a Aleric en el patio viendo a los pequeños jugar, creo que aún seguía recordándolos cómo lo que un día fueron, padre e hijos, sonreí de lado, a Nikolay no parecía importarte que estuviera allí y parece que tampoco que se hubiera levantado de la cama, había estado fingiendo estar enfermo más de lo que pensé, aunque con el grado de sus heridas me parecía algo más que una simple farsa.— Hola. — saludé sonriendo mientras sentía la mirada burlona de Bruno encima y la distancia que Aleric ponía entre nosotros cada vez que aparecía junto a Nikolay. Mis mejillas se enrojecieron, digamos que ya prev
— Nikolay. — mencioné. — Prométeme algo solo para estar más tranquila, dime que irás junto a Bruno o junto a Aleric, por favor, no te hagas el valiente. — agregué nuevamente. Él negó con la cabeza.— Tranquila hermosa, yo no soy el héroe, yo soy el villano. — mencionó sonriendo. — Por ti soy capaz de acabar con todo el maldito planeta y salir ileso, nada sucederá conmigo. — agregó nuevamente, no podía creer toda la estupidez que me estaba diciendo en estos momentos. — Te amo. — dijo mientras se acercaba a besar mis labios de una manera seductora, logrando mojar mi entrepierna, no pude evitar gemir una vez liberó mis labios. — Creo que ahora tengo un motivo más para volver aquí. — mencionó sonriendo de lado. — Ese orgasmo necesitará de mi ayuda para liberarse. — agregó.— Estúpido. — mencioné en medio de una sonrisa, en un rato apareció Andrew junto a Massimo, Katherina se encontraba con los niños, al igual que Margarita, mientras que Alenka se hacía la desentendida de toda la situació
Una hora después.Ya nos encontrábamos ordenando todo nuevamente, luego sonreí de lado cuando vi a Nikolay con nuestros hijos, comentándoles a Benjamín y Valentín lo que estaba pasando y la vida a la que estábamos expuestos, luego apareció Bruno con Margarita, parecían estar felices, me imagino todas las veces que ha visto a su esposo en estas condiciones, después de todo, cuando estamos en la piscina ya varias veces me he dado cuenta de todas las cicatrices que tiene en la espalda.— Qué bueno que no me han dado en el rostro. — mencionó el muy cómico. — Sino te hubieses tenido que buscar a uno más guapo, amada mía. — mencionó sonriendo burlón.Ya había hablado con Aleric con respecto a Alenka o cómo fuese que se llamase en realidad y estaba dispuesto a darle una nueva oportunidad, en parte porque también estaba enamorado de ella y eso me hacía feliz, claro que seguiría vigilándola, es más, esperaba que me diese más información, a cambio de seguridad, porque ella también es un blanco
De pronto vi una sonrisa en su rostro, que cambió rápidamente cuando se quedó observando cómo abrían las puertas del refugio y tiraban los cuerpos casi inconscientes de mi hermano y de Nóvicov, de pronto ambos vimos cómo los hombres que comenzaban a entrar caían muertos frente a los demás, de pronto Ivonne se acercó junto a Massimo mientras que Andrew jalaba de Bruno y de Aleric para sacarlos del blanco, no podía creer lo que pasaba, Ivonne no fallaba ni un solo disparo.— Viste que tiene la situación bajo control, creo que nuestras instrucciones le han quedado claras, no cómo a ti. — mencionó sonriendo, también lo hice, claro que me levanté de nuestro escondiste y comencé a disparar, de igual manera esos hombres eran muchos para mi mujer y un niño que con suerte tenía doce años, más encima que acababa de ver a su padre casi muerto, sin duda ya no deberíamos permanecer en esta finca, seguramente ya tienen los planos de todo esto.— Amor, ¿Estás bien? — pregunté cuando cayó hasta el úl