Hicimos el amor cómo no lo habíamos hecho en meses, cómo la última vez que habíamos estado juntos, lo sentí nuevamente conmigo y me sentí viva, mi corazón volvió a latir con fuerza, con entusiasmo, con cada latir parecía gritar un “Te amo” para mi ruso y estaba completamente segura de que él sentía exactamente lo mismo.Cuando acabamos terminé recostada sobre su pecho, sonreí de lado mientras fijaba mis ojos en los suyos y comenzaba a sentirme pequeñita, esperando que en algún momento él intentase abrazarme y cómo si leyera mi mente lo hizo, nuestra conexión con el paso del tiempo ha sido aún mayor y eso me encantaba.— Creo que ha pasado una eternidad de la última vez que te dije lo hermosa que estás. — comentó Nikolay mientras besaba mi frente. — ¿No? Te amo. — dijo sonriendo de lado.— Me lo dices cada mañana al despertar, unas diez veces durante el día y cada noche antes de dormirnos, pero sí, parece que ha pasado una eternidad desde que me lo dijiste así, cómo estamos ahora. — co
—Tranquilo bebé, ese ego frágil que tiene Julián es su perdición. No soporta que otros sean mejores que él, incluso muchas veces se molestó conmigo cuando intentaba tocarme yo misma. —dijo ella mientras me miraba detenidamente. —Esto será divertido. —dijo nuevamente provocando una y mil sensaciones en mi cuerpo, sin duda ahora son sus caricias las que generan estragos en mi piel.Ella comenzó acariciándome el cuello, a la vez que besaba mis labios.—Creo fervientemente que cada persona tiene lo que se merece, Julián. —comentó Ivonne en medio de una carcajada. —Tú karma será darte cuenta de que eres tan insignificante comparado al ruso, a mi ruso. —agregó sonriendo mientras me soltaba y caminaba en su dirección. —Acabaste conmigo, Julián. Acabaste conmigo en el momento en que me obligaste a elegir entre un bebé indefenso y tú, terminaste de hundir las pocas cenizas que quedaron de esa chica inocente cuando te esperé… cuando me hiciste esperarte después de que salí de la clínica, pero s
—Nikolay, sé que terminaré muriendo pronto, mis días y mis horas están contadas. —comentó sonriendo mientras se dirigía a mí. —Te agradezco que hayas aliviado el dolor en el alma de Ivonne y que la hayas convertido en una mujer fuerte. Nunca la vuelvas a abandonar, hermano. —comentó provocando que cierta confusión se apoderase de mi ser.—¿Hermano? —pregunté sonriendo irónicamente. —Tú y yo jamás podríamos ser hermanos, cabrón. No nos parecemos en nada. —agregué en medio de una carcajada.—Mi padre también fue Ángelo, por cierto, gracias por acabar con su maldita vida. No hizo más que arruinarle la vida a más de una mujer, espero que esa maldición no te persiga, aunque considerándolo, el único que sacó ese gen de los tres he sido yo. —comentó nuevamente provocando que mi cuerpo temblase, lo que decía no podía ser verdad, ¿No?Ivonne comenzó a golpearlo nuevamente, los gritos llenos de dolor salían de lo más profundo de su garganta, pero a Ivonne parecía no importarle. Julián hasta el
Sus ojos estaban completamente clavados en los míos, sentí cómo de pronto mi garganta se secó y comenzó a arder, tampoco lo sabía, pero seguramente lo iba a hacer más seguido, o tal vez, ni siquiera tendría que cubrir mi cuerpo porque mi ropa no saldría de él.—Piénsalo, Nikolay. —comenté sonriendo de lado— No me ha entrado nada en gracia lo que has dicho y si no quieres estar conmigo no te lo rogaré. —dije nuevamente esperando que se alejara, pero hizo lo contrario, se acercó a una distancia amenazadoramente peligrosa, para mí mucho más. Su cuerpo desnudo prácticamente chocando con el mío se estaba volviendo mi perdición porque aquellas manos que antes gozaban de acariciarme, ahora se encontraban distantes de mí y no sabía si volverían algún día—. Lo siento, es mejor que me marche.Horas después.He pasado toda la tarde alejada de Nikolay, claro que he descansado, de hecho, cómo nunca, solo quedaba una amenaza y sabíamos perfectamente de quien se trataba, pero la cuestión con el ruso
Ivonne PetrovaNikolay se ha encontrado bastante ocupado estos últimos días, cosa que me parecía bien, había dejado su trabajo de lado, la investigación de lado, todo por Julián, no le encontraba nada de malo. Nikolay perdió a su hermano siendo muy pequeño y no fue una manera agradable de darse cuenta de cómo funcionaba el mundo, eso lo traumó, y darse cuenta de que acabó con la vida de una persona que llevaba su sangre, bueno… eso lo descontroló y a mí también, a nosotros.—Buenos días, cariño. ¿Cómo te encuentras hoy? —pregunté sonriendo ampliamente, mientras entraba en su despacho—. ¿Quieres que te ayude con algo? Desayunaremos pronto, en familia. Creo que tenemos varias cosas que celebrar, ¿No lo crees? —agregué sentándome en su regazo.—También lo creo. Aunque… Después de que los niños terminen, necesito que conversemos acerca de algunas cosas. —comentó sonriendo mientras acercaba sus labios a mi cuello. ¡Por fin! Por fin era mi ruso, el hombre del que me enamoré, tan intenso qu
Nikolay PetrovPor fin nos encontrábamos en el avión privado, gracias a la fachada de la empresa de telecomunicaciones pude comprar una línea de vuelo sin levantar sospechas, por lo que ahora viajábamos en nuestro propio avión privado con destino en el aeropuerto de Moscú, allí nos estaría recogiendo un amigo íntimo de Antoine, de su entera confianza.—Ivonne, estamos llegando. —dije levantando su cabeza. Ella despertó alterada preocupándome, no estábamos para pasar por esto, lo primero en que me fijé fue que llevó su mano al lugar donde habilidosamente guardaba su arma. —Tranquila, hermosa, estás conmigo, todo está bien.—Bien, procura no despertarme de un salto, Nikolay. —dijo ella mirándome con cierta confusión en sus ojos, ¿Qué le estaba pasando? Será que se sentía mal, de pronto tenía nauseas por el embarazo, o sentía algún otro malestar, ¡Dios me iba a volver loco imaginando cuantas posibles cosas podrían estarle pasando en este preciso momento! Entonces decidió volver a hablar—
Ivonne PetrovaLuego de que el padre de Nikolay no haya querido brindarnos su ayuda y que hayamos visitado el muelle hemos logrado volver a Italia con tres hombres más, no era el ejercito que habíamos planeado en un inicio, pero era mejor que nada. Las náuseas del embarazo eran más constantes y se supone que ya deberían cesar, lo que le preocupaba a Nikolay, de hecho, ya me esperaba una cita con el médico apenas llegue a la casa.—¿Cómo te encuentras, Ivonne? —preguntó Nikolay acercándose a mí y sentándose a mi lado, hace algún rato que llevaba conversando con los hombres que iban del otro lado del avión.—Te notas tenso, Nikolay, ven aquí y duerme conmigo. —dije sonriendo de lado—. Puedo acariciar tu cabello hasta que te duermas, sé que eso te relaja.—Será para otra ocasión, ahora mismo vengo a ver cómo te encuentras, después seguiré planeando lo que haremos al llegar. —comentó sonriendo—. Necesito que me digas que estás bien, Ivonne, últimamente te he visto más cansada de lo normal
Nikolay Petrov—Entonces todos estén pendientes del radio que llevarán, también estén pendientes de las radiofrecuencias, es una cerrada, a menos de que tengan un experto no podrán escucharnos, y en caso de cualquier ataque, tendremos a un especialista en ello, Iván, te encargas de eso. —dije mientras miraba a uno de los rusos que irían conmigo.—También iré, me necesitas. —dijo Bruno entrando en la habitación.—Ambos sabemos que no lo haces solo por mí. —comenté sonriendo de lado. Las manchas moradas y azules que tenía en el rostro ya se encontraban disipadas, no del todo, pero ya era menos—. Ambos sabemos que lo haces más por Ivonne que por mí, hermano. —agregué sonriendo de lado.—Siempre te hablé con claridad, Nikolay. Y sí, no te niego que llegué a imaginar a Ivonne de otras maneras más íntimas, pero nunca le falté el respeto, ni a ti, y mucho menos a mi mujer o hijos, eso jamás. —comentó—. Si te lo dije fue netamente porque pensé que debías saberlo, pero nunca pensé que llegaría