Se sobresalta al escucharme a su lado, pone la mano en su pecho y al pasarle un poco el susto, me pone una mala mirada.
—¿Qué haces aquí? no deberías estar aquí y ¿Robert dónde está? —pregunta al no encontrarlo a su alrededor.—Vamos, a acompáñame a tomar un café, no seas así, te prometo que la pasaremos bien como en los viejos tiempos ¿te acuerdas? —le propongo ignorando sus preguntas.—No voy a ir contigo a ningún lado y por cierto, no uses mi numero, Anabel no tenia ningun derecho de dartelo —empieza a recoger todas sus cosas apresurada.—¿Por qué me la tienes que poner tan difícil? es el primer paso para recuperar nuestra amistad o ¿es que acaso eso es algo que nunca te importó? —le pregunto sintiendo una leve punzada en mi pecho.—Me mentiste Alejandro, me ocultaste quién eres realmente, si lo hiciste una vez podrás volver a hacerlo, no quiero salir herida otra vez. Sólo intento protegerme, pero sobre todo, pSaco de la nevera un par de panes con relleno de jamón y queso metiéndolos en el microondas para que se calienten, un jugo de manzana que sirvo en unos vasos mientras que espero que los emparedados estén listos. Una vez calientes, los colocó en platos individuales acercándole uno a Jennifer junto a la bebida. Se lo come con recelo, manteniéndose callada todo el tiempo. —¿Vamos a aprovechar este tiempo para conversar o te mantendrás callada? —mi lado irónico sale a flote por su forma de actuar conmigo. —No tengo nada más que contarte —dice con voz plana. Sube la mirada por unos segundos y luego vuelve a concentrarla en su plato. Me recuerdo que lo que ha vivido la ha marcado, ahora es mucho más desconfiada, por lo que debo ir despacio con ella. —Claro que sí, hay algo muy importante que aún no me has dicho ¿quién fue esa mujer que te amenazó? —le pregunto directo al grano. —No creo que sea buena idea que tú sepas eso. No me vas a creer, y en caso de que si me creas, vas a sali
Le pregunto si aún está interesado en abrir un departamento de ayuda social aquí en el buffet y de que si es así, estoy dispuesto a apoyarlo. Sólo me responde que al llegar a casa conversaremos del asunto y me pide que me concentre en Jennifer, que aproveche este momento a solas.Ojala fuera tan sencillo, desearía tener un poder para meterme en su cabeza, saber lo que piensa, lo que siente y lograr aligerar su carga.—Alejandro —Jennifer se acerca a dónde estoy parado, me giro hacia ella viendo que tiene la cajita entre sus manos— No puedo aceptarte esto, entiende de una vez que tú y yo no podemos estar juntos, tenemos todo un mundo de por medio y a la final lo más probable es que terminemos cansados y frustrados.—Cuando uno quiere algo o alguien, está dispuesto a luchar hasta contra el mismísimo mundo sí es necesario. Estoy dispuesto a intentarlo, espero que no te hayas convertido en una cobarde y prefieres esconderte antes de dar la cara y luchar por lo que quieres —la desafío.—Tú
Capítulo 19A eso de las nueve de la noche, escuchamos que abren la puerta entrando por ella Robert y Anabel con unas bolsas de comida, por el olor puedo deducir que son hamburguesas.—Hemos venido a hacerle un poco de compañía y asegurarnos de que aún están vivos —dice Anabel sonriendo, cuando dirige su mirada a Jennifer, su sonrisa se borra en el acto.—Ustedes están teniendo un comportamiento un tanto infantil, pensé que este tipo de cosas lo hacían las maestras en la escuela con sus alumnos —protesta Jennifer viéndolos a ambos.Se cruza de brazos comportándose una madre que ha atrapado a sus hijos en una travesura y se prepara para darle su buen castigo.No logró contener la risa, ganándome una mirada asesina de su parte.—Jennifer, no nos ha dejado de otra, le sigues huyendo a las cosas y no entiendo por qué, se te ha presentado la oportunidad de aclarar la situación y en vez de hacerlo lo que haces es correr lejos en dirección contraria ¿hasta cuando vas a seguir así? ¿No te das
—Estoy tan cansada que creo que me puedo quedar dormida en cualquier momento, así que conversemos. Cuéntame ¿lograste sacarle alguna información a Jennifer? —me pregunta acomodándose en el asiento.—Al parecer tenía razón y Lilibeth estuvo detrás de todo esto, no me quiso decir el nombre, lo que sí me dijo es que es una persona muy cercana a mí y que si ella se llega a enterar que Jennifer me contó todo, puede que estén en peligro, así que hicimos un trato, debo descubrir por mi propios medios quién fue la persona que la amenazó, sí lo logró, ella tendrá que quedarse acá en Caracas y darme una nueva oportunidad. Ya yo puse al investigador de papá a trabajar en ello, en una semana me tiene respuesta —le cuento lo sucedido, no es mucho pero es algo para comenzar a trabajar.—Y cuando te confirmen que fue Lilibeth la que hizo todo esto ¿qué vas a hacer? —me pregunta dudosa.—Primeramente hablaré con mis tíos, les mostraré las pruebas y les daré una oportunidad de que ellos se encarguen d
Ya estamos a mitad de semana y falta poco para que mis padres regresen. Las cosas en el buffet marchan bien, cada uno de mis colegas han hecho su trabajo haciendo su mayor esfuerzo para ganar aún más casos. En cuanto a los socios pues, siguen teniendo sus dudas, y ahora qué Robert está aquí, no falta el que lanza sus insinuaciones para que mi hermano tome el puesto, que según ellos, le pertenece a él.En la mañana tuvimos una nueva reunión en lo que aproveché de plantear el nuevo departamento supervisado por Robert, algunos tienen sus dudas pues, en lo único que piensan es en cómo eso los puede beneficiar, mientras que otros de forma muy sutil apoyan el proyecto, ya que es la mejor manera de ver la calidad de abogado que es Robert y luego hacer una comparación.Finalmente todos decidieron apoyar este proyecto, así que al salir de la junta lo primero que hago es visitar la oficina de mi hermano y darle las buenas noticias, de camino le pido a mi asistente que mande a organizar el grupo
—Señor, disculpe, necesita firmar estos documentos y en treinta minutos tiene una reunión con el abogado Bellorin, es por lo del caso del secuestro y el abogado Reinaldo me pidió que le dijera que pase por su oficina antes de irse —me notifica Patricia, mi asistente.—Tráeme los documentos para firmarlos de una vez, consigueme un café que esté bien fuerte por favor, cuando regreses ya tendrás esto listo —le pido recibiendo los documentos.—Regreso en unos minutos con su café —sale de la oficina dejándome solo otra vez.Hojeo las primeras páginas, es sobre el nuevo departamento que se abrirá en el buffet, así que solo firmo, sin darle importancia a las demás hojas. Entonces un recuerdo viene a mi mente.Seis años atrás.—Ale no me puedes hacer esto —Lilibet me sigue por mi habitación.—Es un evento de la facultad, no puedes ir conmigo —mi paciencia ya se está agotando, ¿cuantas veces más debo explicarselo?—Mírame, pase todo el día en la peluquería, me arregle las uñas y me compre este
Hoy llegan mis padres al fin, y a mi hermana se le ocurrió la brillante idea de hacerles una pequeña reunión de bienvenida, cómo es su día libre, se encargó de ir a la tienda comprar fresa, algo de licor, hasta unas cortinas decorativas y un letrero enorme que dice bienvenidos. No entiendo el porque hace todo esto, pero en fin sí ella es feliz así es mejor dejarla.Reinaldo está llevando los de sus padres lo mejor que puede, ayer le tuve que pedir como jefe, que se tomará el resto de la semana. Ha estado muy distraído y temperamental, algo que no es muy bueno en este tipo de trabajo. Se fue sin rechistar.En la empresa se puede decir que todo marcha bien, no hemos tenido ningún tipo de contratiempos. Lo que sí he notado, es que algunos socios han ido a visitar a mi hermano a su oficina, algo que me preocupa un poco, no tanto por Robert, sino por los socios. Ya que si llegan a hacer una reunión y exigen un cambio con la mayoría a favor pueden hacer que Robert termine siendo el CEO del
Agarro el carrito con las maletas y nos vamos hasta donde deje el carro estacionado. —¿Robert ya se fue? —pregunta mamá un tanto decepcionada al ver que no está con nosotros. —No, debería estar en casa esperando por nosotros —le responde Sara viendo su teléfono. —¿Cómo van las cosas en el bufete? —me pregunta papá. —Sobre ruedas, adaptándonos a los cambios —me limito a responder, no quiero entrar en detalles. —¿Siguen con lo mismo? A estas alturas deberían saber que cuando tomo una decisión es definitiva, no hay cambios —gruñe por lo bajo. —Lo que ha contribuido a que ellos mantenga esa actitud, es que Robert está trabajando en el buffet, se ha aprobado que maneje desde allí lo de la ayuda social, incentivando el que ellos constantemente estén haciendo una comparación entre los dos —le hago saber, ya que hasta no saciar su curiosidad no dejará el tema. —Qué bueno que se pudo hacer, en este momento el buffet está muy diferente, hay cabida para ese tipo de proyectos ¿Y eso que Ro