Hoy llegan mis padres al fin, y a mi hermana se le ocurrió la brillante idea de hacerles una pequeña reunión de bienvenida, cómo es su día libre, se encargó de ir a la tienda comprar fresa, algo de licor, hasta unas cortinas decorativas y un letrero enorme que dice bienvenidos. No entiendo el porque hace todo esto, pero en fin sí ella es feliz así es mejor dejarla.Reinaldo está llevando los de sus padres lo mejor que puede, ayer le tuve que pedir como jefe, que se tomará el resto de la semana. Ha estado muy distraído y temperamental, algo que no es muy bueno en este tipo de trabajo. Se fue sin rechistar.En la empresa se puede decir que todo marcha bien, no hemos tenido ningún tipo de contratiempos. Lo que sí he notado, es que algunos socios han ido a visitar a mi hermano a su oficina, algo que me preocupa un poco, no tanto por Robert, sino por los socios. Ya que si llegan a hacer una reunión y exigen un cambio con la mayoría a favor pueden hacer que Robert termine siendo el CEO del
Agarro el carrito con las maletas y nos vamos hasta donde deje el carro estacionado. —¿Robert ya se fue? —pregunta mamá un tanto decepcionada al ver que no está con nosotros. —No, debería estar en casa esperando por nosotros —le responde Sara viendo su teléfono. —¿Cómo van las cosas en el bufete? —me pregunta papá. —Sobre ruedas, adaptándonos a los cambios —me limito a responder, no quiero entrar en detalles. —¿Siguen con lo mismo? A estas alturas deberían saber que cuando tomo una decisión es definitiva, no hay cambios —gruñe por lo bajo. —Lo que ha contribuido a que ellos mantenga esa actitud, es que Robert está trabajando en el buffet, se ha aprobado que maneje desde allí lo de la ayuda social, incentivando el que ellos constantemente estén haciendo una comparación entre los dos —le hago saber, ya que hasta no saciar su curiosidad no dejará el tema. —Qué bueno que se pudo hacer, en este momento el buffet está muy diferente, hay cabida para ese tipo de proyectos ¿Y eso que Ro
Nos vamos los tres juntos al buffet, al entrar al edificio todos se nos quedan viendo, quizás no esperaban que mi padre llegara tan pronto. Lo cierto es que durante todo el camino no nos quitan la mirada de encima ni un segundo. Mi padre nos ve a ambos con algo de sospecha, al parecer no he sido el único en notarlo. Al llegar al piso en donde los tres tenemos nuestra oficina, nos encontramos que la oficina de juntas está abierta, al acercarnos la asistente de mi padre nos dice que nos están esperando. Apenas entramos, vemos a todos los socios reunidos, unos con mirada desafiante mientras que otros ni se toman la molestia de levantar la mirada, ha ocurrido lo que tanto me temía que sucediera. —Lamentamos recibirlo de este modo, pero hay algo que, inevitablemente, no podemos seguir dejando pasar —se pone de pie uno de los socios que ha dejado claro su desacuerdo desde el mismo instante en que se anunció, Eduardo. —Somos todo oído —le dice mi padre con un tono de voz neutro. —Nosotro
—¡Si supieran que tengo más de diez años que no hablo con esa familia!, pero por el simple hecho de venir de ella me quieren juzgar como uno más —resopló frustrado, no puedo creer que esto me esté pasando. —No te preocupes hijo, no tiene como culparte de nada, tú has tenido una conducta intachable y eso hasta los mismos profesores de la Universidad lo pueden abogar —mi padre me da una palmada en el hombro. —Él fue capaz de vender a nuestra propia hermana, la llevó a su muerte. A mi padre lo mandó a matar y vendió sus órganos, dime una cosa ¿realmente crees que no será capaz de involucrarme en alguna de esas cosas que él hace tan sólo para perjudicarme? Porque yo sí, de eso y mucho más —le recuerdo a mi padre solo una parte de lo que nos enteramos. —Yo creo que lo ideal sería que te mantengas bajo perfil, no estoy pidiendo que renuncies a tu puesto en el buffet, porque es algo que tienes bien merecido. Sólo que dejemos que esta marea baje, de todos modos, tengo a uno de mis hombres
Escucho mi teléfono sonar con insistencia, me siento en la cama frotándome los ojos, es el detective de papá, me sorprende que se contactara tan rápido conmigo. —Buenos días ¿Cómo está? —atiendo la llamada aun adormilado. —Buenos días, disculpe que lo llame tan temprano, le tengo noticias sobre lo que me pidió, ¿podemos reunirnos en una hora? —me informa. —Por supuesto, ¿estaría en la cafetería de siempre? —le pregunto despabilándome un poco más. —Sí, como tenemos por costumbre. Cuelgo la llamada, me dirijo al baño a darme una ducha para despertarme, me pongo algo cómodo y salgo de mi cuarto pasando por la cocina a tomar un poco de café, espero que Sara lo haya hecho, mamá siempre tiende hacer el café más clarito. Mi madre y hermana están sentadas terminando de desayunar, están muy risueñas esta mañana, les doy un beso en la frente a cada una, para después servirse una taza de café. Esta bien negrito, Sara lo hizo. —¿Cómo amaneciste hermanito? —Sara aún está en pijama, al igual
Al llegar a casa me encuentro a mi familia a punto de sentarse a comer, así que me uno a ellos dejando el sobre en la mesa que está a un lado del comedor, sin perderlo de vista.—¿Cómo te fue con el detective? —me pregunta Sara apenas me ve.—Confirmo tu sospecha, Lilibeth estuvo detrás de todo —le cuento. Su sonrisa de, te lo dije, no se hace esperar. se contiene de decir algo ante la mirada de la familia que enseguida dirigen a ella.—¿Dejarás eso en manos de mi tío como me dijiste la otra vez? —pregunta en cambio.Ahora que se que esa teoria es un hecho, no se si sea la mejor decision.—Primero voy a revisar las pruebas que me entregó, luego tomaré una decisión.Me quedé viendo a Robert y a mi padre dándole un aviso silencioso de que hay más detrás de esto y necesito su ayuda. Por suerte, nos sabemos comunicar muy bien sin decir una palabra, lo mejor, es que ni mi madre o hermana han decifrado alguna vez dicha comunicacion.Mi padre cambia el tema recordándonos la barbacoa y sugir
Planificamos decirles que mi hermana las está invitando a pasar la noche en la casa con ella, como una especie de pijamada, suena un tanto infantil y no sé si este cuento se lo vayan a creer, pero honestamente no se nos ocurrió nada mejor.—Ambas confían más en mí que en ti, así que déjame hablar con ellas —pide Robert.—Está bien genio, ya veremos si lo logras —me burlo de él con cierto reto en mi tono de voz.Robert estaciona frente a la casa de las chicas y toca la corneta, enseguida Anabel se asoma por la ventana y poco después abre la puerta. Bajamos del carro acercándonos a la casa, Anabel y Robert se reciben con abrazos y besos de la forma más melosa posible, nunca imaginé que mi hermano fuera tan cariñoso en una relación, ya que las veces anteriores siempre se mostraba distante e incluso frío.—Hola, Alejandro —me saluda Anabel percatándose de mi presencia— pasa, dentro está mi hermana.Me corre de forma educada, necesitando algo de privacidad para saludarse cómo se debe. Al
—Matar a esas personas no te ayudará en nada, te va a complicar las cosas, ya que tus hombres no trabajan limpio, dejan demasiadas pistas que fácilmente se pueden encontrar y que te inculpan directamente a ti, no estás actuando de forma inteligente. Lamento mucho que el hermano que más admiraba por su fuerza y su temple, se haya dañado convirtiéndose en un monstruo —la imagen de él cuando aún era una niño, viene a mi estrujandome el corazón.—Me vas hacer llorar hermanito, yo no puedo creer que mi hermano, el que me acompañaba a las calles a pedir comida y dinero para llevar a la casa, se ha terminado convirtiendo en una niñata —me habla con desprecio.Escucho que abren la puerta de la casa, dirijo levemente la vista hacia allá, viendo a Robert venir deteniéndose justo a mi lado como muestra de apoyo.—Como toda princesa, tienes a tu caballero de brillante armadura, veamos si él también te puede salvar. Esto es tan solo una pequeña advertencia, aléjate de mis asuntos o tomaré más acci