Escucho mi teléfono sonar con insistencia, me siento en la cama frotándome los ojos, es el detective de papá, me sorprende que se contactara tan rápido conmigo. —Buenos días ¿Cómo está? —atiendo la llamada aun adormilado. —Buenos días, disculpe que lo llame tan temprano, le tengo noticias sobre lo que me pidió, ¿podemos reunirnos en una hora? —me informa. —Por supuesto, ¿estaría en la cafetería de siempre? —le pregunto despabilándome un poco más. —Sí, como tenemos por costumbre. Cuelgo la llamada, me dirijo al baño a darme una ducha para despertarme, me pongo algo cómodo y salgo de mi cuarto pasando por la cocina a tomar un poco de café, espero que Sara lo haya hecho, mamá siempre tiende hacer el café más clarito. Mi madre y hermana están sentadas terminando de desayunar, están muy risueñas esta mañana, les doy un beso en la frente a cada una, para después servirse una taza de café. Esta bien negrito, Sara lo hizo. —¿Cómo amaneciste hermanito? —Sara aún está en pijama, al igual
Al llegar a casa me encuentro a mi familia a punto de sentarse a comer, así que me uno a ellos dejando el sobre en la mesa que está a un lado del comedor, sin perderlo de vista.—¿Cómo te fue con el detective? —me pregunta Sara apenas me ve.—Confirmo tu sospecha, Lilibeth estuvo detrás de todo —le cuento. Su sonrisa de, te lo dije, no se hace esperar. se contiene de decir algo ante la mirada de la familia que enseguida dirigen a ella.—¿Dejarás eso en manos de mi tío como me dijiste la otra vez? —pregunta en cambio.Ahora que se que esa teoria es un hecho, no se si sea la mejor decision.—Primero voy a revisar las pruebas que me entregó, luego tomaré una decisión.Me quedé viendo a Robert y a mi padre dándole un aviso silencioso de que hay más detrás de esto y necesito su ayuda. Por suerte, nos sabemos comunicar muy bien sin decir una palabra, lo mejor, es que ni mi madre o hermana han decifrado alguna vez dicha comunicacion.Mi padre cambia el tema recordándonos la barbacoa y sugir
Planificamos decirles que mi hermana las está invitando a pasar la noche en la casa con ella, como una especie de pijamada, suena un tanto infantil y no sé si este cuento se lo vayan a creer, pero honestamente no se nos ocurrió nada mejor.—Ambas confían más en mí que en ti, así que déjame hablar con ellas —pide Robert.—Está bien genio, ya veremos si lo logras —me burlo de él con cierto reto en mi tono de voz.Robert estaciona frente a la casa de las chicas y toca la corneta, enseguida Anabel se asoma por la ventana y poco después abre la puerta. Bajamos del carro acercándonos a la casa, Anabel y Robert se reciben con abrazos y besos de la forma más melosa posible, nunca imaginé que mi hermano fuera tan cariñoso en una relación, ya que las veces anteriores siempre se mostraba distante e incluso frío.—Hola, Alejandro —me saluda Anabel percatándose de mi presencia— pasa, dentro está mi hermana.Me corre de forma educada, necesitando algo de privacidad para saludarse cómo se debe. Al
—Matar a esas personas no te ayudará en nada, te va a complicar las cosas, ya que tus hombres no trabajan limpio, dejan demasiadas pistas que fácilmente se pueden encontrar y que te inculpan directamente a ti, no estás actuando de forma inteligente. Lamento mucho que el hermano que más admiraba por su fuerza y su temple, se haya dañado convirtiéndose en un monstruo —la imagen de él cuando aún era una niño, viene a mi estrujandome el corazón.—Me vas hacer llorar hermanito, yo no puedo creer que mi hermano, el que me acompañaba a las calles a pedir comida y dinero para llevar a la casa, se ha terminado convirtiendo en una niñata —me habla con desprecio.Escucho que abren la puerta de la casa, dirijo levemente la vista hacia allá, viendo a Robert venir deteniéndose justo a mi lado como muestra de apoyo.—Como toda princesa, tienes a tu caballero de brillante armadura, veamos si él también te puede salvar. Esto es tan solo una pequeña advertencia, aléjate de mis asuntos o tomaré más acci
Salimos los tres del despacho de papá y escuchamos un alboroto en la sala, bajamos asustados encontrándonos a mamá y Sara conversando con las chicas, al parecer acaban de llegar, llevan puesto sus uniformes aun.—A ustedes queríamos ver, ¿cómo es eso que ahora tendremos escoltas? —nos reclama Sara cruzándose de brazos.—Si nos pusieron escoltas es por una buena razón, para la próxima nos avisan, no se imaginan el susto que nos llevamos cuando se nos acercaron estos hombres —nos cuenta mamá.—Lo siento mamá, yo los contrate y entre tantas cosas que hacía a la vez se me pasó por alto llamarlas —me acerco a ella dándole un beso en la mejilla.—Bueno, voy a subir a cambiarme y mientras preparamos la cena me platican un poco lo que sucede —se va escalera arriba junto a Sara.Robert coloca una película que las chicas han querido ver desde que salió, cuando Sara y mamá bajan nuevamente, me voy con ellas a la cocina y papá se une poco después. Les cuento lo sucedido con Marcos sin mencionar q
—¿Tus padres biológicos? ¿saben ellos todo lo que está sucediendo con él? —Trata de comprender mi situación, quizás para buscar el modo de ayudarme— Además de tener que soportar el prejuicio de parte de los socios, estar entre las sombras de Robert…—Él está muerto, ella no lo sé… tengo a dos hermanas desaparecidas y a la mayor la mataron —le cuento a grandes rasgos, no es un tema que me guste hablar aunque se que ya es hora de hacerlo— en cuanto a lo otro, yo tomé la decisión de no permitir que esas cosas me afecten y sea lo que me impulse a tomar mis decisiones, yo tengo bien claro quién soy y a dónde voy, y tú ¿cuánto tiempo más vas a permitir que el perjuicio te diga quién ser? —la agarró por la cintura pegandola a mi, evitando así que me evada el tema una vez más.—Claro que no, yo no hago eso, es solo que no puedo permitir ni soportar que otros hagan conmigo lo que les dé la gana, ya no más, ya tuve suficiente de eso —se excusa.—De ambos lados hay perjuicio, fíjate tú, por todo
Salimos de la casa, abro la puerta del carro para ella, espero que se acomode y cierro. Doy la vuelta para ubicarme en mi puesto y arrancar hacia el juzgado.A medida que nos acercamos, la noto cada vez más nerviosa, mueve su pierna de arriba abajo y empieza a morder sus uñas, aunque su semblante se ve sereno.—Todo va a salir bien, no tienes porqué preocuparte, en casos como estos dónde hay ministros, alcaldes o alguna persona con influenza, siempre recurrimos a él y hemos ganado, está vez no tiene por qué ser la excepción —quito la mano de la palanca y la colocó sobre la de ella.—Es que esto es nuevo para mí, siempre he estado en tribunales pequeños, nada de otro mundo, esto es totalmente diferente, más grande —me explica retirando su mano. La he incomodado.—Eres buena abogada, profesional y con ética, no tienes por qué temer —la aliento sabiendo muy bien cuáles son sus puntos fuertes.—¿Cómo lo sabes? hace mucho que no trabajamos juntos —replica escéptica, tiene la muy mala costu
Estacionó frente al buffet y antes de salir del carro Jennifer coloca su mano sobre mi brazo deteniéndome, me giro hacia ella extrañado.—¿Sucede algo? —le pregunto viendo a nuestro alrededor.—He notado que te abstraes por completo e incluso tu semblante se pone algo lúgubre, ayudame a entenderte ¿eso te sucede solo cuando estas cerca de mi? ¿Es algo que haces de un tiempo para acá? —se aferra a mi brazo, su rostro está contraído.—Desde que fui nombrado Director en el buffet de mi padre mi pasado se ha mezclado con mi presente, cuando apareciste pensé que al fin las cosas ocuparian el lugar que le corresponde, ese alivio duró poco al enterarme de lo que sucedió y luego aparece Marcos… Tan solo quiero una vida normal, al lado de la mujer que amo ¿acaso es mucho pedir?—A mi lado nunca tendrás una vida normal —sale del carro sin darme tiempo a detenerla.Salgo del carro yendo tras ella, para cuando la alcanzo esta entrando al ascensor y junto con ella tres personas más. Una conversaci