Capítulo 3
Un nuevo comienzo.
Se establecieron en Toronto, en un edificio de arquitectura moderna, Al principio a Missie no le gustó el lugar, estaba acostumbrada a la región de Luisiana, a la forma de vida y a la tranquila y cómoda vida en la comarca en la cual ellos tenían la villa, sin embargo poco a poco se fue amoldando.
En el transcurrir de los días, se dedicó a sus estudios y muy rápido se integro al nuevo instituto y a la ciudad.
Conoció a Dereck, un chico atractivo, de gran notoriedad, hijo de un Industrial muy poderoso y rico de la región. Se hicieron amigos y compañeros de inmediato.
Así fue amoldándose a todo lo que era su nueva vida, en medio de Centros Comerciales, lujosos restaurantes, elegantes calles y Bulevares. Sus salidas, aunque no muy frecuentes, eran con su madre, quien siempre lo hacía con la gente del mundo político y comercial, lo mejor de la sociedad Canadiense. Poco a poco fue anulando a aquél joven que guardaba un lugar especial en sus recuerdos, esos recuerdos que aún le dolían y que no entendía el por qué de ese dolor.
A su madre le encantaba Dereck, siempre le alagaba y le hacía ver a su hija que era el chico apropiado para ella, pues eso significaba seguir manteniéndose en una posición holgada económicamente, pues el dinero que su padre les enviaba se reducía cada vez más, sin olvidar que el depósito para la Universidad de Missie ya estaba espirando por el exceso de gastos y gustos por parte de Elizabeth Leanders.
Ya en Toronto la señora Elizabeth Leanders se dedicó a su profesión, ella era una diseñadora ecológica, sus diseños estaban basados en la preservación del medio ambiente, era algo que Missie admiraba mucho en ella.
Desde niña, Elizabeth se dedicó al cuidado y preservación de las plantas y todo lo relacionado con la naturaleza, especialmente dedicaba su profesión y amor a la preservación de las todas las especies y sus hábitats, era una ambientalista de vocación.
Le gustaba mucho inventar y crear cosas que fuesen de utilidad y en beneficio a las comunidades y que no perturbaran ni dañaran el medio ambiente.
Al llegar a Canadá la empresa que representaba, se dedicaba a recubrimientos de techos y azoteas en edificios, conocidos como Cubiertas verdes, las cuales mantienen el agua de lluvia, y también ayudan a la preservación de la biodiversidad, por todo ello su producción iba en aumento, sobre todo en las grandes ciudades.
Con el cambio climático, las temperaturas atmosféricas se elevan año tras año cada vez más, por eso, en Canadá, como en muchos países, la implementación de las cubiertas verdes, era sumamente importante y una gran solución a las olas de calor y los ataques incesantes de frío que se presentaban en invierno. Las cubiertas verdes eran jardines en tamaños específicos con plantas acordes, que pudieran desarrollarse en espacios limitados y que su cuidado y mantenimiento requiriesen bajos costos. Significaban un gran aporte en cuanto a ahorro de energía y una gran solución de manera ecológica, aunado a un beneficio colectivo sin que las urbanizaciones modernas perdieran la belleza y decoración en los techos y azoteas de casas y edificios. Los diseños para este tipo de jardinería eran la especialidad de la señora Leanders, siendo ella el artífice de ese movimiento. Su trabajo tenía mucha demanda en ese momento y las ventas iban en ascensos a nivel mundial, siendo esa la razón principal por la que la madre de Missie, había aceptado la propuesta de irse a Canadá, además de la notoria intención de alejarse de su ex marido.
Missie también dedicaba parte de su tiempo a la preservación, cuidado y limpieza del medio ambiente, desde muy pequeña participaba en las campañas que su madre creaba en Luisiana, y ciudades aledañas, campañas en ríos, grandes extensiones marinas, bosques. A ella le gustaba muchísimo, ya que siempre tuvo ese amor por las obras de la naturaleza, herencia que llevaba en sus venas.
No fue diferente en Toronto, allí también se integró en sociedades sin fines de lucro para el cuidado y protección de aguas marítimas, ríos, lagos, estanques...
Se dedicó a estudiar Química y Geología, no tenía mucho tiempo libre porque se enfocó, desde que llegó a Toronto, a estudiar sin tregua, sacando provecho y adelantándose para graduarse con prontitud.
Sus planes eran a corto plazo, por lo que se unió a varios estudiantes de diferentes profesiones en su universidad, contando con Dereck, por supuesto, crearon una fundación, donde el aporte de las Industrias Douglas, fue muy importante. Missie dedicaba gran parte de su tiempo a esta fundación, creando en ella importantes avances que les servían como base para sus proyectos de grado en sus estudios profesionales. Allí plantaron un laboratorio y ambos, hacían sus pruebas e iban desarrollando sus investigaciones y posibles soluciones, de los cuales ya tenían varios con avances positivos y significativos. Todos estos proyectos y ese amor por lo que más les gustaba y querían lograr, también la unían a Dereck Douglast.
Su padre era una de las pocas personas que conocía de ésto que su hija estaba desarrollando y se sentía muy orgulloso de lo que estaba haciendo y del logro que ello significaba.
De vez en cuando la visitaba en Toronto, cada vez que podía tomaba un avión y se le instalaba en su apartamento. A Missie siempre le encantaba que fuese, su padre, era una inyección de amor y energía, aunque su madre siempre la estaba apoyando, su padre era más atento, consentidor e interesado en todo lo que ella hacía, le daba ese punto de motivación y de fuerzas para que siguiera adelante. Eso Missie lo apreciaba, porque ella tenía mucho de él, ese término medio entre la realidad y el fantasear, ese continuo soñar con sueños… Eran muy parecidos ella y su padre, por eso su compañía le hacía tanto bien.
Todos comenzaron vidas diferentes, en lugares diferentes, con personas diferentes. Sus padres siguieron sus vidas y ella se adentro en la de ella, con sus dudas e incertidumbres, con su pasado, enfrentando valientemente su presente y creando un futuro que la hiciera sentirse bien y feliz con todo y todos los que la rodeaban.
Capítulo 4El cumpleaños de MissiePara el cumpleaños número 21 de Missie, su padre viajó, ese mismo día, a Toronto. Los padres de Dereck, por petición de su hijo, quisieron hacer la celebración en la Mansión de los Douglast, y fue de manera muy lujoso y esplendido.Esa noche, un exquisito banquete fue dispuesto por toda la mansión, personal de servicio se esmeraba atendiendo a los invitados, quienes en su mayoría eran conocidos de los Douglast y de la señora Elizabeth, el resto era el grupo de estudiantes de la universidad, los más allegados a Missie y el grupo que, junto a Missie y Dereck, conformaban la fundación.El señor Lois, conoció a potentes industriales, importantes e influyentes políticos y gente de élite con quienes Elizabeth Leanders y los Douglas estaban acostumbrados a socializar. Para el papá de Missie no era muy de su agrado, pues a pesar de ser un hombre de negocios, un hombre acostumbrado al mundo empresarial, era senc
Capítulo 5La sombra en el arbustoLa madre de Dereck, que había estado observando la escena, se fue apresurada a su encuentro, se le plantó al paso y de forma molesta le habló al detenerla.–Missie, no le hagas eso a mi hijo, él está un poco pasado de tragos, pero tú lo conoces, sabes que no es así –bajando el tono de voz, al darse cuenta que algunas personas les miraban, simuló una sonrisa y agregó–. Hay muchas personas de nuestro círculo aquí, se discreta –le tomó de la mano y caminando despacio a su lado la fue llevando mientras le decía–. Por favor, vuelve con él y llévalo al patio. Discúlpale. Yo te ruego no lo dejes así.Missie se contuvo, no por ellos, sino por el mismo Dereck, sabía que no era su forma habitual de ser, y que había mucha gente que estaban allí por invitación de los Douglast. Se recompuso y con una sonrisa en los labios se acercó a donde estaba Dereck y lo tomó de la mano.
Capítulo 6Una conversación sin terminarA la mañana siguiente, padre e hija charlaban en la cocina mientras se preparaban el desayuno, Lois Vincent recordaba cuando su hija estaba aún pequeña.–Estos huevos me hacen recordar esas mañanas en la villa, cuando bajabas corriendo a la cocina, siempre gritando “Mis huevos Ann!, por favor que no se quemen!” Lois Vincent imitaba las voces de su hija y su ex esposa lo que a Missie le causaba mucha gracia.–Me causaba risa porque tu madre te decía enseguida “–Es que no puedes dejar a Ann tranquila una mañana, ella sabe cómo hacer tus huevos”–. y le respondías “–¡Si, pero a veces se le pasan y no me gustan así!, además mamá es con ella con quien hablo no es contigo” Jajajaja–. Rieron a carcajadas mientras se dirigían a la
Capítulo 7Un encuentro ¿Inesperado?Unos meses después de su fiesta de cumpleaños en la mansión de los Douglast, el padre de Missie le pidió que se tomara unos días y viniera a visitarlo a Luisiana, con la escusa de que no había podido compartir mucho tiempo con ella la última vez.Cuando ella llego al aeropuerto el señor Vincent la estaba esperando. Para Missie, quien tenía unos cuantos meses que no le veía, le dio mucha emoción y alegría encontrarse con él, verlo y sentir su abrazo fuerte, lleno de amor y protección le hicieron bien, aunado al sentimiento de regresar a su país, a su casa.En el camino a la villa, hablaban y comentaban los últimos acontecimientos en la vida de cada uno. Un poco antes de llegar, Lois Vincent comenzó a decir a su hija en tono bajo y entrecortado:– Quiero invitarte a cenar en un restaurant que conozco, quiero que festejemos tu cumpleaños número 21 de la forma en que acostumbramos siempre, juntos, en f
Capítulo 8“Propuesta”Los hombres se quedaron de pie mientras Missie se dirigía a la silla que aquél desconocido le estaba cediendo para que se sentara.Caminó despacio y fue entonces que su padre habló en voz alta.–Es mi hija Missie Vincent, es ella de quien les hablé y estoy seguro que es la persona apropiada para llegar a la solución de su problema –Lo dijo mirando a Juanne Martins.El hombre mayor que cortésmente le haló la silla para que ella se sentara, continuaba de pie, enseguida le extendió su mano y se presentó.–Es un honor señorita, soy Julian Breber, abogado de las empresas Human´s.Ella, recibió su mano y le dirigió un ligero movimiento de cabeza afirmativo, mientras el hombre le apretaba la mano con vigor.Enseguida el hombre más joven, se dirigió a ella con un simple movimiento de cabeza y sin levantarse de la silla, sólo sonrió y la miro como a cualquier desconocida. Lo que puso a Missie en una
Capítulo 9DesconocidosSalió a la entrada del restaurante, volteó a todos lados buscando su auto, pero no lo encontró. Estaba tan ofuscada que no recordaba que había venido con su padre. Se tambaleó de dolor y se dobló soltando un llanto que la estremecía. No quería ver a nadie. No quería irse con su padre. No sabía qué hacer. En ese momento sus sentimientos afloraron y todo se tornó más oscuro y doloroso. Agachada allí, con sollozos fuertes dejo salir toda su angustia, todo su dolor.No supo cuanto tiempo estuvo allí, no vio a nadie cerca, no oyó sino su propio llanto, se reincorporo con pesadez, limpio sus lágrimas, estiro un poco su vestido, cerró los ojos un rato y tomó aire, apretó su bolso en las manos y echo a andar.Salió a la calle y un auto muy lujoso se dirigió a donde estaba parada, le pareció que la estuviese esperando, pues sintió que comenzó a andar cuando ella salió del restaurant. El hombre que iba al lado del conductor ba
Capítulo 10“No me recuerda”Juanne se quedó mirando el taxi alejarse, y regresó cabizbajo y sin prisa. Al subir al auto mientras se ponía el cinturón de seguridad comentó con tristeza.–¡No me recuerda, Delay. Mientras yo no puedo olvidarla, ella ni siquiera me recuerda! Por un momento llegué a pensar que tal vez sí, pero al final me recordó que yo solo era un desconocido para ella.Delay, lo estaba esperando en el auto. Fue él quien le habló a la muchacha desde la ventana, por pedido del mismo Juanne.Era su chofer, sin embargo lo consideraba más que eso, era como un hermano, un amigo incondicional en esos momentos extremos de su vida.Delay le dio un par de palmadas en la espalda y le habló en tono alentador.–Hombre, ya verás como esa hermosa mujer, mañana mismo te llama y cae rendida a tus pies –luego esperó respuesta del muchacho pero Juanne no dijo nada… Al cabo de unos minutos, se ladeo un poco ha
Capítulo 11JuramentosMissie llegó a su casa y al bajar del taxi lo primero que vio fue a su padre, que estaba sentado en las escaleras de la entrada a la casa. El tejano estaba a su lado, trataba de levantarlo pero aquel hombre estaba tan ebrio que no podía mantenerse en pié. Missie bajo del auto y a toda prisa llegó hasta ellos.–Sebastián, ¿cuando llego mi padre así?, ¡Dios mío, Papá! ¿Cómo llegaste a este estado?Ella ya estaba devastada y ahora encontrar a su padre en ese estado tan deprimente. Sacó fuerzas de donde no tenía, y ayudada por el tejano levantó a su padre y lo llevaron adentro.–Por favor Sebastián ayúdame a ponerlo en la cama.Salió del cuarto y el tejano Sebastián le contó lo que había pasado.–Señorita, el