Capítulo 126

Natalia se sintió muy herida ante las palabras de Fabián. Simplemente, no quería creer que fueran ciertas.

¿Su madre la estaba usando?

La verdad era que existía una alta probabilidad de que así fuera.

Después de todo, ¿de dónde surgió?

¿Cómo fue que dio con su paradero?

Había muchas interrogantes danzando en su mente.

—No puedes afirmar algo así —le respondió a su marido con pesar—. No la conoces.

—Créeme que no necesito conocerla para hacerme una buena idea de lo que es capaz.

Nuevamente, el puñal se clavó muy profundo en su pecho y sintió las lágrimas avecinarse, pero se negaba a llorar.

—No quiero seguir hablando de esto —dijo con su voz firme—. Te devolveré el dinero.

—¡El dinero no es lo que me importa! —exclamó el hombre harto de su ceguera.

—¿Entonces qué es lo que quieres?

—Quiero que dejes de verla.

El entrecejo de Natalia se frunció.

¿Realmente le estaba pidiendo una cosa como esa?

—Es mi madre, Fabián —le recordó con dureza.

—No creo que a una mujer que abandone a su hija d
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