Paso 16

Manu

Ese sábado me preocupé de arreglarme para verme algo más... ¿apuesto? Es vergonzoso asumirlo, pero sí, quería que me mirara, que pensara que con mucho esfuerzo podía intentar lucir casi tan genial como ella. Me duche tres veces, hice mis ejercicios de relajación, la pinté, la pensé, la soñé. Media hora antes de la hora acordada, ya estaba listo para verla, y como sabía que me pondría nervioso, fui hasta mi taller, que volvía a ser el mejor lugar para relajarme.

Si bien sabía que Nino no llegaría antes, la angustia se apoderó de mí desde el minuto en que cerré la puerta de mi estudio.

Eran las tres con cuarenta y cinco, y Nino no llegaba. No está del todo mal, pues todavía no son las cuatro, pensé, comenzando a retratarla sobre la mesa.

Dieron las tres con cincuenta, y ella todavía no estaba a mi lado. Todavía no está del todo mal, pues aún no dan las cuatro, repetí, poniéndome de pie para caminar un poco.

A las tres con cincuenta y cinco, Nino todavía no aparecía. Volví a sentarm
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