Capítulo22
Como si hubiera escuchado mis pensamientos, Alejandro levantó instintivo la mirada hacia la habitación vacía donde yo solía vivir. Tan limpia como si nadie la hubiera habitado jamás. Claro, yo nunca tuve nada de lo que Yulia tenía.

— Lucía, ¿sigues aún aquí? —preguntó con cierta precaución—. Siento que aún estás presente.

Alejandro se sentó en la habitación, abatido. La sirvienta Ana en ese momento se acercó suspirando.

— Alejandro, cuida tu salud —le dijo—. A Lucía le preocupabas mucho. Cuando llegabas borracho, ella te preparaba suero y papilla de maíz. También te dejaba cosas para el cuidado de los ojos en tu escritorio. Y planchaba con esmero todas tus camisas y ropa.

Alejandro recordó de repente una noche que llegó borracho hace mucho tiempo. Al entrar, vio justo a su hermana asomarse tímidamente desde su habitación. Ella acababa de entrar a la secundaria, y él estaba siempre ocupado con asuntos de la empresa.

¿Qué hizo él en ese momento? Se esforzó por recordar.

— Si no fuera por
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo