— Te esperaba en mayo, Paul.— Habló Lianna con los brazos cruzados.— Pero ya estamos en junio. ¿Hubo algún percance en el viaje?— Lo importante es que ya estoy aquí.— Refutó con una sonrisa.— Como siempre, para limpiar tu desastre.— ¿Exactamente, cuáles desastres has tenido que limpiar?— En serio, no soportaba a ese hombre.— Si mal no recuerdo eres tú quien siempre está causando algún problema.Aunque ya había sido advertida de que le daría una visita, ni así había logrado prepararse mentalmente pero para aguantarlo; el tipo siempre había querido tener la atención de Danko pero, siendo él un hombre tan frío, no soportaba a los necesitados de atención.— La cosa es...— como siempre un drástico cambio de tema.— Que me han enviado para ayudarte con la situación de rebeldes que tienes ahora.Eso encendió las luces para Lianna.— ¿Cómo es que el consejo está entrando de una situación aislada?— Bueno, no es como que los ata
Recorrió la ruta de desinfección pacientemente, no podía correr ningún riego de exponerla a los gérmenes o a alguna bacteria. Caminó por los estériles pasillos cubiertos de material aislante, para evitar el exceso de calor Lidya había instalado aires acondicionados por toda la casa por lo que el frío era un poco más intenso de lo que debería.— ¿Dónde está mi ahijada favorita?— Preguntó, una vez terminó la desinfección, a la joven que se encontraba leyendo tranquilamente con los tobillos cruzadas sobre el sofá.La joven levantó la cabeza emocionada, sus ojos brillando en lágrimas.— ¡Hada Madrina! — Saltó a abrazarla con mucha fuerza.— La eché tanto de menos...— le dijo llorando.— Yo sé, mi pequeña.— Acarició su cabello, cada vez más largo y ella odiaba cortarlo.— Perdón por tardar tanto en venir.— No importa, sé que estuviste algo ocupada.— Tiró de sus manos y la sentó en el sofá.— Mejor cuéntame...¿Has visto a mo hermana?Sara no supo
No aguantó la partida.Lianna sonreía dichosa mirando como su primo se subía junto a sus maletas en un auto rumbo al aeropuerto; le había ganado esa batalla pero era consciente de que el consejo aún no había acabado con ella. — Duró menos que la última vez.— Habló Martín detrás de ella.— No lo hace menos molesto, créeme.— No apartó la vista del vehículo hasta que hubo desaparecido tras el gran portón.— Sus delirios de grandeza me provocan migraña.— Tal vez el consejo quiera enviar a uno más fuerte la próxima semana.— Advirtió.— Debemos estar preparados.— Está vez lo estaré créeme.Se fueron a la cocina a tomar su desayuno, con la voz de Ally contándoles los nuevos chismes entre los empleados de fondo. Vaya que esa mujer no pasaba nada inadvertido.— ¿Algo importante para hoy?— Quiso saber Lianna cuando terminaron de desayunar.— Debe firmar unos papeles, para autorizar el subsidio a los sobrevivientes de la
Como había terminado con su entrenamiento temprano decidió pasarse un rato por los establos y ayudar un poco a los muchachos, que hacía algo de tiempo que no veía. Por supuesto que todos se alegraron al verlo llegar y, no perdieron el tiempo en querer saber cómo había logrado ganarse un puesto en la guardia. La excusa era la misma: gracias a la acción que había tomado en la situación con los intrusos la jefa lo tomó en cuenta; nadie lo puso en duda. Después de un rato estaban todos reunidos, sentados sobre varios bultos de paja charlando y bebiendo un poco de Whisky, él se abstuvo, hacía mucho tiempo que no sabía lo que era una hora de licor y prefería que siguiera de esa manera. — ¿Supieron que quien encabeza a los rebeldes es un tal Kaleb Baeva?— Preguntó uno de los mozos.— Estás bromeando...— Habló otro, uno que parecía tener bastante tiempo trabajando allí.— ¿Cómo puedes estar seguro de eso?— Las paredes hablan, Walter.— Imposibl
— Sigo sin entender por qué debo acompañarte, no soy más que un aprendiz.— Se quejó Eidhan, en el auto.— ¿Y cómo piensas aprender si no experimentas?— Refutó Martín.— Además, me caes mejor que la mayoría de los guardias, harás del viaje algo más entretenido.— ¿Ahora soy el entretenimiento?— Oye, que tampoco se te crezca el ego.El comentario hizo reír a Eidhan.Iban rumbo a Las Ruinas; una base de operaciones muy oculta en la profundidad del bosque a las afueras de Trap Town, también estaba bastante lejos de la reunión que se llevaría a cabo en La Cueva, era exactamente eso lo que buscaban. — ¿Por qué surgió este viaje tan repentino?— No fue repentino.— Le explicó a Eidhan sin quitar la vista del camino.— Solo lo estuve postergando, hasta que ya no pude hacerlo.— ¿Y por qué esperaste tanto tiempo? — Le preguntó él.— Bueno, hay cierta mujer que no estaría de acuerdo con este viaje.— Confesó.— Solo
04 abril 2018Ls gotas de lluvia golpeaban fuerte contra el duro concreto, ocultando con ellas, pasos apresurados que acabarían con la tranquilidad de la noche. Una cabellera oscura se agitaba con el trote, su dueño, un joven de no más de 20 años de edad; sus piernas pidiendo a gritos un descanso y su respiración igual a la de un caballo pero aún así no paraba de correr, ¿Por qué?La respuesta se hizo presente al instante; una silueta femenina caminaba hacia él con absoluta paciencia, al igual que en una pasarela. Lo perseguía en total calma, con sus manos metidas dentro de los bolsillos de su abrigo Channel, tarareando alguna canción que vendría a su mente en el momento, acechando. La plaza principal estaba en absoluto silencio, algo obvio al ser más de medianoche. Claro que los vecinos le escuchaban gritar, claro que sabían quién le perseguía y, claro que ninguno le ayudaría. Nadie querría perder el favor de la Jefa de Trap Town. Ahora, ¿Un hombre de su conteztura huyendo de una dam
15 de abril de 2018El trabajo en La Cueva no era cosa sencilla, no señor. Todos los días, desde las 5am hasta las 11pm el trabajo era arduo y scasi sin descansar; desde los establos hasta los jardines, los sótanos, las habitaciones y las bodegas, debía encargarse de todo eso solo. Pero no se quejaba, lo agradecía; sabía que su esfuerzo sería recompensado y además no le faltaba un techo y comida. Aunque todavía no había hablado con la jefa no perdía la esperanza de ganarse su favor, para eso quedó un largo camino sin embargo.El día a día era difícil, siempre debía presenciar actos atroces; a los que estaba acostumbrado pero no dejaba de ser sorprendido por la ferocidad y letalidad de los peones de Trap Town. Desde los más jóvenes hasta los ancianos sois despiadados y determinados pero leales como ningún otro.— Eidhan — Martín se acercó al nuevo peón, del vagabundo que llegó desesperado por asilo no queda más que el recuerdo; es su lugar se haya un hombre alto, moreno y fornido que n
Lianna le dió una sonrisa melancólica y arrancó el auto, no tardó en pisar el acelerador y recorrer a toda prisa los kilómetros que separaban las pitas de la mansión. Trambolineaba los dedos en el volante, no podía ocultar su ansiedad; hasta que avistó las rejas negras de su portón. Sus empleados siempre eficientes no tardaron en abrirlas de par en par para que los autos entraran. Los empleados todos salieron a la entrada para recibir a su señora, era una mujer dura pero le convencieron muchas cosas. Eidhan salió confundido sin entender tanto alboroto, hasta que la vio bajar del vehículo.Semejante mujer no podía ser el terror sanguinario se Trap Town; ese cuerpo tan diminuto pero curvilíneo, su cabello perfectamente atado ya leguas se notaba que dedicaba horas al cuidado de su piel. No, imposible que esa mujer fuera La Jefa y señora de esa casa. Martín se paró al lado de aquella mujer y por su actitud se aseguró que si, efectivamente esa mujer era Lianna Dumont.Los empleados fueron