Adam
Ya todos estamos en la oficina, y comento la hipótesis de Gea. Se hace un silencio. MacQueen es el primero en reaccionar.
—¿Qué te hizo pensar en eso? —le pregunta dirigiéndose directamente a ella.
—Puedes llamarlo intuición femenina si prefieres —dice cauta—, pero para mí es algo más lógico.
—Explícate, porque yo no la veo —respondo.
Suspira.
—Lynch es un estafador, debe haber investigado a Valery, y por supuesto a toda la familia ¡toma una pausa y continúa dirigiéndose a mí—. Adam, ¿La corporación nunca antes había tenido problemas? ¿Hubo algún cambio en la nómina de empleados del área de finanzas? Llámame loca sí creo en teorías conspirativas, pero todo debe encajar de alguna man
Gea Sentí una dulce caricia en mi cabello, pero me sentía tan cansada que no podía abrir los ojos. Me removí en la cama, una boca besaba mi cuello, bajaba por mis hombros, mi cuerpo responde pegándose a la fuente de calor que tengo a mi espalda. Despierto, pero no abro los ojos. Las manos de Adam recorren mi cuerpo desnudo. Me aprisiona contra la cama, su boca cálida busca la mía. Un beso apasionado que despertó la chispa del deseo incontrolable, del fuego de dos cuerpos que se funden en uno. Sentí su erección dentro, lo que me hizo gruñir de satisfacción. Nos movíamos al unísono. Mi necesidad estaba volviéndose más urgente. Minutos de intensidad que dieron paso a una explosión de placer… Su cuerpo cae laxo a mi lado, ambos con la respiración entrecortada. ¡Oh, Dios! ¡Estoy completamente perdida y enamorada! Las cosas están yendo demasiado rápido. No podía sentir por él lo que estoy sintiendo. No podía se
Adam Es poco lo que esta noche he podido dormir, a pesar de tener una noche apasionada, Gea si se quedó dormida casi de inmediato. Estoy acostado junto a ella acariciando su cabello. Sentirla a mi lado me produce mucha paz, una que hace mucho tiempo o sentía, eso hace que tenga sentimientos encontrados porque me remueve algo muy dentro que jamás pensé que volvería a sentir. Los días que hemos pasado juntos han sido reveladores, he sido su primer amante y quiero ser el último. Suena egoísta, pero así soy. No puedo dejar que se vaya de mi lado, no soporto imaginarla en brazos de otro hombre. Ella despierta los instintos más primitivos en mí. No quiero dejarla ir. Tengo que buscar cómo convencerla de quedarse a mi lado. No entiendo porque quiere irse de la corporación. Es algo que tendré que averiguar pronto. Son ya la cinco de la mañana, con cuidado me levanto para no despertarla. Correré un poco y trataré de esta
AdamDesmayada e inconsciente.Así llevaba a Katherine entre mis brazos. El recuerdo de la misma situación vino a mi mente, cuando hace poco menos de dos años se tomó un coctel de pastillas que mató a nuestro hijo.Habíamos discutido ese día en la oficina por los preparativos de la boda, yo le había propuesto posponerla sin darle una razón. Lo que la enfureció y me acusó de no quererla y mil cosas más que ya no recuerdo. Salió y no la seguí. Simplemente la dejé ir. Solo volví a revisar el correo que me había llegado esa mañana con fotos de ella desnuda y con otro hombre, en una posición que no dejaba la menor duda que estaban disfrutando de los placeres de la carne. Estaba fechada, así que no había manera de pensar que había algún truco y verificaba que la foto era real Mie
Gea —Buenos días, señorita Williams, el itinerario del día está en su escritorio y el jefe pidió que se comunicara con él apenas llegara. —Buenos días, Mary. Gracias. Hoy lunes, cumplo ocho semanas de haber empezado a trabajar en el Embassy Suite de Chicago, soy la encargada del Centro de Negocios de este hotel de cinco estrellas. Desde aquel día que llegué, prometí dejar el pasado atrás. Cuando me puse en contacto por el departamento de Recursos Humanos del hotel, me hicieron la entrevista presencial, corroboraron mis referencias y enseguida comencé con la fase de entrenamiento. Como me habían informado, la persona que estaba sustituyendo temporalmente requería de permiso por maternidad, por lo que el hecho que llegara antes de lo que hasta ellos mismos preveían, fue una buena noticia para todos, sobre todo para mí. Después de eso, mi viejo teléfono lo apagué, lo dejé escondido en el último cajón de la cómoda d
Adam Veo a Tyler nervioso, extraño comportamiento en él. Desde que recibió esa llamada en medio de la reunión está distraído a ratos. Algo le preocupa y quiero saber que es. Estamos en el restaurante del hotel, vinimos para acá para celebrar el cierre del contrato, habíamos comprado un hotel pequeño, lo habíamos remodelado y puesto en marcha, se puso en el mercado inmobiliario y se vendió más rápido de lo que pensábamos. En realidad, todo el trabajo lo hizo Tyler. Desde que Gea se fue, no he tenido cabeza para ocuparme de los negocios, mi amigo ha sido mi apoyo. No puedo negar que la he buscado, han pasado ocho semanas, pero se ha escondido bien. Ni siquiera MacQueen ha podido encontrarla. La abuela no ha querido decirme donde está, aunque al notar mi desesperación por saber de ella, me dijo que estaba a salvo, pero confundida, que le diera tiempo. —Dale tiempo Adam, sé que entre ustedes hubo un malentendido muy gra
Gea Hoy es sábado, debe llegar el material publicitario y la maqueta del complejo habitacional que está promocionando Lynch. En dos días empieza su gran e****a inmobiliaria. ¿Será que nadie se ha dado cuenta? ¿Ni siquiera mi jefe? ¡Vaya tipo y su pico de plata! Han pasado varios días desde que hablé con Tyler. Confío en que su amigo el exmilitar que trabaja con ellos, haga su trabajo. Cada vez que tengo que tratar con Lynch, mi cuerpo se eriza, el estómago se me descompone y las arcadas me invaden, no puedo evitarlo, aunque trato de disimularlo para que no se dé cuenta. Estoy terminando de concretar los requerimientos que me faltan del salón, cuando tocan a mi puerta. —Buenos días, señorita Collins —volteo hacia la puerta y veo a Román Lynch parado en ella, enseguida un escalofrío recorre mi cuerpo, en sus manos tenía una bandeja con café de algún Starbucks de la zona. —Buen día, señor Lynch —le c
GeaLa semana ha sido bastante complicada, ya casi termina el evento de Román Lynch. Organizativamente ha sido todo un éxito, emocionalmente para mí ha sido una tortura.La exposición del complejo habitacional era todo un espectáculo de lujo y comodidades, grandes empresarios del área de la construcción se veían con ánimo de invertir en ese proyecto. A simple vista Román, los había convencido con su despliegue de carisma y profesionalismo. Nadie podía negar que tenía poder de convencimiento, lo que no sabían era que no tenía escrúpulos.Me sentía mal por no poder alertar a nadie, ni siquiera a mi jefe, quien estaba con claras intenciones de apoyar a su amigo. Pero esa eran las instrucciones que me había dado Tyler. No podía hablar con nadie sobre Lynch. Eso podía alertarlo y se pe
GeaDesperté sobresaltada, eran las cinco y media de la madrugada, hacía frío. Estaba un poco entumecida. Me paré de la cama con mucha pereza. ¡Nada que no me pueda quitar con un buen baño! Como era temprano, podía darme el lujo de preparármelo como Dios manda, me hacía falta eso para relajarme. Vertí sales aromáticas en la bañera. Puse algo de música, me desvestí y entre. Enseguida el agua caliente hizo su trabajo. Me sentí como nunca.Mis manos se posaron en mi vientre. Un hijo. Un hijo de Adam. ¡No! Era mío, solo mío.¿Una posición egoísta? ¡Si!Pero como iba a esconder una verdad del tamaño de un niño. Adam no es estúpido y sabe sacar cuentas. Apenas empecé a pensar en él, mis ojos se llenaron de lágrima