Vicenzo Toussaint.Hemos buscado por cada rincón del hospital, hemos revisado cada segundo de grabaciones de las cámaras aledañas, y nada. Nuestra única pista es el testimonio de una de las enfermeras que vio salir a una mujer pelirroja de la sala cuna.Ella no la reconoció como miembro del personal regular y dio el aviso. Sin embargo, cuando fuimos notificados, ya era demasiado tarde. La mujer se había desvanecido.Después de tres semanas de intensa búsqueda, no hemos conseguido nada. Steph piensa que, a esta altura, el niño debe haber muerto.Solo quiere encontrarlo para darle un entierro apropiado y que su alma descanse en paz. Sin embargo, yo no pierdo la esperanza de encontrarlo vivo. Solo espero poder lograrlo.Las niñas han crecido excelente y hace unos días les dieron el alta. ¡La casa se ha vuelto un caos!He tenido que aprender a convivir con cinco mujeres a la vez. Tres adultas y dos pequeñas. Cada una más testaruda que la otra.Amelia y Emilia se quedarán durante una seman
Stephanie Miller.Después de que literalmente atacará a Enzo en el pasillo, ingreso a la habitación sonriendo. Si bien, no dejo de pensar en mi pequeño, esto es una pequeña pausa del inmenso dolor que siento.“¡Uy! ¿Qué hiciste, reina? Estás… sonrojada.” Una burlesca Amelia me dice, con su ceja levantada.Emily me mira y dice, “Algo me dice, que esos labios tuvieron algo de acción.” Abro mucho los ojos, las miro y no puedo evitar llevar mis manos a mis mejillas.Ellas se ríen, pero es Amelia quien dice, “No te sonrojes, ni te avergüences, reina. Ustedes dos se tienen ganas desde hace meses.”“Amelia tiene razón. La tensión sexual entre ustedes es palpable. Además, Steph, necesitas un poquito de felicidad en tu vida.”“Sí, además, es un dulce al cual puedes mirar a cualquier hora del día.” Dice Amelia suspirando.“Dale una oportunidad y date una oportunidad, Steph. Él te ama y adora a las niñas. ¿Sabes lo difícil que es encontrar a un hombre que acepte a una mujer con hijos que no son
Stephanie Toussaint.Cinco años después.“Recuerden que pueden quitarse su cinturón de seguridad, una vez que el avión se haya detenido completamente.”“Los aparatos electrónicos como celulares, tabletas y portátiles pueden ser ocupados con normalidad. Bienvenidos a la ciudad de Nueva York. Esperamos que hayan tenido un vuelo placentero.”Suspiro, mirando por la ventanilla del avión, observando que he vuelto al lugar en donde no pisaba suelo hace un poco más de cinco años, el lugar en donde pasé los peores momentos de mi vida.“¡Mami! Estoy muy emocionada de conocer este lugar…” Miro la cara de mi pequeña Catherine o Cat, como todos le decimos, con su mirada iluminada. ¡Dios! Es la viva imagen de Matt.“Yo también, mami. Me gusta que sea invierno. ¿Podremos ver la nieve?” Charlotte o Lottie, como le decimos, me dice. Ella es como yo. Si el pelo de Cat es castaño, pues el de Lottie es rubio. Pero ambas tienen lo mismo que su padre: sus increíbles ojos azules.A menudo pienso como habrí
Stephanie Toussaint.La curiosidad me invade, cuando escucho a Amelia maldecir. Al seguir su mirada, me encuentro con ese par de increíbles ojos azules, los cuales me acompañaron gran parte de mi vida.Nos quedamos mirando por unos segundos. Fueron los más largos de mi vida. Mi corazón se acelera, mis palmas sudan y mi boca la siento seca.Cuando veo que comienza a caminar hacia donde estoy. Me coloco nerviosa y lo único que atino a hacer es girarme y decir, “Ame, llévame con papá.”Amelia frunce el ceño, pero me dice, “Ven conmigo, reina.”Y así nos dirigimos rápidamente hacia preoperatorio, dejando a Enzo en la sala de espera. ¡Dios! Solo espero que esos dos no discutan.La última vez en que esos dos intercambiaron palabras por teléfono, discutieron. Eso fue hace cinco años.Matt no ha cambiado nada. Sigue siendo el hombre con una presencia importante, el cual luce millonario y sofisticado. Suspiro a la imagen del padre de mis niñas.“Amelia, ¿Qué hace Matt aquí? ¿Quién está enferm
Vicenzo Toussaint.Una vez que regresamos a Nueva York con mis chicas, las dudas me invadieron. No por mí, sino por mi familia. He trabajado mucho para lograr tener todo lo que tengo.Fueron casi dos años de esperar por Steph para que fuera legalmente mi mujer, pero eso no significa que siempre me sentiré inseguro con respecto a sus sentimientos hacia Matt.Yo sé que Steph me ama… pero también sé que, a pesar de todo, Matt es su primer amor. Y uno difícil de olvidar, por lo tanto, siempre tendrá sentimientos hacia él.Durante estos cinco años, hemos estado viviendo en nuestra pequeña burbuja familiar. Nos creamos una rutina en donde somos un gran equipo, siendo una pareja y siendo padres. ¡Adoro a mis chicas!Volver a Nueva York, implica que, a pesar de que quiera evitarlo, en algún punto, las chicas tendrán que reencontrarse con Matt. Solo espero que el maldito, haya madurado.Suspiro a la ansiedad incipiente que implica el estar de vuelta en esta ciudad.Una vez que estamos en el ho
Matthew Anderson.Nunca creí verla de nuevo. Le dije adiós hace cinco años, el día en que Vicenzo me dijo que estaba con ella. Hoy tuve que venir al hospital, ya que me harían un tour de las principales dependencias del hospital, por lo tanto, que estuvieran aquí me tomó por sorpresa.Me convertí en socio mayoritario de este lugar, dado a la mala administración del antiguo presidente del hospital. Esto, en realidad, lo estoy haciendo como un favor personal a Edward, jefe de cirugía.En vista de que el hospital se declararía en quiebra y este fue el primer hospital en el que trabajó Steph y Amelia, que aún sigue aquí, decidí hacerme cargo.Si bien es primera vez que invierto en salud, me dedico a comprar empresas que están al borde de la quiebra. Para salvarlas o para venderlas a un mayor precio.Pero con el hospital estoy decidido a salvarlo. Se quedará dentro de mi patrimonio de por vida y con el tiempo, espero que Christian quiera manejarlo.Me quedé absolutamente aturdido al verla
Stephanie Toussaint.Me quedo viendo la escena que se despliega ante mi vista. Matt abraza a su prometida, mientras le besa la frente y la sostiene contra su pecho.Y pensar que hace cinco años, era a mí quien abrazaba con locura. ¡No, Stephanie! No vayas por ahí. Eres una mujer felizmente casada con una grandiosa familia. Añorar algo que tuviste no le hace bien a nadie.Y por sobre eso, Matt es un idiota que no ha cambiado nada. Te engañó, tiene un hijo y ahora se casará también.Me sacudo los confusos pensamientos, cuando Matt me queda mirando desde la puerta y sin evitarlo, lo escucho decir, “Steph, por favor, ¿podemos hablar?”Sin poder huir del lugar, me coloco la ropa de niña grande: Me paro derecha, levanto mi mentón, y lo miro de frente, carente de toda emoción. “¿Qué quiere, Señor Anderson?”Se para delante de mí, abre mucho los ojos, mientras dice, “¿Señor Anderson?”“Ese es su nombre, ¿cierto? A no ser que vaya a adoptar el apellido de su prometida. Eso sería bastante progr
Stephanie Toussaint.Luego de la conversación incómoda con Matt, me dirigí a la sala de espera. Allí estaba tranquilamente esperándome Enzo. Si alguna vez él se sintió intimidado por el recuerdo de Matt, espero que hoy le haya demostrado que es solo eso. Un recuerdo.Esperamos cuatro horas, hasta que, por fin, vemos salir a Amelia. Rápidamente, nos ponemos de pie, ansiosos de escucharla.“La operación fue todo un éxito, Steph. Tu papá ya está en su habitación, descansando. Antes de venir a darte las buenas noticias, esperé a que saliera de la anestesia. Está bien. Respira tranquila, amiga.”“¡Gracias Ame!” La abrazo fuertemente mientras beso su mejilla.Enzo se acerca a ella y también la abraza, mientras le dice, “Buen trabajo, hermanita. Jamás dudamos de tu destreza.”Amelia se ríe y le pega en el brazo. “Sí, lo sé. Soy asombrosa. Deberían pagarme más en este hospital.”Todos nos reímos a su comentario. Luego dice, “reina, me iré a recostar un rato. Estoy de guardia hoy día y hoy ha