Dos veces más busqué a Miguel, pero él no sabía que decirme y Renata mucho menos. Mi familia estaba sumamente preocupada por mi salud, me miraba un poco demacrada y había bajado de peso. Trataba de excusarme de que era el trabajo, pero obviamente nadie me creía, cuando tocaban el tema de Armando lo evadía, todas las noches lloraba por la necesidad de su calor. Estaba completamente destruida.
Han pasado veinte días sin saber de él y ya no tengo dudas que lo nuestro acabó. Hago un esfuerzo sobrehumano por comer, pero cuando siento el sabor de la comida salgo disparada al ba
ArmandoLlegué de madrugada, me aguanté las ganas de ir a buscarla a estas horas. Lo mejor era esperar a que amaneciera, que sería dentro de unas dos horas. Tomé una ducha rápida y desayuné, estaba desesperado. Intenté concentrarme en el trabajo y no podía, la necesitaba con locura.
"Hacienda Ríos"—¿¡Qué!? —gritaba Guillermo, al escuchar el relato del guardia.
"Narrador omnisciente"—¡Llévenme al hospital, por favor! ¡Me desangro! —gritaba el secuestrador herido.
Ella estaba a horcajadas encima de él, unidos, haciendo el amor de la manera más dulce que existe. Con sus manos se acariciaban mutuamente cada rincón de sus cuerpos, la espuma les facilitaba frotarse, Armando apretaba los muslos de Edith mientras ella subía y bajaba sobre su erección; los gemidos eran suaves y eróticos. Lo hacían lento, disfrutando así el tiempo que la vida les regala de nuevo.—Me encanta tu pene y cada ri
"Hospital"Al verlo, a Samantha se le paralizó cada parte de su cuerpo, él lucía imponente y mucho más bello de cómo lo recordaba, estaba más fornido que antes. Ninguna mujer en su sano juicio hubiera dejado ir un hombre así, no sólo por el físico, Armando con su forma de ser nunca le hubiera impedido su cre
Después de unos segundos, salió de ella con cuidado y cogió unos kleenex de su escritorio para limpiarla, al finalizar le dio un beso en cada nalga. Se vistieron y ahí estaba de nuevo esa carita de su mujer. La agarró por sorpresa y la sentó obligada en sus piernas.—Te voy a contar quién es ella —la veía con deseo aún; verle el cabe
"Armando"De regreso en el hotel, puedo sentir su nerviosismo, cierro la puerta y ella se queda de espaldas esperándome. Respira ansiosa, pongo mis manos en sus hombros y poco a poco voy descendiendo, acariciando su suave piel. Percibo como se eriza cuando poso mis labios en su nuca, lamo su delicioso cuello
"Edith"Estas dos semanas han sido una locura... primero; retomar mis deberes ha sido complicado, pues nadie quiere dejarme hacer nada. Me molesta muchísimo, estar embarazada no es estar enferma, yo necesito trabajar, así que, aunque me lo prohíban, lo hago.
Último capítulo