—¿Acaso ese no es tu novio Rebecca? —preguntó con cizaña una de sus mejores amigas.
—¡Cállate! —respondió con rabia.
Llegaron al salón del elegante hotel, como era esperarse, era una cena de gala para millonarios. Desde la entrada todo estaba impecable y la decoración no era exagerada, definitivamente el decorador era muy bueno: los arreglos florales, las mesas y los pisos brillantes, el lugar ya estaba lleno desde que entraron no pararon de saludar. Armando y Miguel eran muy conocidos, de repente Edith vio que se acercaba una mujer muy elegante y hermosa con rasgos parecidos a los de Armando, supuso de inmediato que era su madre, tenían los mismos ojos y nariz.—¡Hola querido! —le dio un beso en la mejilla.
—Mi padrastro era un inversionista de ELAD, yo no sabía nada sobre esta organización, pero mi madre y mi padrastro sí. Ella siempre buscaba lastimarme pues nunca hice lo que ella quería —comenzó a quitarse el saco y el corbatín, Edith lo escuchaba con total atención —. Marcia sabía que la medicina era mi punto débil, así que me habló de la organización y entré. Pensé que me formarían para ir a cientos de brigadas médicas por el mundo, especialmente a países en guerra, pero mi sorpresa fue otra —se sentó en la cama, Edith estaba parada frente a él —. Me formaron para convertirme en agente especial. ELAD controla todo lo que tiene que ver con la salud, contrabando de medicinas, traficantes de órganos y trata de
Dos veces más busqué a Miguel, pero él no sabía que decirme y Renata mucho menos. Mi familia estaba sumamente preocupada por mi salud, me miraba un poco demacrada y había bajado de peso. Trataba de excusarme de que era el trabajo, pero obviamente nadie me creía, cuando tocaban el tema de Armando lo evadía, todas las noches lloraba por la necesidad de su calor. Estaba completamente destruida.Han pasado veinte días sin saber de él y ya no tengo dudas que lo nuestro acabó. Hago un esfuerzo sobrehumano por comer, pero cuando siento el sabor de la comida salgo disparada al ba
ArmandoLlegué de madrugada, me aguanté las ganas de ir a buscarla a estas horas. Lo mejor era esperar a que amaneciera, que sería dentro de unas dos horas. Tomé una ducha rápida y desayuné, estaba desesperado. Intenté concentrarme en el trabajo y no podía, la necesitaba con locura.
"Hacienda Ríos"—¿¡Qué!? —gritaba Guillermo, al escuchar el relato del guardia.
"Narrador omnisciente"—¡Llévenme al hospital, por favor! ¡Me desangro! —gritaba el secuestrador herido.
Ella estaba a horcajadas encima de él, unidos, haciendo el amor de la manera más dulce que existe. Con sus manos se acariciaban mutuamente cada rincón de sus cuerpos, la espuma les facilitaba frotarse, Armando apretaba los muslos de Edith mientras ella subía y bajaba sobre su erección; los gemidos eran suaves y eróticos. Lo hacían lento, disfrutando así el tiempo que la vida les regala de nuevo.—Me encanta tu pene y cada ri
"Hospital"Al verlo, a Samantha se le paralizó cada parte de su cuerpo, él lucía imponente y mucho más bello de cómo lo recordaba, estaba más fornido que antes. Ninguna mujer en su sano juicio hubiera dejado ir un hombre así, no sólo por el físico, Armando con su forma de ser nunca le hubiera impedido su cre