Entonces de pronto su teléfono comenzó a sonar y lo tomo creyendo se trataba noticias sobré la salud de Emilia o quizás sobre la búsqueda que aún estaban haciendo los voluntarios, más al contestar se quedó de piedra al escuchar la voz de Barbara al otro lado de la línea. En un inicio eso le tomo tan por sorpresa que se quedó estático y sin voz, más apenas paso la impresión inicial volteo a ver al detective.
- Es Barbara - les dijo cubriendo la bocina para que ella no le escuchará.
En cuanto el detective le escucho mando a callar a todos a su alrededor.
- ¿Que hago? - le pregunto asustado por cometer algún error y que eso fuese aún más contraproducente.
Nunca había sido alguien inseguro, más cuándo se trataba de la vida de su hijo toda precaución era poca.
- Trate de hacer que hab
- Justo por eso elegí este lugar, para ayudarte a recordar como eran las cosas antes entre nosotros - reconoció regodeandose con su aparente inteligencia.- Ahora lo hago, te lo aseguro. Porfavor calmate y hablemos un poco, baja esa arma - le pidió demaciado temeroso de que sucediese algún accidente.- No aré eso, no soy tan estúpida - le respondió sin estar dispuesta a quedar desprotegida.- No creo que lo seas, solo quería que estuvieses más cómoda; pero si con ella estás bien entonces concervala - le respondió con calma, aun cuando cada una de aquellas palabras fuese una completa mentira.- Eso aré - le aseguro sin dejarse influir por este.Oliver entonces intento algo diferente para distraerla y es que no podía rendirse.- ¿Recuerdas cuan nerviosa estábamos aquella noche?. Teminamos 10 años y no nos caiamos muy bien en e
Mientras llevaban acabo aquella conversación había comenzado a acercarsele muy despacio, entreteniendola con su charla y que así no se diera cuanta de lo que pretendía. Por fortuna su artimaña había resultado y ahora estaba casi a su lado, solo necesitaba quitarle el arma y todo estaría bien. Solo eso tenía en mente.Desgraciadamente en el último instante comentio un error y perdió el contacto visual con los ojos de está, todo para tratar de asegurarse de la posición del arma y ella lo noto.- Mentiroso - le recriminó furiosa al darse cuenta de cuales eran sus verdaderas intenciones y es que sus palabras habían sido pura falsedad.Barbara dio unos pasos atrás, poniendo a Paul en punto de tiro. Oliver en cambio fue mucho más rápido y se puso en su camino para protegerlo con su propio cuerpo, recibiendo así el impacto de la bala.
A la mañana siguiente en cuanto el horario de visita comenzo, Oliver entro a verla. Se le veía de un mejor semblante y más despierta, su piel había recuperado el color, sus labios ya no estaban secos y agrietados, y sus ojos tenían el brillo de siempre.No podía, ni quería retrasar más la conversación que tenían pendientes.- ¿Como estás? - le pregunto preocupado no solo por su salud física, sino por su estado emocional.Había pasado una experiencia terrible, misma que le pudo dejar graves secuelas y casi era seguro que era de ese modo; él de entre todos lo entendía, así que procuro ser cuidadoso con ella.- Bien, solo un poco agotada; pero eso normal debido a la perdida de sangre - le contesto poniéndose en modo enfermera, algo que amaba de ella.- Nunca dejaré de agradecerte por haber devuelto a nuestro hijo a mi la
Lo planearon todo para contraer nupcias lo antes posible, lo cual ocurrió un mes más tarde en una sencilla ceremonia en el jardín de la mansión.Ambos lo habían decidido de ese modo y es que se sentía más cómodos de esa forma, en especial pues el embarazo de Emilia era cada vez más notorio; además de que nunca habían sido una pareja del todo convencional.Lo hicieron teniendo únicamente como testigos de la ocasión a la familia de este y los amigos más cercanos de ambos, pues estos representaban todo lo importante para ellos.Emilia decidió portar un sencillo vestido blanco vaporoso, con un discreto escote en v y una tiara de flores naturales. Lo decidió de ese modo respetando su forma de vestir, pero también resaltando una vez más la sencilla pero espectacular belleza que poseia; además de que así podría d
Seis meses después...Emilia había conseguido un trabajo como instructora en un importante hospital, ahí mismo en la ciudad; donde enseñaba a las familias a tratar y aplicar ellos mismos los ejercicios a sus seres queridos con dificultades de movilidad o parálisis. Era algo muy parecido a lo que hacía lejos, más ahora podría hacerlo en plana cuidad y muy cerca de su familia. También instruiria a enfermeros recién saludos de la carrera, lo cual era una excelente oportunidad para ella dada su condición y las dificultades que está representa.Los directivos del hospital quedaron impresionados con sus referencias y no dudaron en contratarla, no encontrando objeción alguna con su condición. Al contrario lo encontraron muy admirable; además de que creían no había nadie mejor que ella para ser un claro ejemplo de lo que necesitarían hacer por los
Oliver regresaba de un largo viaje de negocios en el extranjero; emocionado por volver a su hogar, pero sobre todo por reencontrarse con su novia. Barbara y él llevaban años juntos, más se conocían desde hacia mucho tiempo atrás. Aún así no fue hasta ese largo viaje que se dio cuenta de que su ausencia le dolía demasiado, que el no tenerla a su lado le parecía algo antinatural y estaba dispuesto a cambiar eso para siempre. Una vez estuvo seguro de lo que quería no perdió el tiempo para tomar los pasos necesarios para lograrlo. Al detenerse en una intercepción levantó el rostro, viéndose de reojo en el espejo retrovisor y lo que vio en este le sorprendió. Vio a un hombre locamente enamorado e inmensamente feliz; sus ojos brillaban y tenía una sonrisa que no podía borrar de sus labios al grado de que sus mejillas comenzaban a dolor. Saco entonces de la bolsa de su pantalón el objeto que cambiaría su futuro para siempre, el símbolo de su felicidad. Aún cuando solia ser un tanto impuls
Emilia se encontraba en su trabajo en un centro de rehabilitación en las afueras de la ciudad, en el cual trabajaba con niños pequeños y personas mayores con problemas de movilidad. Trabajaba ahí varios días a la semana, por lo cual el doctor Alvarez sabía bien donde encontrarla. Una vez llego al centro dio con ella en solo un par de minutos. Estaba en un pequeño jardín de flores, donde hablaba con un anciano en silla de ruedas. Este la veía con semblante severo, hasta que de pronto se relajo y le sonrió, entregándole una barra de chocolate que tenia oculta. Emilia entonces corto un trozo y se lo entrego, brindándole un giño. Justo entonces levanto el rostro y vio al doctor Alvarez, así que dejó al anciano disfrutando del sol de la tarde y se le acerco. - ¿Qué lo trae por aquí doctor? - le cuestionó extrañada por su presencia. - Quería saber como estas y saludarte - le respondió con aparente sinceridad. - Claro. Ahora digame por favor lo que le trae por aquí en realidad - le dijo
- No se quien eres y no me interesa en lo mas mínimo, solo quiero que salgas de mi habitación cuanto antes y no regreses - le exigió siendo un tanto grosero.- Si quieres que me valla vas a tener que sacarme tú mismo, porque tus gritos e insultos no me impresionan en lo más mínimo - le dijo con cierto tono de superioridad.- Largo ahora mismo - le grito molesto.- Ya te lo dije, si quieres que me valla vas a tener que sacarme tú mismo - le reitero sin impresión alguna.Oliver entonces intento estirarse hasta el buró y tomar su teléfono para llamar a seguridad, mas Emilia fue mucho mas rápida y lo tomo primero, poniéndolo así lejos de su alcance.- ¿Qué crees que haces? - le cuestiono furioso, pero sobre todo impotente. - Solo lo necesario; ahora déjeme ayudarle a vestirse y podrá bajar a desayunar con su familia - dijo tratando de acercarsele. - No pienso ir a ningún lado. Ahora salga de aquí, que no necesito de su ayuda - le ordeno con firmeza.- Me parece que si me necesita - le di