En un principio aquel acto la tomo por sorpresa, mas luego de unos pocos segundos comenzó a responder de forma casi instintiva. Aun cuando había pasado algún tiempo de que estuvieron juntos y con todo lo sucedido, seguían deseandose con todas sus fuerzas. Por eso mismo decidieron no pelear mas contra ese sentimiento y se dejaron llevar por la pasión. Oliver en cambio procuro tener cuidado con ella, ya que la sabia todavía convaleciente después de las complicaciones en el parto. Emilia por su parte se olvido de todo el dolor, las culpas, el odio y la soledad; de todo menos de lo que sentía en esos momentos y es que lo necesitaba. Los besos pronto dieron paso a algo mas y ella comenzó a quitarle el saco; mientras que este desabrocho un par de botones de su blusa, dejando a la vista su escote y comenzó a descender por su cuello. Bajo entonces sus manos por su cintura hasta sus piernas, mismas que tomo y comenzó a acariciar hasta levantarlas y ponerlas en torno a su cintura. Entonces m
Al escucharla Oliver perdió la calma y en un arrebató arrojo al suelo la bandeja con la comida. - No se cuantas veces tengo que decir que nunca haría algo semejante. No se de donde has sacado una idea como esa, pero es absurda - le habló en voz alta e incluso casi gritando. - Preguntaselo a tu prometida - le dijo de pronto y en un impulso. - ¿Qué has dicho? - le pregunto acercandosele con molestia. - Nada, no he dicho nada - le respondió mostrándose reticente a continuar hablando y es que se arrepentía de haberlo mencionado siquiera, después de todo ella se lo dijo como un favor y se lo agradecía. - Claro que lo has hecho y yo te he escuchado. ¿Qué significa eso de que se lo pregunte a mi prometida? - le pregunto sin dejarse engañar y es que deseaba saber toda la verdad de una buena vez. - Nada - le respondió manteniendo su decisión de callar. - ¡Habla de una vez con un demonio! - le gritó tomándola del rostro con brusquedad, haciendo que lo viera. - ¡Habla! - insistió dispues
- Claro que lo quiero, después de todo es mi hijo. Aun así yo jamas le aria algo como eso a Emilia, no después de todo lo que ha pasado y sobre todo dado su estado - le dijo mostrándose sincero al respecto y es que jamas aria una bajeza semejante, no con Emilia. - Ella desapareció con tu hijo hace meses, ¿acaso no deseas verlo de nuevo? - le pregunto tratando de indagar mas y es que encontraba absurda su actitud. - Claro que lo deseo, por fortuna ya la he encontrado - le revelo. - ¿Y donde esta? - le cuestiono muy interesada al respecto, pies no se esperaba algo así. - Conmigo - le respondió con simpleza. - No querrás insinuar que piensas tenernos a las dos a la vez, una como tú esposos y la otra como tú amamte. Eso seria algo indecente y una desvergüenza total - le dijo mostrándose ofendida, aun cuando lo que estaba era furiosa. Se sentía decepcionada por el fallo de su plan, pero no por eso vencida o al menos no de momento. Estaba conciente de que si sabía moverse de la forma c
- ¿De que estás hablando? - le preguntó en verdad confusa por sus palabras. - Hablo de que esta casa es tuya y de nuestro hijo - le dijo conciente de que tenía que ser completamente honesto para con ella, sobre todo si quería ganarse su absoluta confianza. - Porfavor, se más claro al respecto - le pidió sin conseguir entender lo que decía. Al escucharla y siendo bien conciente de su confusión se puso en pie para acercar un folder con documentos, el cual le tendió. - ¿Que es ésto? - le preguntó sin dar aún con una explicación. - Antes de que te marcharas le pedí a Barbara que preparara estos documento - le dijo abriendo el folder para que pudiera ver su contenido. - Cambie mi testamento para poner a nuestro hijo como único beneficiaron de mi fortuna; además de que puse a su nombre algunas de mis propiedades y una buena cantidad de dinero para así asegurar su futuro, mismo de lo que podrías disponer tú hasta que sea mayor. Se trataba de una sorpresa, pero te marchaste antes de que
- Hago todo esto porque te quiero - le reveló al fin. - Y yo a ti. Te aprecio mucho, después de todo eres el padre de mi hijo; pero ese no es motivo suficiente para unir nuestras vidas, eso será un terrible error - le respondió segura de que era de ese modo. - ¿Porque un error? - le preguntó Oliver aún de rodillas ante ella y lo estaría hasta que accediera sin importar cuánto tiempo tuviera que pasar. - Tú y yo somos muy diferentes y ambos somos bien concientes de eso. Nuestros estilos de vida son opuestos, al igual que nuestras clases sociales... - comenzó a decirle tratando de que se dieran cuenta de que lo suyo no funcionaria. - Eso a mí no me importa - le interrumpió ya que no estaba dispuesto a escuchar tonterías como esas. - Pero a mí sí; nuestras vida son muy diferentes. Tú estás acostumbrado a la riqueza, a los viajes, a vivir en mansiones y tener una gran familia; yo en cambió estoy acostumbrada a trabajar duro para salir adelante, a vivir en sitios sencillos y disfruta
Acercó entonces su silla de ruedas hasta la cama, disponiéndose a descansar y deseando tomara sus acciones como un claro indicatorio de que debía marcharse. Hizo entonces un esfuerzo por bajar los pies de los soportes de la silla, haciendo las maniobras necesarias para disponerse a subir a la cama.- Déjame ayudarte - le dijo comenzado a acercarse a ella.- No, ya lo haré sola - le respondió deseando demostrarle cuan autosuficiente era y es que lo necesitaba.Haciendo acopio de todas sus fuerzas tomo impulso con sus brazos para subir a la cama, por desgracia olvidó poner el freno a la silla y está se movió por accidente. Estuvo a punto de caer al suelo, de no ser porque Oliver se movió con rapidez y la sostuvo justo a tiempo para evitar que se golpease. La tomo en sus brazos y la sostuvo contra su pecho, ella en consecuencia poso los brazos por sus hombros sostendose de él con fuerza.- Tranquila, ya te tengo - le dijo deseando se tranquilizara.- Lo se, gracias - le respondió tratand
En varias ocasiones la familia de Oliver acudió a su lado a visitarlos y así poder convivir con el pequeño Paul. Mientras que en otras ocasiones era ella quien iba a la cuidad para que estuvieran con él; habían adoptado una clase de ritual o rutina para que ambos pudieran estar al lado de su hijo tan frecuentemente como les fuera posible. Paul estaba creciendo de forma correcta y acordé a su edad. Apesar de las circunstancias de su nacimientos era un niño lleno de salud y alegría, era la luz de todos aquellos que estaban a su alrededor. Poseía una personalidad muy animosa y cariñosa, además de que era en verdad activo. Ese en particular era un hecho que había obligado a Emilia a ir hasta el límite de sus posibilidades. Había tenido que inventar mil y una formas para poder hacerse cargo de él, más todos y cada uno de sus esfuerzos habían válido por completo la pena, de eso no tenía la menor duda. Faltaba poco para que Paul cumpliera su primer año de vida y parecía estar preparado para
Una vez Oliver y Emilia se quedaron a solas con su hijo, este se le acerco.- Creo que él no es el único agotado, anda te ayudo - le dijo cargándola para levantarla del suelo y subir a la silla de ruedas.Una vez en su habitación le ayudo a cambiar a Paul y dejarlo rendido en su cuna, sobre la cual ambos se quedaron observándolo dormir.- No es porque sea su madre, pero es perfecto - le dijo sin poder evitar externar su sentir y es que este era demaciado poderoso.- Lo es, de eso no me cabe la menor duda - le respondió con la vista fija Paul.- ¿Que te preocupa? - le pregunto de pronto y es que al verla de reojo se dio cuenta de la expresión de consternación que se dibujaba en su rostro.- ¿Como sabes que algo me inquieta? - le pregunto, pues según ella había sido muy discreta al respecto.- Puedo verlo en tu rostro, no puedes engañarme -