— Quiero vivir mi vida y hacer lo que realmente me hace feliz y ahora, eres tú quien lo hace — veo como Jacob de un salto se levanta de la cama, ya no estoy borracha, tengo mis cinco sentidos en orden y solo deseo casarme con Jacob. Salgo de la cama algo avergonzada de que vea mi cuerpo completamente desnudo, él se pasa un dedo por una de sus cejas. Mientras me observa y se ríe. — Ven — me dice — No seas penosa ahora, que ya te he tocado y besado por todo lados — me extiende su mano y tira de mí, pega su cuerpo a mi cuerpo e inmediatamente siento su pene cobrar vida — Tranquila, tú me pones así normalmente — me aprieta de la cintura y me restriega contra él, mi piel se eriza y siento la humedad invadir mi interior — Pero ahora vamos a casarnos — me da un beso en la nariz — si seguimos follando no saldremos de esta habitación, así que es mejor posponerlo hasta después de la boda. — ¿En serio todavía quieres? — y agrego dubitativa — ¿y puedes? — Jacob se ríe y me deja para comenzar a
En el presente… si sigo viva (menos de una semana para mi boda) El avión está próximo a aterrizar en el aeropuerto de San Diego y siento un nudo en la garganta, estoy muy nerviosa porque me la he pasado pensando todo el vuelo, en la noche que pasé con Jacob, en las Vegas, aunque en realidad es la noche que me la pasé follando con él. Siento calor y me siento de verdad húmeda de solo recordarlo, así que debo cambiarme, apenas aterricemos. Lo peor es que mi corazón palpita con fuerza y quisiera verme en un espejo antes de verlo, es que después de tantas horas de vuelo debo estar hecha un desastre. ¿Por qué no le dije a Lucas que me acompañara?, bueno, la verdad es que nuestro jefe casi enloquece cuando le dije que no iba esta semana, así que si los dos partíamos tan tranquilos nos hubiera dejado inmediatamente en el paro. JACOB: te espero en el aeropuerto, esposa mía. Tengo muchas ganas de comerte la boca y otras cosas. Lo he leído, no sé cuántas veces y comienzo a excitarme. — Hola
La puerta de mi lado se abre y veo a uno de los chicos escoltas tendiéndome la mano para ayudarme a salir, por estar discutiendo con Jacob no me fijé en el camino, estamos en una casa inmensa, rodeada de árboles y de un gran muro al que no puse atención, no parece la casa de un artista, más bien una fortaleza. Cuando salgo del carro y levanto la vista, me encuentro con varias personas de pie uniformadas, una señora de edad, muy elegante en una silla de ruedas y un joven y una chica, muy guapos, esperando en la entrada de la casa. Jacob se detiene y me espera, estira su mano y toma la mía con fuerza, besa mis nudillos y tira de mí, hasta abrazarme y obligarme a caminar. — Voy a matarte — le susurro, en serio que siento que cada vez lo soporto menos. — Y yo a ti hermosa — lo miro lleno de odio — Pero de orgasmos — me dice mientras sonríe y me roba un beso ligero que hace sonreír a las personas que están esperándonos. No tenía ni idea de que las estrellas de rock eran tan estiradas.
— No todos son célebres estrellas de rock, que se casan en las Vegas y pasan la noche de boda en el baño público de un bar — Nos mira a los dos — para eso existen las habitaciones de los hoteles. — Me pudieron las ganas ¿Vale? — Pero que está diciendo. Esto va de mal en peor — Es mi culpa y Miranda no tiene por qué estar pagando las consecuencias. — Ya basta — Digo suavemente, sin embargo, los dos me miran atentamente — No soy una niña Jacob y tengo que ser responsable por lo que hice, tú no me violaste, así que yo también participé — Empiezo a tener mucho dolor de cabeza y a sentirme de verdad cansada — Si deben hacer un comunicado, pues háganlo, ya ni al caso, tengo no sé cuántas llamadas de Carlos y no tengo ni idea si querrá seguir conmigo — Williams solo me mira sin entender de que estoy hablando — Jacob, yo solo quiero poder dormir y que me firmes el divorcio mañana, debo devolverme pronto, así que te agradezco que no dilates esto y vayamos a donde tengamos que ir para solicita
— Pero no entiendo por qué lloras — Me dice Lucas — Si se supone que acabas de tener una de las mejores folladas de tu vida, además de la del baño, la habitación del hotel… — Lucas — lo interrumpo antes de que empiece a decir sandeces — No va a darme el divorcio ¿Entiendes? — vuelvo a repetirle, creo que se lo he dicho como 10 veces. Estoy sentada en la cama con el teléfono en mi mano, mirando la cara guapa de Lucas que se está organizando para ir a trabajar, ya está llegando tarde y él tan campante. — Eso ya lo entendí, Mira — me dice con toda la paciencia de un buen amigo, al parecer el único que me queda — Y no te he hecho firmar los discos — le digo mientras sigo llorando y limpiando mis ojos con papel. Estoy en una inmensa habitación a la que Jacob me trajo. Flashback Cuando salí del despacho y entre en la sala donde parecía que se había multiplicado el ruido y el número de personas, especialmente el de mujeres no muy bien vestidas. Todos dejaron de hacer lo que estuvieran ha
— Hermosa — me lleva hasta donde se encuentra la pequeña comitiva — Mira, ellos son del equipo de comunicación, van a encargarse de contar nuestra historia de amor al mundo — empujo a Jacob hacia un lado. — ¿Estás loco? — le digo mientras lo miro, fijamente — no puedes simplemente venir a decirme que van a contar nuestra “historia de amor” — le digo haciendo el signo de comillas con mis manos — porque no existe una historia de amor. Quiero el divorcio. Punto — todavía me siento impresionada por el mensaje y trato de ser lo más tajante posible. — No te alteres Miranda — me dice y se pasa de nuevo un dedo por su ceja — Yo sé que piensas que no te tomo en serio, pero de verdad no puedo y no quiero divorciarme, ya te expliqué cómo funciona mi familia. — ¿Y la mía? — Le grito y todas las personas en la sala nos miran atentamente — Mi familia también cuenta y resulta que hoy debo regresar a España con los papales firmados, que no sé si alcance a presentarlos, pero al menos algo habré hech
Me despierto un poco desorientada, necesito darme un baño, tengo hambre y no sé qué hora es, las cuatro de la tarde, eso quiere decir que es la media noche en España, llamaré mañana. Tengo varios mensajes de mis padres y uno de mi única hermana, es mayor que yo y está casada con un alemán súper rico, no tiene hijos y la verdad, no sé qué hace con su vida, es diez años mayor que yo y una cirujana reconocida y nunca se ha interesado mucho por mi vida. CÁNDIDA ROSA: No puedo creer lo que has hecho. Mamá está destrozada y muerta de la vergüenza, ya te imaginarás a Papá. Necesito hablar contigo urgente. Espero tu llamada. Ni un hola o un adiós. Es el mensaje más largo que me ha enviado en mi vida, porque en las fechas especiales, como mis cumpleaños, solo me escribe “Felicidades” y cuando se acuerda. NÚMERO DESCONOCIDO: Arregla tus maletas o tu ataúd. ¡Mierda! Este mensaje logra alterarme mucho más, todavía no sé si decirle a Jacob. Me levanto y me doy un baño, tengo un vestido manga la
— Yo estaba seguro de lo que estaba haciendo, Miranda — me dice mientras tira de mis manos y me hace levantar, me sienta en sus rodillas y rodea mi cintura, yo trato de levantarme, pero él se aferra fuerte a mí — Yo quería hacerlo, porque sabía que contigo podría estar bien. — No digas tonterías Jacob — intento levantarme de nuevo — Tu padre no podría deshacerse fácilmente de las cosas, él es un personaje público y obtendría muchas críticas. — Sobre las casas, de pronto tendría que actuar de forma más reservada — me dice — pero las obras, él puede venderlas porque nadie sabe de la relación de la artista con mi padre, ni siquiera que era mi madre. — Lo siento Jacob, pero yo no puedo comprometerme a estar contigo todo ese tiempo — suelta el agarre y yo me levanto — Tú podrías enamorarte de alguien y yo ya estoy enamorada de Carlos. Esto es una completa locura. — No lo estás — dice mientras acerca su boca a mi cuello — ¿Cómo? — le pregunto — No estás enamorada de él — me toma del cu